Jardiel Poncela saca a Elo¨ªsa de debajo del almendro
Ernesto Caballero reivindica desde el teatro p¨²blico la comedia como g¨¦nero y homenajea al autor del humor m¨¢s puro y corrosivo
Como gestor p¨²blico, Ernesto Caballero quer¨ªa sacar del limbo a Enrique Jardiel Poncela, restituirlo y consolidarle como uno de los pilares de la comedia y la dramaturgia contempor¨¢nea, desmontar t¨®picos en torno a su figura. Como creador, es tal el impacto que le produce el humor puro y corrosivo de este dramaturgo que se ha decidido a hacerlo revivir en el escenario del Teatro Mar¨ªa Guerrero. El espectro de Jardiel, el hombre desencantado que tras su optimismo y alegr¨ªa escond¨ªa una enorme fragilidad, el autor incomprendido que sufri¨® el rechazo de los dos bandos de la guerra, el enamoradizo que muri¨® casi en la indigencia, sale a escena para hablarnos del teatro, de la pol¨ªtica y de su relaci¨®n con las mujeres.
Ernesto Caballero, director del Centro Dram¨¢tico Nacional, estrena el pr¨®ximo viernes Jardiel, un escritor de ida y vuelta, una versi¨®n del original Un marido de ida y vuelta, escrita en 1939 y apenas representada, que es toda una explosi¨®n de belleza, humor y amor al teatro. ¡°Pocos como Jardiel saben articular los mecanismos del humor. Es un virtuoso de la maquinaria teatral y su mirada humor¨ªstica sobre la condici¨®n humana sigue estando vigente¡±, asegura apasionado Caballero, tras un ensayo de la obra en el Mar¨ªa Guerrero, donde se representar¨¢ hasta el pr¨®ximo 12 de febrero. Un gran reparto, con catorce actores en escena, Luc¨ªa Quintana, Jacobo Dicenta, Paco Ochoa, Macarena Sanz, Luis Flor y Paco D¨¦niz, entre otros, que convocan e invitan al p¨²blico a una espl¨¦ndida y l¨²dica fiesta teatral.
Sabiamente, Caballero busc¨® de nuevo refugio en la lectura de Jardiel Poncela (1901-1952), se reley¨® sus cuatro o cinco obras m¨¢s conseguidas. Lleg¨® a Un marido de ida y vuelta y qued¨® atrapado. En su ambici¨®n y luminosidad, en la construcci¨®n teatral que encerraba una fiesta de baile de disfraces y la aparici¨®n del espectro de ese marido antes tan denostado y ahora tan deseado, encontr¨® Caballero la excusa perfecta para introducir a Jardiel como un personaje. ¡°Es una obra que no se queda solo en el divertimento, que camina hacia la profundidad para reflexionar sobre la incapacidad del ser humano de recuperar lo irrecuperable. Es una comedia llena de humor y claroscuros melanc¨®licos, pero al mismo tiempo una gran fiesta¡±.
?l, que procede del ¨¢mbito teatral m¨¢s alternativo, sabe bien que el autor de Elo¨ªsa est¨¢ debajo de un almendro y de tantos otros ¨¦xitos comerciales, a pesar de que atesoraba teatralidad y brillantez, fue poco reconocido por ciertos sectores m¨¢s comprometidos y por ello relegado injustamente. ¡°Me rebelo contra la excesiva ideologizaci¨®n que ha provocado que haya autores a quienes se les colocan cors¨¦s de un lado y de otro y que han sufrido un trato injusto por parte de la cr¨ªtica por razones b¨¢sicamente ideol¨®gicas. La obra de Jardiel no ha trascendido como se merece, fue un precursor del surrealismo y del teatro del absurdo y nunca se le ha reconocido. El humor de Jardiel es profundamente inteligente, puro, que reh¨²ye la s¨¢tira y lo corrosivo para centrarse en generar contradicciones, en resaltar las paradojas. Su mirada, alegre y optimista, es un buen b¨¢lsamo contra el dogma y los dogmatismos, contra el pesimismo y el derrotismo. No inventa mundos, sino que resalta lo sorprendente, lo parad¨®jico, lo inveros¨ªmil, lo absurdo de la realidad en la que todos nos reconocemos¡±. Caballero habla con pasi¨®n y respeto, decidido a que el teatro de Jardiel forme parte con dignidad del repertorio espa?ol como un autor de primer orden.
Suena una voz en off, se escuchan las palabras del propio Jardiel en las que se confiesa cansado y triste, delicado de salud y casi en la indigencia. Es un texto tremendo que acompa?a la aparici¨®n del espectro del propio autor. Se encuentra all¨ª con uno de sus m¨¢s queridos personajes, Elo¨ªsa, y ella le echa en cara que la dejase abandonada para siempre debajo de un almendro, que no la subiese a escena, que no la escribiera un texto para ella. Es entonces cuando Jardiel, al grito de ¡°todo es posible en el teatro¡±, decide que ¨¦l y la propia Elo¨ªsa se conviertan en Pepe y Leticia, el matrimonio protagonista de Un marido de ida y vuelta. Empieza as¨ª la representaci¨®n de esta obra, con una bella escenograf¨ªa circular que reproduce la arquitectura de los palcos y la platea del Mar¨ªa Guerrero y un espectacular y rico vestuario, y en la que en las transiciones entre los tres actos y en el final, Caballero vuelve a sacar al mundo de los vivos a Jardiel para confesarse ante el p¨²blico y mostrarse al mundo tal y como es. Es as¨ª como el juego de la vida y el teatro se vuelven a encontrar sobre un escenario.
Algunas joyas del dramaturgo
¡®El cad¨¢ver del se?or Garc¨ªa¡¯ (1930), una historia que mezcla el amor y el suicidio con un humor disparatado.
¡®Cuatro corazones con freno y marcha atr¨¢s¡¯ (1936). Los protagonistas de esta obra han encuentran el elixir de la eterna juventud, algo que m¨¢s tarde les pesar¨¢.
'Un marido de ida y vuelta' (1939), obra de la que parte Jardiel, un escritor de ida y vuelta que se estrena ahora en Madrid.
¡®Elo¨ªsa est¨¢ debajo de un almendro¡¯ (1940), su comedia m¨¢s alabada y representada en la que todo gira en torno a la misteriosa desaparici¨®n de Elo¨ªsa.
¡®Los ladrones somos gente honrada¡¯ (1940), otro de sus grandes ¨¦xitos, es una comedia de enredo sobre un robo de guante blanco.
'Como mejor est¨¢n las rubias es con patatas' (1947). Ulises, a quien hab¨ªan dado por muerto en una selva africana, reaparece con un extra?a costumbre...
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