¡°M¨¦xico contra el mundo, y aun contra la misma Espa?a¡±
El trabajo del historiador David Jorge sobre el contexto internacional de la Guerra Civil espa?ola muestra a una diplomacia mexicana m¨¢s republicana que la propia Rep¨²blica
![David Marcial P¨¦rez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0cf90cf5-089d-4574-b3ae-32ee996dc9c7.jpg?auth=90ca1e819bd994001ffa97722618fec216c574a2715afa0bf9a0844d5573afab&width=100&height=100&smart=true)
![Discurso del Presidente Lázaro Cárdenas a grupo de refugiados españoles.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DICTUKIL7XEU4UA53XGWFA7HII.jpg?auth=e91d25e1fbf4134b46d38525696faf23eccbdf4d9c20a38e2037a0d6a395c8d5&width=414)
Mayo de 1938. La aviaci¨®n alemana ya hab¨ªa arrasado la villa vasca de Guernica. Casi dos a?os de guerra y el bloqueo impuesto por Francia y Reino Unido est¨¢ ahogando a la Rep¨²blica. No es suficiente con la ayuda de la URSS. El Gobierno de Negr¨ªn sabe que la ¨²nica esperanza pasa por convencer a las democracias europeas para que den marcha atr¨¢s en su controvertida pol¨ªtica de neutralidad. Por eso, confiando en una diplomacia de perfil bajo, da la orden de acatar el pacto de Londres y Par¨ªs: ¡°aceptamos una pol¨ªtica rigurosa de no intervenci¨®n¡±. Ante la tibieza del propio gobierno republicano, s¨®lo M¨¦xico, implacable desde el principio con la sublevaci¨®n fascista y la equidistancia de la comunidad internacional, levanta una vez m¨¢s la voz. El delegado ante la Sociedad de Naciones le explica por carta la situaci¨®n a su presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas: ¡°la actitud de M¨¦xico, marcada por usted, resulta m¨¢s noble y gallarda. M¨¦xico contra el mundo entero, y a¨²n contra la misma Espa?a¡±.
En territorio espa?ol no se estaba librando s¨®lo una batalla civil. ¡°M¨¦xico entendi¨® mejor que nadie que se trataba de una guerra internacional. Alemania e Italia estaban ayudando a los sublevados desde el inicio mismo de la contienda. Al trascender el ¨¢mbito nacional, entran en juego los preceptos del Derecho Internacional, y en virtud de ello los Estados miembros deber¨ªan haber apoyado a la Rep¨²blica. M¨¦xico hace una defensa impecable de la soberan¨ªa espa?ola desde el punto de vista jur¨ªdico. La no intervenci¨®n franco-brit¨¢nica entraba en abierta contradicci¨®n con el Derecho Internacional de la ¨¦poca¡±, explica el historiador David Jorge, cuyo primer libro, Inseguridad Colectiva, muestra la firmeza con que la diplomacia mexicana actu¨® en el marco de la Sociedad de Naciones, el ¨®rgano multilateral nacido para ordenar pac¨ªficamente el mundo tras la I Guerra Mundial.
¡°En el cielo espa?ol ten¨ªan lugar a un mismo tiempo las luchas entre los chatos ¨Csovi¨¦ticos¨C y los Fiat ¨Citalianos¨C, entre las moscas ¨Ctambi¨¦n sovi¨¦ticos¨C y los Meserschmitt ¨Calemanes¨C¡°. Jorge, siguiendo la escuela de historiadores como Arnold J. Toynbee o ?ngel Vi?as, que prologa el texto, rechaza la definici¨®n de Guerra Civil ¡°por la l¨®gica de reducir el enfrentamiento a dos bandos espa?oles¡±, y prefiere hablar de ¡°Guerra de Espa?a, como el primer cap¨ªtulo de la II Guerra Mundial¡±.
