Berlanga, el mejor retratista de los espa?oles del siglo XX
Un ciclo de doce pel¨ªculas del director analizar¨¢ la vida bajo el franquismo
Desde la burgues¨ªa de principios de siglo, la guerra civil en el frente, la ilusi¨®n de la autarqu¨ªa, las penalidades de la posguerra, la vida gris y angustiosa de los funcionarios o los negocios del franquismo. Luis Garc¨ªa Berlanga (Valencia, 1921-Madrid, 2010) retrat¨® como nadie la vida de los espa?oles del siglo XX a trav¨¦s de su cine. Con una mirada compasiva hacia la gente, no exenta de iron¨ªa y de esperanza, las pel¨ªculas de Berlanga fueron fiel reflejo de una Espa?a triste y gris, bajo la dictadura franquista.
Un ciclo, organizado por Caixa Forum y la Fundaci¨®n Ortega-Mara?¨®n, har¨¢ un repaso, a trav¨¦s de doce pel¨ªculas del cineasta, de la historia de Espa?a, sus gentes y sus pueblos. Historiadores, fil¨®sofos, escritores y cineastas participar¨¢n en este proyecto que se inaugura este pr¨®ximo jueves con la proyecci¨®n de Novio a la vista.Cada jueves, en la sede de Caixa Forum, en Madrid, (Paseo del Prado 36) y a un precio de 4 euros, se proyectar¨¢, en pantalla grande, un t¨ªtulo, seguido de la intervenci¨®n de profesionales, entre los que destacan historiadores como Santos Juli¨¢ o Carmen Iglesias, los escritores Antonio Mu?oz Molina o Elvira Lindo y cineastas como Fernando Trueba o Jaime Ch¨¢varri, entre otros.
M¨¢s all¨¢ de gustos cinematogr¨¢ficos, Fernando Trueba, que participar¨¢ en la jornada dedicada a Pl¨¢cido, asegura que "si uno quiere saber lo que fue este pa¨ªs no hay mejores documentos hist¨®ricos y precisos que las pel¨ªculas Pl¨¢cido, El verdugo y Esa pareja feliz". "Es un cine que va m¨¢s all¨¢ de la propia comedia que entra de lleno en el realismo m¨¢s hiperrealista", a?ade el director de La reina de Espa?a, para quien Pl¨¢cido pertenece a ese grupo de pel¨ªculas que necesita ver cada cierto tiempo.
Para Santos Juli¨¢, que ser¨¢ el encargado de presentar La vaquilla, Berlanga retrat¨® la vida tal y como era. ¡°El cine de Berlanga era nuestra vida. Nos emocionaba porque, sin dar lecciones, te ve¨ªas reflejado en sus pel¨ªculas. No dej¨® nunca de retratar el clima del franquismo, la losa gris de la dictadura, pero siempre con una llamada a la esperanza, a que la vida no se acababa ah¨ª. Dentro de toda la oscuridad y negrura de la ¨¦poca, su mirada ir¨®nica y distanciada te procuraba, de alguna manera, un cierto confort cuando sal¨ªas del cine¡± asegura el historiador. Elvira Lindo, que participar¨¢ el d¨ªa de la proyecci¨®n de ?Vivan los novios!, la grandeza de Berlanga ¡ª¡°Para m¨ª fue todo un maestro¡±¡ª reside en esa capacidad, peculiar y dif¨ªcil, de hacer un retrato colectivo e individual de la gente y conocer de primera mano la realidad de cada ¨¦poca. ¡°Unos directores pueden ser m¨¢s po¨¦ticos y otros m¨¢s dram¨¢ticos, pero de lo que no hay ninguna duda es de que Berlanga es ¨²nico en el retrato de la gente¡±, a?ade Lindo.
Este ciclo coincide con la publicaci¨®n, en el ¨²ltimo n¨²mero de la Revista de Occidente, de dos in¨¦ditos del director y su guionista, Rafael Azcona, su gran compa?ero en la vida y en el cine y figura esencial en la cinematograf¨ªa de Berlanga. El guion para Las cuatro verdades, y el argumento original de Siente un pobre a su mesa (embri¨®n de Pl¨¢cido), firmados por Berlanga y Azcona, son, en opini¨®n de Fernando Rodr¨ªguez Lafuente, un pr¨®logo de lujo para el ¡°enorme fresco de la realidad de los espa?oles del siglo XX¡± que supone la realizaci¨®n de este ciclo. ¡°Es una ocasi¨®n ¨²nica para revisar y volver a vivir la obra del que es considerado el m¨¢s grande director del cine espa?ol¡±, asegura Lafuente, que ha colaborado para el proyecto con el hijo del cineasta, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa- Berlanga, y la productora Sol Carnicero.¡°Ser¨¢ una manera de redescubrir la dimensi¨®n intelectual y narrativa de Berlanga, que creo que est¨¢ algo desdibujada en la memoria de los espa?oles¡±, ha asegurado el hijo del cineasta, para quien hoy su padre no podr¨ªa haber hecho ?Bienvenido, mister Marshall!.¡°La tiran¨ªa capitalista puede ser m¨¢s extrema que la censura franquista¡±.
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