La importancia de la m¨²sica para ascensores
Editado en Espa?a 'Oc¨¦ano de sonido', libro que reformul¨® la historia de la m¨²sica del siglo XX desde el prisma del movimiento 'ambient'
En 2015, el compositor Max Richter public¨® Sleep, ¡°una nana para un mundo fren¨¦tico¡±, afirm¨®. La obra original, disponible en Internet, es una ¨²nica pieza de ocho horas pensada para ser escuchada durante una noche de sue?o. As¨ª planteado, Sleep ser¨ªa el cenit del ambient, un estilo de m¨²sica electr¨®nica que nace de una tesis formulada a mediados de los setenta por el brit¨¢nico Brian Eno, figura imprescindible de la m¨²sica popular moderna. ¡°La m¨²sica ambient tiene que ser capaz de ajustarse a varios niveles de atenci¨®n auditiva sin imponerse en ninguna: ha de poder ser ignorada como interesante¡±. La frase, considerada la definici¨®n cl¨¢sica de este estilo, aparec¨ªa en Ambient?1, Music for Airports, disco de Brian Eno de 1978 que ciment¨® un g¨¦nero que ha crecido hasta crear un universo. Hasta entonces, la m¨²sica ambiental era considerada solo f¨¢cil de ignorar, sonido de fondo, m¨²sica fabricada para tapar inc¨®modos silencios en ascensores y consultas. En Estados Unidos se la despreciaba llam¨¢ndola muzak, el nombre de la marca que comercializaba esas melod¨ªas inanes. En Espa?a, hilo musical.
Pero Brian Eno hablaba de la m¨²sica ambient como un perfume o un tinte, algo que se puede infundir sutilmente y provocar cambios an¨ªmicos sin ser percibidos. Como la brisa o un rayo de sol. Algo que permite estar y evadirse. Un s¨ªmil que retoma el autor brit¨¢nico David Toop en su libro Oc¨¦ano de sonido, traducido por primera vez al espa?ol por la editorial argentina Caja Negra. Una obra publicada en 1995 que, en un mundo como el de la m¨²sica, en constante cambio, deber¨ªa ser ya obsoleta. ¡°Lo que hace Toop en el libro no es hablar de ambient en s¨ª. Es asociarlo con ciertas sonoridades. Desprejuicia la electr¨®nica, que en los noventa era una escena estanca y la asocia a diversos movimientos. Es una idea muy moderna que en ese momento sonaba extra?a. Ahora no es raro asociar la electr¨®nica con el gamel¨¢n balin¨¦s o el trance marroqu¨ª. En 1995 era impensable¡±, explica el periodista C¨¦sar Estabiel, encargado de la presentaci¨®n en Espa?a del libro. Y algo similar argumenta el autor.¡°Oc¨¦ano de sonido era una forma alternativa de formular la m¨²sica del siglo XX, un modo de repensar las divisiones establecidas de g¨¦nero, estilo, cultura alta y baja, incluso la noci¨®n de lo que es m¨²sica. Hay muchas otras maneras para contar el camino entre Debussy y la cultura del club, pero no creo que comenzar en 1995 y rastrear una red similar de conexiones funcionara¡±, dice desde Reino Unido este m¨²sico y ensayista nacido en Londres en 1949. Antiguo miembro de The Flying Lizards, grupo que en los primeros ochenta consigui¨® llevar el pop de vanguardia a las listas de ¨¦xitos estadounidenses, escritor, columnista y hoy profesor de improvisaci¨®n en el London College of Comunication.
¡°Cuando el 'ambient' se ejecuta perfectamente produce el resultado deseado: el tiempo se vuelve el¨¢stico y maleable¡±
El viaje de Oc¨¦ano de sonido comienza en 1889 cuando Claude Debussy asiste a un concierto de m¨²sica indonesia en Par¨ªs y aquella sonoridad le marca profundamente. El sonido del gamel¨¢n de Bali vuelve a aparecer d¨¦cadas m¨¢s tarde en la m¨²sica occidental de manos del compositor canadiense Colin McPhee. ¡°En la ¨¦poca en que McPhee vivi¨® en Bali para estudiar el gamel¨¢n, antes de la Segunda Guerra Mundial, todav¨ªa era posible escenificar largos dramas de baile que duraban toda la noche. Naturalmente, la gente se dorm¨ªa y no importaba porque la concepci¨®n no exig¨ªa atenci¨®n total del p¨²blico¡±, explica Toop, que opina que el ambient es m¨¢s una forma de escuchar que de hacer m¨²sica. Por eso, por las p¨¢ginas de Oc¨¦ano de sonido pasan Erik Satie y Aphex Twin; La Monte Young y Brian Wilson; Sun Ra y The KLF; Terry Riley y Ryuichi Sakamoto.
Porque Sleep, de Richter, y el neocl¨¢sicismo de A Winged Victory For The Sullen son ambient, pero tambi¨¦n lo es su reverso oscuro, representado por By the Throat, de Ben Frost, un ¨¢lbum amenazador y siniestro catalogado como dark ambient. En esa corriente se incluyen las texturas de The Haxan Cloak, reciente colaborador de Bj?rk, o las letan¨ªas met¨¢licas de Sunn O))). Frost, un australiano asentado en Islandia, crea en sus sobrecogedores directos atm¨®sferas que envuelven al oyente como amplificando la burbuja de desasosiego que causa salir de la cama cada ma?ana sabiendo que algo horrible ha pasado en alg¨²n lugar del mundo y que eso no va a cambiar nuestra rutina cotidiana. El ambient en el siglo XXI puede ser m¨²sica para ayudar a dormir o m¨²sica para quitar el sue?o.
El 'ambient' est¨¢ por todas partes, ya sea el c¨®smico o el basado en manipulaciones sonoras y samplers
El ambient est¨¢ por todas partes, ya sea c¨®smico como el de Nils ?Frahm o basado en manipulaciones sonoras y samplers como el de Tim Hecker, William Basinski o The Caretaker. O el trabajo de Rafael Anton Irisarri, que algunos llaman posminimalismo. Lo hay incluso para bailar, gracias a estrellas del club como Four Tet o Jon Hopkins.
Si el siglo XX fue el de la ruptura de las fronteras entre g¨¦neros, el XXI es el ambient como salvavidas, reflexionaba recientemente el compositor Keith Fullerton Whitman: ¡°?Qu¨¦ m¨²sica no es ambient en el siglo XXI? La vida actual demanda que la multitarea sea la actividad ¨²nica que ocupa todo nuestro campo sensorial. Atr¨¢s quedaron los d¨ªas donde con los ojos cerrados y unos auriculares pod¨ªas f¨¢cilmente deslizarte dentro de un disco y evadirte mientras sonaba entero. Hoy escuchar de los tres a cinco minutos de promedio de una canci¨®n pop con las distracciones y los procesos de pensamiento del mundo es casi un acto heroico. El atractivo del ambient es el de un experimento cient¨ªfico. Cuando se ejecuta perfectamente, el resultado produce los resultados deseados: el tiempo se vuelve el¨¢stico y maleable¡±. O quiz¨¢s, asegura David Toop, lo que pasa es que todo es m¨²sica. ¡°Para m¨ª, el concepto de ambient ha eliminado la l¨ªnea entre m¨²sica y otros sonidos no musicales. Conozco los argumentos cient¨ªficos sobre por qu¨¦ el trino de un p¨¢jaro no es m¨²sica, pero cuando escucho a un p¨¢jaro trinar, es m¨²sica¡±.
Oc¨¦ano de sonido. David Toop. Caja negra, 2016. 352 p¨¢ginas. 21 euros
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