La luminosa mirada de Mar¨ªa y Nely

En el a?o 2009, un cortometraje de una alumna de la ESCAC, la escuela de cine m¨¢s fruct¨ªfera de la ¨²ltima d¨¦cada y media en Espa?a, revelaba la poderosa mirada de Nely Reguera. Pablo, que as¨ª se llamaba la pieza, relataba el drama de un enfermo mental desde los ojos de sus familiares, posando el objetivo de la c¨¢mara en gestos y reacciones, y no tanto en palabras. Complicidad, mesura y sutileza se fund¨ªan en una historia de poco m¨¢s de 10 minutos que, dejando el¨ªptica toda la tragedia, prefer¨ªa centrarse en la delicadeza del cari?o mutuo.

Siete a?os despu¨¦s, Mar¨ªa (y los dem¨¢s), su primer largometraje, confirma la excelencia de Reguera con una pel¨ªcula de semejantes virtudes en la puesta en escena que a?ade un poderoso sentido del humor de raigambre negra. La soledad de una mujer joven a la intemperie de la compa?¨ªa de los de su alrededor: su amante, su jefe, su padre, sus hermanos, sus amigas. Una chica a la b¨²squeda, mientras se desvive; atrapada en la exigencia, consigo misma y con los dem¨¢s; de cabeza ordenad¨ªsima en una sociedad que no est¨¢ preparada para su mente cuadriculada y su actitud abnegada; dolorosamente acostumbrada a que nadie le reconozca con actos, y no con vacuas palabras, sus voraces cuidados. Un personaje ampliamente reconocible, que, en cierto sentido, entronca con los de otra cineasta de la ESCAC, Mar Coll y sus Tres d¨ªas con la familia y Todos queremos lo mejor para ella.

Con unos magn¨ªficos Jos¨¦ ?ngel Egido y Pablo Derqui, que ya estaban en aquel corto de Reguera, y una deslumbrante B¨¢rbara Lennie, cien detalles en cada gesto, Mar¨ªa (y los dem¨¢s), mientras hace sociolog¨ªa familiar sin dar la charla, juega tambi¨¦n a la autobiograf¨ªa sobre su propio personaje, como un experimento metacinematogr¨¢fico de diversas capas que quiz¨¢ diga tanto de Mar¨ªa como de Nely.

Y una pel¨ªcula con una novedosa particularidad que no deber¨ªa pasar inadvertida: tiene cinco guionistas. La propia Reguera, Eduard Sola, Valentina Viso, Roger Sogues y Diego Ameixeiras, armando una visi¨®n unitaria y f¨¦rrea, en un cine espa?ol que demasiadas veces peca de la autor¨ªa autocomplaciente.