¡®Vel¨¢zquez desaparecido¡¯, la historia de una pasi¨®n
Laura Cumming, cr¨ªtica de 'The Observer', reflexiona sobre el arte del artista sevillano en un libro de aventuras y de historia
Hace mucho tiempo que Laura Cumming (Edimburgo, 1961) sent¨ªa la necesidad de escribir sobre Vel¨¢zquez, el artista que para ella mejor representa la emoci¨®n del arte. Quer¨ªa, adem¨¢s, que ese libro sirviera para que los admiradores del pintor sevillano conectaran entre ellos. El pretexto lo encontr¨® hace unos cuatro a?os cuando por casualidad cayeron en sus manos unos legajos que hablaban de John Snar, un librero ingl¨¦s que hab¨ªa comprado el retrato del pr¨ªncipe Carlos en una subasta por 8 libras. Desde el primer momento, Snar crey¨® que en sus manos ten¨ªa un vel¨¢zquez y, sin la intenci¨®n de venderlo, dedic¨® toda su energ¨ªa a demostrar que la tela hab¨ªa salido de las manos del autor de Las Meninas; un empe?o que arruin¨® su vida y por el que acab¨® abandonando su pa¨ªs y su familia. La vida de este hombre empecinado y arrogante es el hilo conductor sobre el que Cumming ha materializado su homenaje pendiente en Vel¨¢zquez Desaparecido (Taurus), una novela-ensayo con aire de suspense en la que la autora, que es cr¨ªtica de arte en el semanal The Observer, da rienda suelta a su pasi¨®n por el artista espa?ol.
En una entrevista celebrada durante la promoci¨®n de su libro en Espa?a (la edici¨®n anglosajona se public¨® hace dos meses) Laura Cumming reconoce que puede que lo de menos sea saber si el cuadro era aut¨¦ntico o falso e incluso si realmente existi¨®. ¡°Para m¨ª es la historia de mi pasi¨®n por Vel¨¢zquez y una llamada de atenci¨®n para que el arte se enfoque de una manera diferente a como lo hacemos habitualmente. Yo quer¨ªa que sirviera para que todos sus admiradores tuvi¨¦ramos un lazo en com¨²n. He le¨ªdo muchos libros de expertos, pero no conozco ninguno que hable de las respuestas emocionales que provoca la contemplaci¨®n de sus obras. Cuando por primera vez estuve ante Las Meninas sent¨ª algo parecido a una revelaci¨®n¡±.
Esa impresi¨®n ante Las meninas est¨¢ ligada al recuerdo que ella conserva de su padre, el artista James Cumming. ¡°Era pintor y Vel¨¢zquez, tambi¨¦n para ¨¦l, era el no va m¨¢s. Muri¨® de un c¨¢ncer fulminante que le arrebat¨® la vista y el cerebro en los noventa y yo me promet¨ª a m¨ª misma no volver a mirar un cuadro que no fuera de mi padre. Pero poco despu¨¦s vine a Madrid y cada d¨ªa pasaba delante del Museo del Prado. Un d¨ªa me anim¨¦, pero solo para ver los cuadros de El Greco. Recuerdo perfectamente el momento en el que paseaba por las salas y de repente mi cabeza gir¨® de manera involuntaria. Ante m¨ª estaban Las Meninas. No puedo ni siquiera describir lo que fue aquello. Supe ya entonces que ten¨ªa que escribir sobre Vel¨¢zquez¡±.
?Por qu¨¦ utiliz¨® la historia real de John Snar para hablar de Vel¨¢zquez?. ¡°Soy periodista y tengo libertad para escribir sobre Vel¨¢zquez de una manera diferente a como lo har¨ªa un historiador. Cuando me encontr¨¦ con los papeles polvorientos donde se guardaba parte de la historia de Snar, me puse a trabajar en ello. Tard¨¦ dos a?os en juntar las piezas del puzle recabando informaci¨®n en Londres, Edimburgo y Nueva York . Es un personaje totalmente shakespiriano, uno de esos seres tr¨¢gicos al que la soberbia y el orgullo le pierden, nunca la ambici¨®n econ¨®mica. De hecho, muri¨® pobre como una rata¡±.
Los expertos en Vel¨¢zquez no se han pronunciado sobre el libro. No les pidi¨® ayuda mientras lo elaboraba ni despu¨¦s le han llegado comentarios. ¡°Al principio estaba preocupada por su reacci¨®n¡±, explica, ¡°pero despu¨¦s me relaj¨¦ e incluso me llegaron documentos que fortalec¨ªan mi historia¡±. Uno de esos documentos estaba firmado con seud¨®nimo por Mark Twain. El autor de las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn public¨® un texto period¨ªstico sobre la decadencia mental de John Snar. Adem¨¢s, un miembro del patronato de la National Gallery de Londres le hizo llegar un libro de notas de Snar en cuya caligraf¨ªa ya se apreciaba su deriva mental.
Defensora a ultranza de los museos y enemiga de la sola idea de adquirir una pintura para su disfrute exclusivo, Laura Cumming considera que el mundo actual de las subastas y el propio mercado del arte es una locura en la que no se tiene en cuenta ni la obra ni la emoci¨®n del p¨²blico. Tambi¨¦n le repele la deriva en la que se han metido los grandes museos para lograr el mayor n¨²mero de visitantes posible. ¡°Creo que no hay derecho a contemplar La Gioconda en el Louvre entre el hueco que te dejan cientos de cabezas. La contemplaci¨®n del arte tiene un car¨¢cter ¨ªntimo que no se puede perder¡±
Dedicada a la cr¨ªtica de arte desde hace dos d¨¦cadas, considera que su trabajo es importante porque ayuda tanto a los artistas como al p¨²blico. ¡°El papel del cr¨ªtico cosiste en determinar que es lo que ha querido hacer el artista y valorar si lo ha conseguido. Tienes que contarlo en un texto con palabras de manera que no perjudique la carrera del creador ni influya en el mercado. Esa es mi regla de oro¡±.
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