![David Jorge, autor de 'Inseguridad Colectiva'](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/U6SU7U35HP6BTPM5JC7YJ7AB5A.jpg?auth=5cd498b5ac1ce788c04a058dd5f4ab3728b95506cb12ec54822a5f5529fa5a44&width=414)
El M¨¦xico posrevolucionario hab¨ªa encontrado una sinton¨ªa ideol¨®gica y personal con la Segunda Rep¨²blica desde su proclamaci¨®n en 1931. Ante el aislamiento regional, Espa?a representaba un puente hacia Europa. ¡°La vecindad estadounidense era una suerte de amenaza permanente y, al mismo tiempo, en el resto de Am¨¦rica Latina predominaban gobiernos dictatoriales o democracias de marcado car¨¢cter autoritario, como las de Argentina y Chile ¨Capunta el historiador¨C El acercamiento buscaba adem¨¢s ganar legitimidad democr¨¢tica y as¨ª paliar de alguna manera los d¨¦ficits internos de la ¨¦poca¡±.
Desde su independencia, M¨¦xico ya hab¨ªa sufrido los embates de dos potencias extranjeras. El nuevo ecosistema internacional, vertebrado por la Sociedad de Naciones, tenia como arco de b¨®veda la protecci¨®n de la soberan¨ªa nacional. El presidente C¨¢rdenas lo abraz¨® con fuerza: ¡°La Liga constituye un organismo previsor de conflictos entre naciones y un tribunal supremo ante el cual pueden acudir los pueblos injustamente atacados, para exponer sus derechos, reclamar justicia y obtener el fallo de la opini¨®n universal¡±.
Los movimientos b¨¦licos poscoloniales de la d¨¦cada de los 30 ¨CJap¨®n agrede a China en Manchuria, Italia invade Etiop¨ªa, Alemania e Italia luchan en Espa?a contra la Rep¨²blica espa?ola¨C dibujan un fantasma en el espejo mexicano. Defendiendo la soberan¨ªa de Espa?a, China o Etiop¨ªa, M¨¦xico estaba defendiendo su propia soberan¨ªa.
Defendiendo la soberan¨ªa de Espa?a, M¨¦xico estaba defendiendo su propia soberan¨ªa
¡°C¨¢rdenas lleg¨® incluso a escribir a Roosevelt en junio del 37 pidiendo que hiciera uso de su influencia moral sobre los pa¨ªses europeos en relaci¨®n al caso espa?ol¡±, explica Jorge. EE UU, fuera de la Sociedad de Naciones y en pleno rodaje del New Deal, se sum¨® a la controvertida pol¨ªtica de neutralidad franco-brit¨¢nica, asestando otro golpe letal a la Rep¨²blica. Espa?a no pod¨ªa comprar armas estadounidenses porque libraba una guerra intestina. Sin embargo, para Alemania e Italia, que oficialmente no participaban en el conflicto, no reg¨ªa el bloqueo. ¡°Roosevelt se arrepentir¨ªa del embargo ¨Cprecisa el historiador¨C en febrero del 39. Ya demasiado tarde¡±.
M¨¦xico intent¨® tambi¨¦n hacer de puente para saltar el embargo de armas al otro lado del Atl¨¢ntico. El embajador en Par¨ªs lleg¨® a un acuerdo con el ministro del Aire franc¨¦s para comprar aviones Potez 54 y enviarlos despu¨¦s a Espa?a. ¡°Este mecanismo va a durar poco. Las presiones brit¨¢nicas eran muy fuertes y Francia estaba en una posici¨®n de debilidad, traumatizada por el recuerdo de la Gran Guerra y con riesgo de conflicto civil por la fuerte divisi¨®n social en el pa¨ªs¡±, explica Jorge. La monarqu¨ªa brit¨¢nica y su diplomacia nunca vieron con buenos ojos a la rep¨²blica espa?ola. Desde el Foreign Office se lleg¨® a resumir el conflicto como una cuesti¨®n de ¡°rebeldes contra populacho¡±.
Acabada y perdida la guerra para la Rep¨²blica, los delegados mexicanos jugar¨¢n tambi¨¦n un papel crucial en la pol¨ªtica de asilo. Entre 20.000 y 30.000 exiliados llegar¨¢n a M¨¦xico. Muchos de ellos, despu¨¦s de cruzar los Pirineos en condiciones miserables y recluidos en humillantes campos de concentraci¨®n franceses. ¡°Diplom¨¢ticos mexicanos se pasaron d¨ªa y noche expidiendo visados para garantizar que los refugiados espa?oles no se iban a quedar en suelo franc¨¦s, sino que iban a pasar a M¨¦xico, y as¨ª evitar su repatriaci¨®n hacia una muerte m¨¢s que probable¡±.
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