Loli, modista de Lorenzo Caprile: ¡°Una costurera no se retira nunca¡±
Es inevitable sentirse seducida por la magia de este taller donde las modistas cosen primorosamente alrededor de una mesa. Mar¨ªa Dolores Guti¨¦rrez, Loli, es una de ellas
Vestidos de novia, de madrina y de hermana, de fiesta, de alfombra roja. Por esas creaciones, el dise?ador Lorenzo Caprile gan¨® en 2016 la Medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes. Puede que usted nunca encargue un vestido a medida pero es inevitable sentirse seducida por la magia de este taller donde las modistas, rodeadas de tules y lentejuelas, cosen primorosamente alrededor de una mesa. Mar¨ªa Dolores Guti¨¦rrez, Loli, es una de ellas. Se jubila en abril y se dice bendecida por haber estado toda una vida rodeada de belleza. Su jefe echar¨¢ de menos a esta costurera prodigiosa.
-Desde el primer d¨ªa, Lorenzo me bautiz¨® como Loli y con Loli me qued¨¦.
-Mi padre me dijo, si no quieres estudiar tienes que aprender un oficio. Hija m¨ªa, que nunca nadie te tenga que mantener.
-Nac¨ª en Belv¨ªs de la Jara, al lado de Talavera, una tierra de bordadoras, y ese es el oficio que yo aprend¨ª casi de ni?a, porque a m¨ª ser modista me parec¨ªa muy duro: la modista no descansa, no tiene horario, es acabar un vestido y empezar con otro. La vida de la modista es agotadora si trabaja en casa. As¨ª que yo prefer¨ªa bordar, bordaba ajuares de novia de esos de doce manteles que ya no se llevan. Pero empec¨¦ a ayudar a mi hermana, que s¨ª era modista, y me enganch¨®.
-A Lorenzo lo llam¨¦ ya con 47 a?os. A m¨ª eso de hacer novias me daba mucho miedo, pero ¨¦l me dijo, que s¨ª, que s¨ª, Loli. Cuando entr¨¦ me puse con el traje de novia de la Infanta Cristina, imag¨ªnate. Yo hice la falda. Cuando las cr¨ªticas te reconocen que has hecho un buen trabajo sientes mucho orgullo.
-La costurera es fundamental para un dise?ador. No quisiera que sonara arrogante, enti¨¦ndeme, pero nosotras sin ellos podr¨ªamos sobrevivir, porque puedes ponerte un tallercito en casa, pero ellos necesitan que nosotras llevemos a cabo sus ideas. Somos sus manos.
-Me encanta la relaci¨®n que establecemos con las clientas. Nos contamos las penas y las alegr¨ªas. Te hace mucha ilusi¨®n que una se?ora pregunte ti despu¨¦s de solo dos pruebas. Es una relaci¨®n ¨ªntima, al fin y al cabo, est¨¢s trabajando con el cuerpo de la se?ora.
Coser es un oficio que anima a hablar, todas sabemos la vida de todas
-Hay vestidos que los pruebas y no sientan bien y no me digas por qu¨¦, y hay otros que se los plantas a la se?ora y desde el primer momento cae como un guante. Hay algo misterioso en esto.
-Aqu¨ª vienen tambi¨¦n se?oras mayores o mujeres con un cuerpo m¨¢s dif¨ªcil, y para eso est¨¢ Lorenzo, que tiene mucho ojo y las pilla al vuelo. Lo que yo digo, nosotros podemos hacer que cualquier se?ora vaya guapa.
-La elegancia est¨¢ en la persona. Yo veo una persona por la calle y pienso, qu¨¦ elegante, y te juro que no me fijo en la ropa que lleva. Sin embargo, vistes a se?oras con trajes s¨²per historiados y, psss, quedan anodinas. Y hay mujeres, que en cuanto hablas con ellas, piensas, caray, esta chica no es guapa pero tiene algo que te atrae, su forma de mirar o sonre¨ªr. Igual que hay guapas que te dejan fr¨ªo. La personalidad se nota hasta en el andar.
