El Santo Sepulcro necesita una obra para consolidar sus cimientos
Los t¨¦cnicos trabajan en reforzar la estructura pero alertan del deterioro del subsuelo en el lugar sagrado de los cristianos
El equipo cient¨ªfico de la Universidad Polit¨¦cnica de Atenas que restaura la tumba de Cristo, en el interior de la bas¨ªlica del Santo Sepulcro de Jerusal¨¦n, ya ha advertido a las diferentes confesiones religiosas que administran el lugar, de que los actuales trabajos de renovaci¨®n deber¨ªan ser complementados con una intervenci¨®n subterr¨¢nea que consolide los cimientos de la estructura. ¡°Hemos hecho un estudio del subsuelo, los corredores, canales y t¨²neles porque hemos detectado grandes filtraciones de humedad y un aumento del nivel fre¨¢tico que realmente pone en riesgo el Sagrado Ed¨ªculo¡±, explica en el lugar la profesora Antonia Moropoulou, jefa de supervisi¨®n cient¨ªfica de las obras.
Los cincuenta expertos que la acompa?an se centran ahora en consolidar las paredes del ed¨ªculo, la construcci¨®n erigida para proteger el lugar donde seg¨²n la tradici¨®n cristiana fue enterrado Jesucristo tras ser crucificado. Ya han terminado de retirar las losas de piedra pulida que lo revest¨ªan y, por primera vez en siglos, en algunos puntos, se puede ver, tanto en el interior como el exterior del lugar, la roca original de la cueva. ¡°En la parte de la tumba, la roca llega hasta unos dos metros de altura. Durante la restauraci¨®n hemos podido constatar que fue protegida con otro muro de piedra revestido a su vez con losas que parecen de m¨¢rmol pero que en realidad son otro tipo de piedra calc¨ªtica¡±, dice la profesora.
Moropoulou introduce en la pared exterior del ed¨ªculo una barra de titanio y da las ¨²ltimas instrucciones a dos de sus colaboradores sobre c¨®mo debe ir emplazada para sujetar correctamente las losas, retiradas hace menos de un mes y que ahora est¨¢n una planta m¨¢s arriba, en el improvisado laboratorio para tratar las piedras y almacenar las muestras, que han montado en dependencias privadas franciscanas, en la galer¨ªa que rodea el interior de la c¨²pula de la Bas¨ªlica. ¡°La roca original de momento s¨®lo ser¨¢ visible en la ventana ya construida dentro de la tumba. Lo acordado por las principales confesiones religiosas ¡ªgriegos, franciscanos y armenios¡ª es que sea una restauraci¨®n muy conservadora que respete al m¨¢ximo el original¡±, explica Fray Eugenio Alliata, arque¨®logo franciscano que acompa?a a Moropoulou durante la subida a la galer¨ªa.
Las losas en mejor estado permanecen alineadas en el suelo mientras que las m¨¢s deterioradas, unas 150, se apilan cerca del cuarto que hace de laboratorio y donde los investigadores llevan a cabo las tareas de conservaci¨®n. ¡°Habr¨¢ que reemplazar una peque?a parte de las losas, no m¨¢s de un 5%. Ahora estamos en la segunda fase del trabajo, la de inyectar material de refuerzo para consolidar la estructura y que despu¨¦s podamos reajustarlas a la pared con la ayuda de los pernos de titanio tra¨ªdos de Atenas y que dieron muy buen resultado en la restauraci¨®n de la Acr¨®polis. Las losas est¨¢n muy degradadas sobre todo por el estr¨¦s termal al que han estado sometidas¡±, explica Moropoulou.
Desde la construcci¨®n de la casita -como se conoce com¨²nmente el ed¨ªculo- en 1.810, las velas colocadas por los peregrinos procedentes de todo el mundo alrededor de la construcci¨®n, pr¨¢cticamente no han dejado de arder pegadas a la piedra. Una costumbre que, seg¨²n los expertos ¡°contribuye de manera muy significativa al deterioro del edificio¡±. Pero no s¨®lo de la piedra exterior. Los frescos del interior de la capilla del ?ngel -la antesala de la tumba- igualmente han sufrido los estragos de d¨¦cadas de humo. Apenas visibles por ser una zona permanentemente en penumbra, ser¨¢n objeto de restauraci¨®n durante la ¨²ltima fase del proyecto en la que tambi¨¦n ver¨¢ la luz la rica decoraci¨®n del domo cubierto de pl¨¢stico que corona la casita.
Por eso, el equipo de la profesora Moropoulou recomienda que se busque otra f¨®rmula para que los peregrinos puedan llevar a cabo sus rituales pero sin da?ar una estructura que, si todo va seg¨²n lo previsto, para Semana Santa podr¨¢ lucir en todo su esplendor. Por primera vez en siglos podr¨¢n verse los colores rosados y beige originales de la piedra, hasta ahora ennegrecida por el humo de los cirios, pero tambi¨¦n podr¨¢ verse la tumba sin la antiest¨¦tica estructura de hierro colocada por los brit¨¢nicos en 1.934 para reparar los da?os sufridos tras un terremoto en 1.927.
La apertura de la tumba
Para Antonia Moropoulou, sin duda, el momento m¨¢s importante de la restauraci¨®n fue la apertura de la tumba de Cristo, el pasado 26 de octubre. ¡°Abrimos la l¨¢pida para sellar la tumba y aislarla de las corrientes detectadas. Retirarla era muy necesario porque esas corrientes hac¨ªan que la roca del Sepulcro se encontrara en un estado muy vulnerable. De haberse retrasado unas d¨¦cadas la piedra original no hubiese resistido la degradaci¨®n¡±, dice la profesora.
La cautela asoma a su rostro al recordar c¨®mo durante la retirada de la pesada piedra de m¨¢rmol gris, en un momento dado, todos los instrumentos que estaban utilizando dejaron de funcionar sin aparente explicaci¨®n l¨®gica. ¡°Nuestro trabajo es restaurar el ed¨ªculo, no datar o investigar si se trata o no de la tumba de Cristo o confirmar cient¨ªficamente las creencias religiosas. Pero que los instrumentos dejaron de funcionar es un hecho y no podemos negarlo. Sucedi¨® y no nos hab¨ªa pasado antes. No podemos explicarlo pero as¨ª fue y estamos aqu¨ª para contar la verdad¡±, sentencia sin querer hablar m¨¢s del tema.
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