El legado del 27 se re¨²ne en casa de Lorca
La sobrina de Altolaguirre deja en Fuente Vaqueros documentos originales de Aleixandre, Guill¨¦n, Cernuda, Rosa Chacel o D¨¢maso Alonso
Margarita Smerdou Altolaguirre, sobrina de Manuel Altolaguirre, poeta, editor e impresor de la generaci¨®n del 27, falleci¨® en febrero de este a?o. Maya, como era conocida, fue profesora de Literatura Espa?ola pero, sobre todo, dedic¨® su vida a la investigaci¨®n sobre la Generaci¨®n del 27 y a la edici¨®n de su obra in¨¦dita o menos conocida a trav¨¦s de su sello Caballo griego para la poes¨ªa. Por su trabajo y tambi¨¦n por su origen familiar, pose¨ªa una importante biblioteca y archivo documental sobre esa generaci¨®n que inclu¨ªa manuscritos originales de Jorge Guill¨¦n, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, D¨¢maso Alonso o Rosa Chacel. Tambi¨¦n algunas fotos de ¨¦poca. A su muerte, hace unos meses, Maya Altolaguirre cedi¨® toda su biblioteca y archivo al museo casa natal Federico Garc¨ªa Lorca en Fuente Vaqueros (Granada). Ese material est¨¢ ahora a disposici¨®n de los investigadores.
El legado est¨¢ pr¨¢cticamente reci¨¦n llegado al pueblo de Federico y apenas abierto. M¨¢s de 60 cajas que a¨²n no ha sido posible examinar a conciencia y que contienen 2.000 documentos: estudios cr¨ªticos, antolog¨ªas, revistas y un n¨²mero significativo de primeras ediciones de muchos de los integrantes de la Generaci¨®n del 27. Luego est¨¢n los manuscritos literarios, correspondencia cruzada entre los autores o entre ellos y Maya, apuntes personales, dibujos y fotograf¨ªas. Un ejemplo de alguno de los ejemplares exquisitos y originales ahora en Fuente Vaqueros es el n¨²mero uno de la revista Caballo Verde para la Poes¨ªa, dirigido por Pablo Neruda que naci¨® en la imprenta de Concha M¨¦ndez y Manuel Altolaguirre en Madrid.
Es a¨²n pronto para determinar si todos los manuscritos y mecanuscritos (documentos a m¨¢quina con correcciones a mano) han sido ya publicados y son conocidos por el p¨²blico o si el legado esconde alg¨²n in¨¦dito. Eso llevar¨¢ alg¨²n tiempo. Primero hay que catalogar los libros y abrir uno a uno cada ejemplar. Esa revisi¨®n, explicaba Alfonso Alcal¨¢ ¨Cdirector de la instituci¨®n hasta su fallecimiento hace algunas semanas¨C es el momento m¨¢s emocionante, ¡°en cualquier librito aparecen notas, papeles, fotos¡ que te llenan de emoci¨®n¡±. Jos¨¦ Entrena, presidente de la diputaci¨®n de Granada, entidad responsable del museo casa natal Garc¨ªa Lorca, ha calificado la donaci¨®n como ¡°un tesoro que servir¨¢ para aprender, para ense?ar y, sobre todo, para garantizar que este legado no se pierda¡±.
Maya Altolaguirre dedic¨® su vida profesional a difundir y preservar la obra de la generaci¨®n del 27. Adem¨¢s, la sobrina de Altolaguirre sigui¨® la estela de su t¨ªo y se convirti¨® en editora. En esta faceta de editora y al hilo de la publicaci¨®n que dirigi¨® Pablo Neruda e imprimi¨® su t¨ªo, Maya edit¨® Caballo griego para la poes¨ªa. Pero una de sus facetas m¨¢s relevantes fue editar a autoras, si no desconocidas, s¨ª dejadas en un discreto olvido. Es el caso de la propia Concha M¨¦ndez, esposa de su t¨ªo, Mar¨ªa Teresa Le¨®n, Ernestina de Champourc¨ªn o Rosa Chacel.
La herencia literaria de la sobrina de Altolaguirre promete sorpresas. El Nobel Vicente Aleixandre escribi¨® su poema El pie en la arena en septiembre de 1943. Los 11 versos del manuscrito original, ahora en Fuente Vaqueros, no son los que finalmente aparecieron en el libro Sombra del para¨ªso, publicado unos meses despu¨¦s. En el original, poco o nada conocido hasta ahora y que incluye una gran X que tacha todo el poema, aparecen dos versos y medio que fueron cambiados por el autor. ¡°?Qui¨¦n pudiera seguirte, viento d¨¦bil que disipaste, un d¨ªa, un cuerpo hermoso y m¨ªo!¡± fue transformado por el definitivo ¡°Qui¨¦n pudiera seguirte, aire que un d¨ªa arrebataste la ¨²ltima sospecha de una carne¡±. Para Alejandro Duque Amusco, uno de los mayores especialistas en el Nobel espa?ol, ¡°Aleixandre debi¨® considerar el poema demasiado personal y lo despersonaliz¨®¡±. Y concluye, ¡°y, adem¨¢s, lo mejor¨®¡±.
Cuando Guill¨¦n advirti¨® a Cernuda
Luis Cernuda public¨® en abril de 1927 su poemario Perfil del aire. A ra¨ªz de esa publicaci¨®n, Cernuda se enfad¨® con su amigo Pedro Salinas, porque este public¨® una cr¨ªtica defini¨¦ndolo como un libro ¡°muy guilleniano¡±. Un documento del legado de Maya Altolaguirre nos indica que ya antes, el propio Guill¨¦n hab¨ªa advertido, a su manera, a Cernuda de que escrib¨ªa de modo muy semejante a ¨¦l. En una carta fechada el 16 de diciembre de 1926, Guill¨¦n cuenta a Cernuda que, gracias a su com¨²n amigo Salinas, conoce sus versos para, a continuaci¨®n, con una elegancia fuera de toda duda, le comenta que ¡°su direcci¨®n po¨¦tica ¨Cquiero decir solo eso: el rumbo ¨Cla siento sin duda¨C en parte paralela a la que informa mis propias fortalezas¡±. Es decir, Guill¨¦n ya advirti¨® a Cernuda en privado lo que luego Salinas le dijo en p¨²blico: ¡°Es usted demasiado guilleniano¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.