La inacabada ¡®Comedia sin t¨ªtulo¡¯ de Lorca ya tiene final
Alberto Conejero, autor de ¡®La piedra oscura¡¯, completa los dos actos que Lorca dej¨® esbozados antes de morir
De La comedia sin t¨ªtulo sab¨ªamos que Federico Garc¨ªa Lorca hab¨ªa dejado un acto terminado.Lleg¨® a proyectar tres como una carga de proyectiles en los que abiertamente planteaba la duda de si seguir haciendo teatro o destruirlo para dejar que se reinventara con otra piel. ?Para qu¨¦? ?Para qui¨¦n¡? Muri¨® con esa duda y la pregunta en la chaqueta que llevaba puesta cuando hace 80 a?os lo fusilaron para enterrarlo sin nombre en los alrededores de Alfacar (Granada).
Tambi¨¦n nos hab¨ªamos enterado de que pretend¨ªa poner en pie un acto sacramental laico y con la sombra y el cobijo de Calder¨®n, llamarlo El sue?o de la vida. Ambos t¨¦rminos -sue?o, vida...- se nos hielan en las manos cuando somos conscientes de lo que le pas¨®. Pero ese hielo es ahora agua y manantial que fluye gracias a Alberto Conejero (Ja¨¦n, 1978), un joven, valiente dramaturgo ¨Ctambi¨¦n poeta, acaba de salir Si descubres un incendio (La bella Varsovia)- que ha dado fin a esta pieza subversiva, directa y combativa de Lorca.
Conejero ya hab¨ªa trabajado en una adaptaci¨®n de El amor de don Perlimp¨ªn y Belisa en su jard¨ªn, aparte de haber creado La piedra oscura, donde Lorca es el motor y el fin de la trama. Ya hab¨ªamos visto en 1986 un contundente y brillante montaje de lo que exist¨ªa de La comedia sin t¨ªtulo a cargo de Llu¨ªs Pasqual, que lo estren¨® en el Mar¨ªa Guerrero. El encargo le ha venido ahora al autor andaluz por medio de la Comunidad de Madrid para que acabe represent¨¢ndose en el Festival de Oto?o a Primavera. Sin fecha ni cartel a¨²n.
Pero el hecho de que haya llegado al final del camino es ya, en s¨ª, destacable: ¡°Aunque la pregunta que espero de todo el mundo y que yo mismo me he ido planteando a lo largo del proceso es ?C¨®mo te atreves? Debo decir que ha sido un ejercicio de amor a Lorca por mi parte. Pero tambi¨¦n necesario por la vigencia de lo que propone. Le preocupaba la desigualdad social, el ascenso del fascismo. Son temas que se encuentran de nuevo en pleno auge en Europa y que nos llevan a planteamientos similares¡±, asegura Conejero.
La obra deb¨ªa formar junto a El p¨²blico y As¨ª que pasen cinco a?os una trilog¨ªa. ¡°En la primera el tema es el amor, en la segunda, el tiempo y en El sue?o de la vida, la muerte y tambi¨¦n la pol¨ªtica¡±, explica el autor. Los bocetos, las pistas y la escritura que al tiempo exploraba Lorca le ha ayudado a dialogar con ¨¦l: ¡°Sobre todo la lectura constante de Poeta en Nueva York. Mientras ¨¦l la escrib¨ªa, preparaba la publicaci¨®n del poemario, cada vez que me atascaba en alguna l¨ªnea, alg¨²n di¨¢logo, encontraba la respuesta all¨ª¡±, asegura.
Ha procurado respetar los personajes creados por Lorca. Todos simb¨®licos: el autor, la actriz, el actor, varios espectadores¡ ¡°He agregado dos y respetado los escenarios. El primer acto transcurre en un teatro que acaba por destruirse, el segundo en una morgue y el tercero, como ¨¦l indica, en un cielo poblado de ¨¢ngeles andaluces¡±.
Aun as¨ª, ni se le ha pasado por la cabeza cometer un acto de emulaci¨®n: ¡°Ni por un momento, he procurado que su escritura y la m¨ª, convivan, establecer un di¨¢logo sin intercalar otros textos suyos tampoco¡±. Todo con el objetivo de resucitar ese teatro que algunos han llegado a calificar de poel¨ªtico.
Un estilo, una invenci¨®n lorquiana inimitable y vigente que no negocia el aliento po¨¦tico, por una parte, y mucho menos, la toma de posici¨®n ¨¦tica ante el mundo. ¡°La revoluci¨®n ser¨¢ po¨¦tica o no ser¨¢, nos quiere decir Lorca. Aunque en esta pieza es mucho m¨¢s directo y menos simb¨®lico que en las otras dos que conforman la trilog¨ªa¡±, asegura Conejero.
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