Bette Davis: la belleza diferente de una diva

Bette Davis acudi¨® en septiembre de 1989 al Festival de San Sebasti¨¢n consciente de que iba a ser su ¨²ltima gran aparici¨®n p¨²blica. Y as¨ª fue. La actriz, que ten¨ªa entonces 81 a?os y estaba enferma de c¨¢ncer, fue trasladada nada m¨¢s terminar la edici¨®n donostiarra al Hospital Americano de Par¨ªs donde muri¨® el 6 de octubre.

Pocos d¨ªas antes de su fallecimiento, ofreci¨® una legendaria rueda de prensa en el Hotel Mar¨ªa Cristina. Fumando un cigarrillo tras otro, Bette Davis repas¨® ante los periodistas sus pel¨ªculas m¨¢s famosas y su ac¨¦rrima rivalidad con las actrices Joan Crawford y Miriam Hopkins. Aquella rueda de prensa forma parte de Con mi propia voz, una serie de piezas de producci¨®n propia en la que TCM ha rescatado las voces de grandes estrellas del cine a su paso por festivales internacionales.

¡°Mi carrera no hubiera sido la misma sin la direcci¨®n de William Wyler. Debo mi carrera, en gran parte, a su direcci¨®n en La Loba, su direcci¨®n en La carta y su direcci¨®n en Jezabel¡±, dijo Bette Davis en San Sebasti¨¢n. ¡°Siempre me ha gustado interpretar personajes con picard¨ªa y Jezabel, sin duda, era una chica p¨ªcara. Me lo pas¨¦ en grande interpretando a Jezabel¡±, record¨® emocionada.

La estrella defendi¨® rotundamente el sistema de estudios que reg¨ªa el funcionamiento del cine cl¨¢sico en Hollywood. ¡°Estuve en la Warner dieciocho a?os. Ya no hay esa continuidad para la gente joven. Hoy en d¨ªa creo que lo hubiera pasado muy mal y habr¨ªa sido imposible para m¨ª tener esta carrera¡±, afirm¨® rotundamente.

Uno de los aspectos en los que puso m¨¢s ¨¦nfasis fue en c¨®mo rompi¨® con los est¨¢ndares de belleza que reg¨ªan el mundo del cine. ¡°Cuando llegu¨¦ a Hollywood no sab¨ªan qu¨¦ hacer con mi belleza diferente. Les llev¨® un buen tiempo acostumbrarse a ella. Pero creo que, a la larga, esta diferencia fue un plus para mi carrera. Lo tengo claro¡±. Y a?adi¨®: ¡°Cuando envejeces, si has sido una gran belleza, la tragedia es mucho mayor que si has tenido una cara diferente como la m¨ªa¡±.

Y naturalmente tambi¨¦n habl¨® de sus ojos: ¡°Siempre he estado agradecida a mis ojos. Eran el mejor rasgo que pod¨ªa ofrecer a la c¨¢mara. Est¨¢ claro que las emociones nacen en la cabeza, pero salen por los ojos¡±.

Pero si algo qued¨® claro con su presencia en San Sebasti¨¢n es que Bette Davis era totalmente consciente de su condici¨®n de mito cinematogr¨¢fico, un estatus que aliment¨® hasta el final. Nada m¨¢s llegar a la capital guipuzcoana se encerr¨® en su habitaci¨®n del hotel Mar¨ªa Cristina durante cinco d¨ªas para preparar minuciosamente todos los detalles de su presentaci¨®n ante la prensa acreditada y ante el p¨²blico donostiarra. Una estancia que no tard¨® en convertirse en una de las grandes leyendas del Festival, tal y como reflejaba El ¨²ltimo adi¨®s de Bette Davis, el documental que TCM produjo en 2014.

Y para terminar, la diva emocion¨® a todos los presentes afirmando que nunca dejar¨ªa el cine. ¡°?Retirada, por qu¨¦? Ojal¨¢ pueda seguir actuando siempre. Amo mi trabajo. El cine ha sido mi vida. Una gran vida. Ahora solo rezo para que pueda encontrar una pel¨ªcula para m¨ª, con un papel de mi edad. Solo rezo para encontrarlo¡±. No pudo ser, pero en San Sebasti¨¢n, esos d¨ªas de septiembre de 1989, los ¨²ltimos de su vida, Bette Davis, fue m¨¢s que nunca La Loba.