-Me jubilo en abril. Me voy a acordar mucho del taller. No sabes con la ilusi¨®n con que yo vengo a trabajar cada ma?ana. Me cuesta levantarme porque soy perezosa, pero en cuanto me espabilo ya empiezo a pensar en la chaqueta que me traigo entre manos y vengo d¨¢ndole vueltas a c¨®mo lo voy a resolver. Tengo esa suerte, pienso en las personas que trabajan y no les gusta lo que hacen y me parece que debe de ser horroroso.
-Me gusta m¨¢s el taller que coser a solas, porque este es un oficio que te permite coser y cantar, o coser y hablar. Ahora tenemos puesta de fondo una m¨²sica con canciones muy rom¨¢nticas; los m¨¢s j¨®venes nos protestan, pero nosotras nos imponemos. Coser es un oficio que anima a hablar, todas sabemos la vida de todas. El d¨ªa que vienes triste esto es un desahogo. Tengo que decir en honor a Lorenzo que este taller siempre ha tenido muy buen ambiente.
-Ahora ya hay tambi¨¦n chicos. Estudian dise?o, los preparan para patronaje, pero cuando vienen aqu¨ª aprenden de verdad de costura, porque este oficio se aprende cosiendo.
Una modista te realza lo que tienes bonito y te disimula los defectos
-Me siento muy orgullosa de un vestido que hice a Silvia Abascal para los Goya. Tuvimos muy buenas cr¨ªticas y eso te llena.
-La discreci¨®n es important¨ªsima. No podemos ir diciendo las cosas que vemos y o¨ªmos aqu¨ª. Yo voy mucho a mi pueblo y no se me ocurre decir, este vestido lo he hecho yo; no, no, yo siempre digo ¡°este vestido lo ha hecho en mi taller¡±. Por ejemplo, con el de Anne en los Goya, que la gente te pregunta, y respondo que s¨ª, que se ha hecho aqu¨ª, aunque lo haya cosido yo. Es que a m¨ª como que me averg¨¹enza presumir.
-Siempre tienes la angustia de si el vestido ha salido bien hasta que Lorenzo nos dice, oye, que fue un ¨¦xito el traje. Es una satisfacci¨®n.
-A ver, el vestido es de Lorenzo, no es de Loli. ?l es el responsable. Tiene una memoria incre¨ªble, fotogr¨¢fica, la primera vez que viene la se?ora se queda con todo, te lo transmite a ti, y en la primera prueba ya te coge en un aparte y te dice lo que piensa.
-En Espa?a se hace un pr¨ºt-¨¢-porter estupendo, pero claro, una modista te realza lo que tienes bonito y te disimula los defectos. Recuerdo que hice un traje a una se?ora muy mayor, ten¨ªa planta, pero la mujer, las cosas como son, ten¨ªa un culo muy metido para adentro. As¨ª que la pusimos a la se?ora una especie de culillo postizo, un miraguano cosido al forro que la abultaba un poquito y qued¨® impresionante. Y muchas chicas que te vienen y est¨¢n lisas completamente, pues la ponemos sus pechitos, unas cazuelitas mullidas y, oye, las realza. A ver, un pecho bonito hace mucho al traje. Eso no lo puede hacer el pr¨ºt-¨¢-porter, porque nosotras modelamos el cuerpo de una persona concreta.
-Para despedirme traer¨¦ una meriendita y se me caer¨¢n unas l¨¢grimas, fijo. Aunque todas venimos con nuestras paranoias, estamos s¨²per unidas. Por otra parte, tambi¨¦n estoy cansada, porque cuando estamos en temporada alta de bodas, de mayo a septiembre, puedes hacerte dos jornadas seguidas.
-Aqu¨ª, a las dos y media, sacamos nuestra tarterilla, ponemos un mantel enorme, y hala, a comer todas juntas.
-Desde los catorce a?os que estoy cosiendo. Mi vida entera. Y seguir¨¦ cosiendo para las mujeres de mi familia. Una costurera no se retira nunca. Eso es as¨ª.
Y ah¨ª la dejo, de vuelta con las compa?eras a su coser y cantar. En el aire suena una canci¨®n de amor mexicana. Es 14 de febrero y observando estas labores es f¨¢cil acordarse de la vieja canci¨®n de Rodgers&Hart: ¡°Todos los d¨ªas es San Valent¨ªn¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.