¡®La La Land¡¯, una noche para bailar

Puede que no sea original. Que suene a Los paraguas de Cherburgo, a Corazonada, a Stanley Donen, a las grandes secuencias de Busby Berkeley... A Un americano en Par¨ªs, a Sombrero de copa, a aquellos bailes infinitos de Fred Astaire, al mejor jazz. Y qu¨¦. La ciudad de las estrellas (La La Land) te reconcilia con un cine del que, adem¨¢s, cada vez se ven menos ejemplos en la gran pantalla. Se canta, se baila, se ama, se lucha. Todo con pasi¨®n. Despu¨¦s de ver la ceremonia de los Globos de Oro, que no dejan de ser unos premios votados por 90 personas, uno ha acabado con la sensaci¨®n de una justicia po¨¦tica complicada. Que un cineasta que en diez d¨ªas va a cumplir 32 a?os (tan joven es a pesar de su clasicismo f¨ªlmico) arrase as¨ª en la gala no est¨¢ mal, porque su trabajo resucita aquella vieja sensaci¨®n de disfrute que en esta temporada han defendido tambi¨¦n dos t¨ªtulos antag¨®nicos ¡ªy rivales al Globo de Oro en comedia o musical¡ª como Deadpool y Sing Street. Damien Chazelle lleva adem¨¢s un lustro intentado sacar adelante este guion, un musical de 30 millones de euros (uno se imagina las risas de los ejecutivos hoy congeladas), y antes dirigi¨® Whiplash como excepcional carta de presentaci¨®n.

La Asociaci¨®n de Prensa Extranjera en Hollywood nunca fue muy coherente a la hora de elegir sus galardones. Esta noche muchos cin¨¦filos hemos cambiado nuestra percepci¨®n sobre este grupo, acusado habitualmente de ser f¨¢cilmente influible. Porque la segunda pel¨ªcula con m¨¢s galardones ha sido Elle, de Paul Verhoeven, con dos: a mejor actriz dram¨¢tica para Isabelle Huppert y a mejor filme de habla no inglesa. No hay thriller m¨¢s arriesgado este a?o como esta pel¨ªcula basada en una novela francesa, trasladada en su guion a Estados Unidos (donde ninguna actriz se atrevi¨® a interpretarla) y que volvi¨® a su pa¨ªs de origen ante el inter¨¦s de Isabelle Huppert por protagonizarla.

Para el resto tambi¨¦n ha habido cari?o: un Globo de Oro para Moonlight (mejor drama), otro para Manchester frente al mar (mejor actor dram¨¢tico para Casey Affleck), otro para Animales nocturnos (mejor secundario para Aaron Taylor-Johnson, otro para Fences (mejor actriz secundaria para Viola Davis) y mejor pel¨ªcula de animaci¨®n para Zootr¨®polis (aunque aqu¨ª no hubiera estado de m¨¢s reconocer la stop-motion y el guion de Kubo y las dos cuerdas m¨¢gicas).

Pero todo fue para La ciudad de las estrellas (La La Land), que gan¨® siete de siete, una cifra nunca antes alcanzada en los Globos de Oro. La anterior marca ¡ªseis de seis¡ª le pertenec¨ªa a Alguien vol¨® sobre el nido del cuco, de Milos Forman. Un cl¨¢sico derrotado por otro cl¨¢sico, al que habr¨¢ que esperar si tambi¨¦n encumbran los Oscar: en las dos ¨²ltimas ediciones los premios de Hollywood no coincidieron con los de la prensa extranjera, al menos en las categor¨ªas de mejor pel¨ªcula.

Es curioso: la referencia a Stanley Donen (por cierto, uno de los grandes a¨²n vivo) que sobrevuela a La ciudad de las estrellas fue pertinente en una noche en la que se homenaje¨® a su actriz de Cantando bajo la lluvia, Debbie Reynolds, fallecida el pasado 28 de diciembre, un d¨ªa despu¨¦s que su hija, Carrie Fisher. A la que tambi¨¦n record¨® Meryl Streep, al final de su discurso de agradecimiento del premio de honor: "Como me dijo la princesa Leia: 'Coge tu coraz¨®n roto y convi¨¦rtelo en arte". Y eso es La La Land.