Las series s¨ª son para viejos
Los ancianos viven una edad de oro en la televisi¨®n: se han multiplicado los personajes memorables frente a adolescentes muy inferiores en fuerza dram¨¢tica
Lo que ha ocurrido en la serie Ray Donovan ha sido extraordinario. Pese al intento de continuar en la venerable tradici¨®n de los protagonistas blancos de media edad en crisis de identidad (digamos: Tony Soprano, Don Draper, Walter White), en una ¨¦poca en la que se ha puesto en duda precisamente esa centralidad heteropatriarcal (con Orange Is The New Black o Transparent como emblemas de la crisis necesaria), el personaje encarnado por el cincuent¨®n Liev Schreiber ha sido literalmente devorado por su padre, Mickey Donovan, interpretado por un Jon ?Voight que pronto cumplir¨¢ 80 tacos. Tengo para m¨ª que por eso no lo han matado (?es spoiler revelar que alguien no muere?) en estas cuatro temporadas. Porque se ha vuelto imprescindible. Nos interesa mucho menos el hijo monol¨ªtico que el padre crepuscular. La dichosa tradici¨®n de los protagonistas de mediana edad se ha vuelto, al fin, senil.
Mickey Donovan amplifica un fen¨®meno que acompa?a a esta tercera edad de oro de la televisi¨®n desde el principio: la de personajes ancianos absolutamente memorables. Mientras que los adolescentes son por lo general dram¨¢ticamente descartables, tal vez con la ¨²nica excepci¨®n de Juego de tronos (donde se entrenan duramente para tomar las riendas del futuro) o The Americans (un relato que gana quilates narrativos cada vez que enfoca el dilema de si los hijos, nacidos en Estados Unidos y sin conciencia de su ascendencia rusa, ser¨¢n o no formados tambi¨¦n como esp¨ªas), en los ¨²ltimos a?os los actores y actrices de la tercera edad han ido moldeando figuras que ya forman parte de la mitolog¨ªa cat¨®dica de nuestra ¨¦poca. Livia Soprano (interpretada por Nancy Marchand en Los Soprano), Ruth Fisher (Frances Conroy, A dos metros bajo tierra), Jackie Florrick (Mary ?Beth Peil, The Good Wife) o Violet Crawley (?Maggie ?Smith, Downton Abbey), por citar cuatro mujeres, constituyen algunas de las cimas de esta dimensi¨®n coprotagonista y extrema. Porque la dimensi¨®n central est¨¢ por lo general protagonizada por padres, en conflicto permanente con sus hijos adolescentes, pero los momentos m¨¢s duros o m¨¢s hilarantes, la tragicomedia puntual e hiperb¨®lica, a menudo se da en los cuerpos y las voces de esos dorados secundarios.
Transparent es Las chicas de oro del siglo XXI. Si las cuatro viejitas eran heterosexuales en el marco dulce de una comedia, Morton/Maura es transexual en el pantano de una tragicomedia. Como Livia, Ruth, Ja?ckie o Violet, el humor y la amargura conviven en sus carnes y sus palabras; pero, a diferencia de ellas, Maura es protagonista. Centremos nuestra atenci¨®n en el abuelo que deviene abuela, nos dice Jill Soloway, su creadora, inspirada por la metamorfosis de su propio padre. Miremos con atenci¨®n su vida, su ocultamiento, su punto de inflexi¨®n. Observemos su sexualidad, su deseo. Porque Transparent no s¨®lo tiene un protagonista de 70 a?os, tambi¨¦n muestra residencias de ancianos, sexo entre ancianos, su soledad, sus enfermedades, sus alegr¨ªas, sus herencias, sus miserias, sus mercados. S¨ª: son, entre otras muchas cosas, un gran mercado. El gran mercado s¨¦nior.
Desde el interior de los relatos, esos seres inolvidables que nos ha ido regalando la serialidad se benefician de la experiencia de sus int¨¦rpretes, a menudo extraordinarios, a menudo en paro durante demasiado tiempo; y son claramente teleshakespearianos. Pero si los miramos a vista de p¨¢jaro, se revelan como marionetas, como s¨ªmbolos, como arquetipos, manifestaciones concretas en clave de ficci¨®n de la necesidad de representaci¨®n de una franja social que cada vez es m¨¢s activa, m¨¢s vital, m¨¢s sexual, m¨¢s consumista. No cesa de crecer la bibliograf¨ªa al respecto, y casi toda tiene que ver con el marketing y las finanzas. Mary S. Furlong es muy expl¨ªcita con el t¨ªtulo de su libro: Turning Silver Into Gold (convirtiendo la plata en oro). Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), entre el a?o 2000 y 2050 habremos pasado de un 11% de ciudadanos del mundo mayores de 60 a?os a un 22%. Hablamos de un incremento de 605 millones a 2.000 millones en medio siglo. El viagra no es s¨®lo un medicamento o una realidad: es tambi¨¦n la met¨¢fora de un deseo colectivo. La sociedad del siglo XXI aplaza la decadencia f¨ªsica e intelectual y alarga la jubilaci¨®n creativa. El protagonismo de nuestros relatos colectivos no puede recaer en una ¨²nica franja de edad: debe compartirse. Las series nos ayudan a entender esa nueva realidad y a construirla.
Jorge Carri¨®n es autor de ¡®Teleshakespeare¡¯ (Errata Naturae) y de ¡®Librer¨ªas. Edici¨®n aumentada¡¯ (Anagrama, 2016).
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