La fotograf¨ªa que cambi¨® la vida de Elton John
La Tate Modern exhibe la colecci¨®n privada de fotograf¨ªa modernista del m¨²sico, un extraordinario recorrido por uno de los momentos m¨¢s f¨¦rtiles de la historia de este medio art¨ªstico
Encima de la cama de Elton John, cuelga una de las im¨¢genes m¨¢s evocadoras del siglo XX: Noire & Blanche, realizada por Man Ray en 1926 donde dos rostros parecen compartir el mismo sue?o. El sue?o, la magia y el misterio de una ¨¦poca que desde?aba a trav¨¦s de su arte cualquier l¨ªmite impuesto a la imaginaci¨®n. La fotograf¨ªa desbrozaba entonces su camino como arte, y lejos de conformarse con ser una mera reproducci¨®n de la realidad, renovaba el l¨¦xico visual sin dejarse intimidar por las limitaciones del ojo humano.
La imagen forma parte de la colecci¨®n de fotograf¨ªa que el c¨¦lebre m¨²sico ha ido atesorando con pasi¨®n hasta llegar a ser una de las colecciones privadas m¨¢s importantes del mundo. Parte de ella se exhibe en la Tate Modern, bajo el t¨ªtulo The Radical Eye: Modernist Photography from the Sir Elton John Collection, donde 191 im¨¢genes ofrecen una magn¨ªfica oportunidad para comprobar el alcance de los distintos enfoques de la fotograf¨ªa modernista- en un lapso de tiempo que va desde los a?os veinte hasta los cincuenta- y tambi¨¦n deleitarse con su deslumbrante talante renovador.
¡°La fotograf¨ªa me ha dado tanto placer que no puedo pensar en ninguna otra cosa, aparte de la m¨²sica, que me produzca tal cantidad de gozo art¨ªsticamente¡±, confiesa el artista en una entrevista con Jane Jackson, directora de la colecci¨®n, que se reproduce en el cat¨¢logo que acompa?a a la exposici¨®n. El cantante brit¨¢nico comenz¨® su colecci¨®n en 1990. Hac¨ªa dos a?os que hab¨ªa subastado su colecci¨®n de objetos art d¨¦co y art nouveau en Sotheby?s y se encontraba reci¨¦n salido de una cura de desintoxicaci¨®n de las drogas y el alcohol. ¡°Hasta entonces nunca me hab¨ªa fijado en la fotograf¨ªa como una expresi¨®n art¨ªstica a pesar de que durante a?os fui retratado por muchos fot¨®grafos maravillosos, incluyendo a Norman Parkinson, Terry O¡¯Neill y David Bailey. Poder contemplar el lado art¨ªstico del medio era algo distinto¡±, se?ala Elton John. Comenz¨® adquiriendo doce fotograf¨ªas realizadas por Herb Ritts, Irving Penn y Horst P. Horst, y desde entonces no ha dejado pasar una semana en la que no compre alguna imagen. As¨ª, compr¨® una casa en Brickwood, Atlanta, de casi 6000 metros cuadrados para poder forrar sus paredes con las obras que quer¨ªa que enriquecieran su d¨ªa a d¨ªa. ¡°La fotograf¨ªa se convirti¨® en una incre¨ªble compa?¨ªa. Iba de la mano de mi sobriedad¡±, apunta el artista.
¡°Odio el arte trofeo. Compro lo que me gusta y si no est¨¢ de moda, no me importa¡±, destaca John, cuya fortuna est¨¢ estimada en 257 millones de euros. ¡±Muchos coleccionistas se asesoran antes de comprar, y compran como inversi¨®n, pero para m¨ª la fotograf¨ªa es un camino de descubrimiento¡±. Camino que desvela esta extraordinaria exposici¨®n a trav¨¦s de obras procedentes de los postulados te¨®ricos de la Bauhaus, del surrealismo parisino, o de los grandes pioneros de la fotograf¨ªa documental en Estados Unidos o Latino Am¨¦rica. Obras que ensancharon los l¨ªmites de medio y cambiaron nuestra manera de percibir el mundo. Las firmas de Andr¨¦ Kert¨¦sz, Berenice Abbot, Edward Steichen, o Edward Weston, Tina Modotti o Dorothea Lange, por citar algunos de los m¨¢s conocidos, y otros no menos interesantes pero menos conocidos como Werner Mantz, Emmanuel Sougez, o Paul Outerbridge, dejan constancia de la relevancia del conjunto. Pero la muestra es solo la punta del iceberg de una colecci¨®n que ya se acerca a las 8000 obras.
¡°Cuanto m¨¢s coleccionas, m¨¢s se sofistica tu ojo. Ya puedo ir derecho a por una pieza que s¨¦ que va a encajar perfectamente dentro de la colecci¨®n¡±, dice John. Cuando comenz¨® apenas exist¨ªa el coleccionismo de fotograf¨ªa, y el precio de las obras estaba muy por debajo de su valor. ?En 1993 adquiri¨®?Glass of Tears? de Man Ray por 133,000 euros, por aquel entonces el precio m¨¢s alto pagado en una subasta por una fotograf¨ªa, y que hoy en d¨ªa ser¨ªa un chollo (en 2007 una obra de Andreas Gursky rebas¨® los 2,8 millones de euros disparando los precios). As¨ª, adquiri¨® una buena cantidad de copias vintage, aquellas reveladas por el autor en el momento de la toma: ¡°La copia vintage capta la intenci¨®n inicial del artista. Pero si me gusta esa imagen y no puedo adquirir esa copia, trato de conseguir una copia moderna¡±, cuenta el m¨²sico. quien atesora entre otras la primera copia del fotomontaje Humanly Imposible, de Herbert Bayer.
Una de sus obras favoritas, a la que considera como una de las m¨¢s importantes del siglo XX, es?Underwater Swimmer de Andr¨¦ Kert¨¦sz; primero adquiri¨® una copia moderna pero no cej¨® hasta conseguir la vintage que solo alcanza unos 32 x 45mm. ¡°Realizada en 1917, me quita el aliento. Entender que esta fotograf¨ªa tan incre¨ªble, influir¨ªa m¨¢s tarde en otros muchos artistas me hizo darme aun m¨¢s cuenta de la importancia de la fotograf¨ªa como arte¡±. Considera que el poder de la fotograf¨ªa se encuentra tambi¨¦n en su capacidad de poder expresar la dicotom¨ªa entre la tragedia y la belleza. ¡°La belleza aparece solamente cuando uno siente de forma profunda, el arte es un acto que requiere de una atenci¨®n total¡±, resalta.
"La gente ignoraba que yo tuviese esta colecci¨®n. Pero el arte est¨¢ para ser visto. Por eso me siento tan contento de que esta se vea en Londres. Luego que el p¨²blico saque las conclusiones que quiera", concluye el artista.
The Radical Eye: Modernist Photography from the Sir Elton John Collection, Tate Modern. Londres. hasta el 7 de mayo.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.