Una princesa polinesia

El t¨¢ndem formado por John Musker y Ron Clements ha vivido de primera mano las m¨¢s radicales transformaciones del estudio Disney a lo largo de las tres ¨²ltimas d¨¦cadas: debutaron cerrando, con una nota realmente prometedora ¨CBasil, el rat¨®n superdetective (1986)-, una de las etapas creativamente m¨¢s desalentadoras de la compa?¨ªa; fueron los primeros art¨ªfices de una resurrecci¨®n que pas¨® por la s¨ªntesis del largometraje animado y el musical ¨CLa sirenita (1989)- y realizaron el que es, hasta el momento, el ¨²ltimo largometraje de animaci¨®n tradicional de la firma que forj¨® el lenguaje cl¨¢sico del dibujo animado basado en la caracterizaci¨®n emocional del personaje a trav¨¦s de la gestualidad y el movimiento ¨Cla injustamente subestimada Tiana y el sapo (1986)-. Vaiana es su primer trabajo de creaci¨®n ¨ªntegramente digital y en sus im¨¢genes podr¨ªa encontrarse cierta voluntad de conciliaci¨®n entre lo viejo y lo nuevo.

Con la colaboraci¨®n de Don Hall y Chris Williams ¨Cdos directores que ya hab¨ªan coincidido en Big Hero 6 (2014)-, Musker y Clements aplican en Vaiana ese moderno patr¨®n que, a partir de La sirenita, reformul¨® la cl¨¢sica mitolog¨ªa de las princesas disney en relatos de emancipaci¨®n y autoafirmaci¨®n femenina ¨Caunque al final todo culmine en tranquilizadores regresos al hogar-. As¨ª pues, en su relato, Vaiana no aporta mayor aliciente que la inflexi¨®n polinesia aplicada a un esquema ya demasiado reiterado. La fuerza de la pel¨ªcula est¨¢ en su forma, que marca una considerable maduraci¨®n de algo que empez¨® a plantearse en Enredados (2010): la supervivencia del caracter¨ªstico trazo disneyano bajo unas formas digitales que aqu¨ª parecen abolir toda distancia entre el 3D, la corporeidad de una falsa animaci¨®n stop-motion y el respeto a las esencias cl¨¢sicas.

Junto al desvar¨ªo imaginativo de la secuencia de los cocos corsarios ¨Cuna set-piece muy contundente, pero que deber¨ªa haber encontrado una mayor justificaci¨®n en el imaginario de la pel¨ªcula para no parecer una explosi¨®n de (afortunada) arbitrariedad-, destaca en Vaiana una gran idea de animaci¨®n pura: la transformaci¨®n del tatuaje de uno de sus personajes, el atrabiliario dios Maui, en universo din¨¢mico e infatigable voz de su conciencia.