La escuela de m¨²sica casi perfecta
La Reina Sof¨ªa cumple 25 a?os entre las mejores del mundo y afronta un futuro asentada en la ¨¦lite de la educaci¨®n musical
En la plaza de Oriente, de Madrid, se alza un discreto edificio que representa una met¨¢fora de la globalidad creativa. Entre sus 150 alumnos se mezclan 34 nacionalidades y de las ventanas sale un continuo sonido de pianos, violines, chelos, flautas¡ Es la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa.
Cumple este curso 25 a?os entre la ¨¦lite mundial de la educaci¨®n especializada. Una liga en la que compiten la Juilliard, de Nueva York, el Curtis Institute, de Filadelfia; Berklee, en Boston; el Conservatorio de Viena, la Royal Academy londinense o el Sistema Abreu venezolano, entre otros¡ Y Madrid, con este centro milagro, ajeno durante a?os a los programas oficiales ¡ªaunque ahora han logrado la convalidaci¨®n¡ª, que cuenta con algunos de los mejores profesores del mundo, con un 9% de sus graduados en grandes orquestas o de la que han salido figuras como Arcadi Volodos, Marta Zabaleta, Aquiles Machado, Celso Albelo, el cuarteto Casals...
La revista especializada Strad la destacaba hace tiempo en un titular: "Una de las mejores escuelas del mundo¡ si no la mejor". La cre¨® hace un cuarto de siglo Paloma O¡¯Shea, obsesionada por una idea de futuro para un pa¨ªs que hab¨ªa recorrido ya muchas d¨¦cadas de primaria musical y necesitaba un aceler¨®n. ¡°Para hacerlo bien ten¨ªamos claro que deb¨ªamos contar no s¨®lo con los mejores profesores, sino tambi¨¦n con los mejores alumnos. La excelencia en un aula se logra aprendiendo de los grandes pero tambi¨¦n por efecto contagio entre quienes aprenden", afirma.
Es algo que la Reina Sof¨ªa ha pegado a su vez en otras escuelas espa?olas. En los ¨²ltimos 20 a?os han visto crecer su prestigio centros como el Conservatorio de Atocha, en Madrid; Musikene, en San Sebasti¨¢n; la Esmuc, en Barcelona¡ Espa?a ya no es un p¨¢ramo en este sentido.
La excelencia, en un aula se logra aprendiendo de los grandes pero tambi¨¦n por efecto contagio entre quienes aprenden¡±, dice Paloma O'Shea
La selecci¨®n es riguros¨ªsima. ¡°De las 400 peticiones anuales admitimos entre 30 y 40 cada curso. La inmensa mayor¨ªa vienen becados. El a?o cuesta 19.200 euros. Todo aquel que no se lo puede permitir pero demuestra cualidades, entra. Ninguno entre los buenos queda fuera¡±, asegura Julia S¨¢nchez, directora general de la escuela.
La internacionalizaci¨®n es uno de sus objetivos: ¡°Un tercio de los alumnos llegan de Espa?a, dos tercios del resto del mundo, con preponderancia de Am¨¦rica Latina y Europa del Este. Ejemplo de ello son Karla Mart¨ªnez, cubana, 28 a?os, estudiante de piano, o Samuel Palomino, venezolano, 23 a?os, apuntado en viola. Ambos coinciden: ¡°La elegimos porque es la mejor¡±, comentan junto a Juan Coss¨ªo, asturiano de 19 a?os y centrado en la flauta, o Enrique Lapaz, pianista valenciano. Hay algo que les preocupa: ¡°Estamos tan centrados y a gusto que a veces parece que la vida no vaya a ser tan dura ah¨ª fuera¡±, asegura Mart¨ªnez.
Pero lo es¡ Y a conciencia en el mundo de la m¨²sica, cada vez m¨¢s competitivo y vacunado contra una excelencia que muchas veces se diluye entre un n¨²mero insostenible de aspirantes con tremendas dotes. Los niveles suben. Es algo que aprecian a?o tras a?o ?lvaro Guivert, que ha sido jefe de estudios, o Fabian Panisello, compositor, int¨¦rprete especializado en m¨²sica contempor¨¢nea al frente del Plural Ensemble y director de la escuela. ¡°Tratamos de que aprendan, pero tambi¨¦n de que pierdan el miedo al p¨²blico organizando conciertos en el auditorio de la escuela. Nuestro objetivo es que nada quede en el aula, sino que se haga realidad en el escenario¡±, asegura Panisello.
Nuestro objetivo es que nada quede en el aula, sino que se haga realidad en el escenario¡±, asegura Fabian Panisello
Tambi¨¦n fomentan la pr¨¢ctica en grupo: c¨¢mara, orquesta, sinfoniettas¡ Pero no quieren o¨ªr hablar de relajaci¨®n: ¡°Ese estr¨¦s positivo permanente les viene bien¡±, a?ade Panisello. Por eso la escuela abre todo el a?o y a horario generoso ¡ªentre las 8 y la una de la madrugada¡ª, para que no tengan problemas a la hora de practicar ante vecinos poco receptivos.
Pero el futuro exige nuevos retos, afirma Guivert. ¡°La sociedad est¨¢ cambiando a una velocidad de v¨¦rtigo y eso afecta tambi¨¦n a la m¨²sica. Ya no existe el star system. Eso es una ventaja, pero la gesti¨®n de un n¨²mero de talento tan descomunal tambi¨¦n puede ser frustrante. No sab¨ªamos en 2006 que ¨ªbamos a estar d¨®nde est¨¢bamos. Pero es que no tenemos ni idea de d¨®nde andaremos en 2026. Es hora de saltar barreras y otear el horizonte¡±.
En ese horizonte, lo que no faltar¨¢n ser¨¢n grandes maestros, como el caso de la argentina Ana Chumachenko, que lleva la c¨¢tedra de viol¨ªn en un panel en el que tambi¨¦n destacan en la Reina Sof¨ªa Dimitri Bashkirov (piano), Zakhar Bron (viol¨ªn), Antoni Ros Marb¨¢ (orquesta) o por la que han pasado, por ejemplo, Alfredo Kraus y Teresa Berganza en canto¡ La profesora de viol¨ªn vigila que sus alumnos corran con los dedos, pero que no lo hagan, dice, ¡°sin meta ni sentido¡±. Ella y todo el equipo de la escuela saben que la carrera en la m¨²sica es un marat¨®n, nunca una final de 100 metros vallas con ca¨ªda casi segura.
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