Retorno digno, pero innecesario
No es una pel¨ªcula en absoluto despreciable, sin embargo la antigua gracia ha desaparecido
T2 TRAINSPOTTING
Direcci¨®n: Danny Boyle.
Int¨¦rpretes: Ewan McGregor, Jonny Lee Miller, Robert Carlyle.
G¨¦nero: drama. Reino Unido, 2017.
Duraci¨®n: 117 minutos.
Hace veinte a?os, Mark Renton, protagonista de Trainspotting,aquel chaval desesperado pero finalmente pragm¨¢tico y traidor, buscaba excusas para su entrega al caballo, recitando un mon¨®logo sarc¨¢stico encabezado por ¡°Elige la vida...¡± y afirm¨¢ndose en el eterno coloc¨®n ante el cat¨¢logo de felicidad que le ofrece una existencia convencional. Pero extra?amente la l¨®gica muerte que amenaza a los yonquis no se ha cebado con ¨¦l ni con sus antiguos amigos. Ha llegado la hora del reencuentro. Va a ser chungo. Y Mark, que lleva mucho tiempo divorciado de la hero¨ªna, vuelve a reflexionar en otro memorable ¡°Elige la vida...¡± sobre las bienaventuranzas que esta dona ahora si te mantienes alejado del camino salvaje.
Calculo que la edad de los componentes de aquella pandilla de gente extrema anda por los cuarenta y cinco tacos. Todos siguen en la ruina, por lo que existe el peligro de que intenten poetizar su nostalgia del pasado, su consoladora convicci¨®n de que cuando depend¨ªan de la aguja existi¨® el esplendor en la hierba, de que aparec¨ªan muchos d¨ªas perfectos como certificaba Lou Reed en una canci¨®n inmortal. Pero la lucidez se impone. Mark le recuerda a su colega que debido a su pasote no evit¨® que su beb¨¦ se ahogara. Y ¨¦l, que visitaba el infierno cada vez que le faltaba el alimento del jaco. As¨ª todos. Y el ¨²nico que la palm¨® fue el m¨¢s inocente.
Aunque estuvieran puestos, los personajes de la primera parte pose¨ªan una energ¨ªa furiosa, necesaria para buscarse la supervivencia, o sea, para alegrar a las venas. Ahora est¨¢n apagados aunque sue?en con dar el gran palo. Spud, siempre tan fr¨¢gil, tan perdedor, nunca renunci¨® a la hero¨ªna. Y llora por ello: no sirve ni para suicidarse. El sic¨®pata y alcoh¨®lico Beggie, perpetuamente enganchado a la violencia, chorreando bilis, so?ando con la venganza, lleva cantidad de a?os en el trullo aunque el encierro no ha disminuido ni un ¨¢pice su hijoputez ancestral, sin que la Viagra arregle el desastre de su sexualidad. El antiguo dandi Simon, aspirante a proxeneta de lujo, sustituy¨® el jaco por la coca. Y va acelerado, admitiendo su patetismo, creyendo que puede ejercer de chulo aunque le abrase la impotencia. ?Y Mark? Tampoco encontr¨® el ed¨¦n despu¨¦s de robar a sus amigos y largarse a ?msterdam.
El director Danny Boyle derroch¨® vitalidad, magnetismo, sarcasmo y est¨¦tica de vanguardia habl¨¢ndonos de los chicos malos de Edimburgo en el primer Trainspotting. Y dej¨® tocados a muchos espectadores. Aquel ¨ªmpetu ya ha desaparecido. En la segunda entrega da la sensaci¨®n de estar tan perdido como sus personajes. No es una pel¨ªcula en absoluto despreciable, pero la antigua gracia ha desaparecido. Todo se ha vuelto gris¨¢ceo en los peores momentos y tragic¨®mico en los mejores. Dudo que vaya a existir una tercera entrega, cont¨¢ndonos la vejez de estos profesionales de la infelicidad.
Para compensar mi relativa decepci¨®n con T2 Trainspotting, veo esa noche en programa doble casero las dos mejores que he visto nunca sobre la droga. Una es Drugstore Cowboy, aquella en la que Matt Dillon afirmaba: ¡°La gente normal nunca sabe cu¨¢l va a ser su estado de ¨¢nimo en cada momento de su existencia. Los drogadictos solo tienen que elegir sus drogas para saber c¨®mo se van a sentir¡±. La otra es Bird, dolorosa, sombr¨ªa, genial, a la altura de la belleza que cre¨® Charlie Parker, su tr¨¢gico protagonista. Su muerte impide segundas partes, asistir al envejecimiento de los yonquis redimidos. Mejor as¨ª.
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