El hombre que engrandeci¨® la cultura de M¨¦xico
El escritor Jorge Volpi recuerda el legado de Rafael Tovar y de Teresa como funcionario cultural
Si en medio de tantas cat¨¢strofes y decepciones pol¨ªticas de algo podemos sentirnos orgullosos los mexicanos es de la importancia que le hemos concedido a la cultura en nuestra vida p¨²blica. Importando y variando el modelo franc¨¦s desde tiempos revolucionarios, el Estado mexicano asumi¨® un papel crucial en la promoci¨®n y difusi¨®n de las artes y en el apoyo a nuestros artistas. Y, si en varios momentos la relaci¨®n entre los intelectuales y artistas y el gobierno asumi¨® un equilibrio delicado e incluso perverso, en las ¨²ltimas d¨¦cadas alcanzamos una independencia institucional admirable. Prueba de ello es la infraestructura cultural m¨¢s vasta de Am¨¦rica Latina y el mayor sistema de apoyos a la creaci¨®n art¨ªstica del mundo.
En esta tarea, la labor de Rafael Tovar y de Teresa, director del Instituto Nacional de Bellas Artes de 1991 a 1992, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) por casi trece a?os, de 1992 al 2000, y de nuevo de 2012 a 2015, y primer secretario de Cultura del pa¨ªs a lo largo de estos ¨²ltimos meses, fue imprescindible. Nadie desde Jos¨¦ Vasconcelos, rector de la Universidad Nacional (1920-1921) y brillante primer secretario de Educaci¨®n P¨²blica (1921-1924), a cuyo cargo se debieron un sinf¨ªn de iniciativas pedag¨®gicas y art¨ªsticas, hab¨ªa ejercido una influencia tan poderosa en la acci¨®n cultural del Estado mexicano como Tovar y de Teresa.
Tras dar vida al Conaculta al lado de V¨ªctor Flores Olea, se empe?¨® en aglutinar las muy dispersas instituciones culturales del pa¨ªs, concibi¨® muchas otras ¡ªcomo el Centro Nacional de las Artes¡ª y le dio coherencia a sus programas con la erudici¨®n y la inteligencia propias de quien era capaz de reconocer cualquier pieza para piano con solo escuchar unos compases, de narrar de memoria las peripecias de los emperadores romanos o de resolver, con una astucia y una cortes¨ªa inusuales, cualquier conflicto sindical o burocr¨¢tico. Durante su mandato y los de sus sucesores, el Conaculta creci¨® sin freno, incorporando cada vez m¨¢s dependencias y proyectos, de modo que en sus ¨²ltimos a?os su obsesi¨®n consisti¨® en conferirle un marco jur¨ªdico y administrativo propio del Siglo XXI. De ah¨ª el esfuerzo al que se dedic¨® hasta sus ¨²ltimos d¨ªas con un entusiasmo envidiable: la creaci¨®n de la Secretar¨ªa de Cultura.
M¨¦xico pierde, con ¨¦l, a uno de sus mejores funcionarios. Yo, a un amigo incondicional: un mel¨®mano empedernido al que le gustaba tanto o¨ªr a Brahms o a Chopin como hablar de sus destinos; un escritor e historiador notable, obsesionado con el Porfiriato y sus costumbres, guiado por una pasi¨®n geneal¨®gica; un lector voraz y un atento seguidor de todas las series de televisi¨®n y de todos los documentales del planeta; un compa?ero y un jefe generoso y expansivo ¡ªde los 17 a?os que fuimos c¨®mplices musicales, tuve el placer de trabajar cuatro bajo sus ¨®rdenes¡ª y un padre ejemplar. Sus familiares y amigos no nos repondremos de su p¨¦rdida, pero M¨¦xico, en cambio, seguir¨¢ descansando en las instituciones que cre¨® o contribuy¨® a crear con una imaginaci¨®n sin l¨ªmites.
Twitter: @jvolpi
Babelia
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