H¨¦ctor Abad Faciolince ya era espa?ol
Los gobiernos sirven para dar certificados de lo que ya sucede, como las academias de la Lengua
A H¨¦ctor Abad Faciolince le han dado la nacionalidad espa?ola. Pero ya era espa?ol.
Los gobiernos sirven para dar certificados de lo que ya sucede, como las academias de la Lengua, que sellan una palabra una vez que ya la dice todo el mundo. Todos los latinoamericanos son espa?oles, del mismo modo que todos los espa?oles somos latinoamericanos. No hace falta elegir sitio: Espa?a, Latinoam¨¦rica. Luego hay fronteras, diferencias. Que cada cual elija sus similitudes.
Y H¨¦ctor Abad es espa?ol de nacimiento, como Fernando de Szyzslo, peruano que tiene un apellido polaco, o como Jorge Luis Borges, cuyo apellido podr¨ªa ser de La Gomera. Fernando de Szyzslo, un gran pintor, el mejor amigo de Vargas Llosa, seg¨²n el propio Mario, dice en su libro La vida sin due?o, que acaba de publicar en Per¨² y en Espa?a la editorial Taurus, que lo que sorprende en grandes escritores latinoamericanos del siglo XX (Paz, Borges, Alfonso Reyes¡) es que son cultos en todo, y en todas las lenguas; sobre todo, son cultos en espa?ol, en el espa?ol de Espa?a y en el espa?ol de la memoria latinoamericana. Se saben Latinoam¨¦rica, y se saben Espa?a, su cultura literaria. Son espa?oles de Cervantes y de G¨®ngora, y de Federico Garc¨ªa Lorca. Practicaron con Espa?a el amor a un pa¨ªs dolorido en la mitad del siglo XX y nunca dejaron desamparados, en ning¨²n lugar de Am¨¦rica Latina, a los espa?oles de la di¨¢spora.
Ellos no se olvidan. Espa?a, s¨ª. Espa?a es ingrata con aquellos que no se olvidaron de ella. Durante d¨¦cadas, los gobiernos que vinieron despu¨¦s de Franco se ocuparon de otras cosas, quiz¨¢ muy urgentes, como Europa, pero, con las excepciones que sea preciso hacer, miraron para otro lado en el asunto de Am¨¦rica. Fue tan grave ese descuido que un grupo de escritores colombianos, entre los cuales estaba H¨¦ctor Abad Faciolince, le tuvo que recordar al Gobierno de Aznar, pues entonces ¨¦l gobernaba, que eso de pedirles visado a los colombianos, por ejemplo, para entrar a la ra¨ªz de su lengua y de su historia no solo era un pecado contra todos los mandamientos sino tambi¨¦n contra el und¨¦cimo mandamiento: no te olvidar¨¢s.
Cualquiera de los espa?oles que quiera serlo es inmediatamente colombiano, argentino, venezolano, ecuatoriano, latinoamericano. Y cualquiera que sea nicarag¨¹ense, dominicano o uruguayo es espa?ol por el costado principal por el que uno es de un pa¨ªs: por la tradici¨®n, la ra¨ªz y la lengua. En Am¨¦rica Latina se tiene un concepto m¨¢s preciso de lo que es la Madre Patria que en este pa¨ªs, donde ni madre ni patria se conjugan bien.
H¨¦ctor Abad es uno de esos latinoamericanos a los que alude Szyszlo en su hermoso libro alegre y doliente, La vida sin due?o. Su casa ante las colinas de Medell¨ªn contiene una porci¨®n de lo que bien podr¨ªa ser una delegaci¨®n de la Biblioteca Nacional de Espa?a. Code¨¢ndose est¨¢n Cervantes y G¨®ngora, Lope y Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Borges, y los dos garcilasos. Lee como si fuera una ventosa de almas, y escribe como los ¨¢ngeles, con un ritmo que conserva la m¨²sica entre palabra y palabra, esos silencios tan nutritivos del l¨¦xico de los colombianos como H¨¦ctor Abad.
Su prosa ya cruz¨® los charcos y las aduanas; derrib¨® charcos y aduanas con El olvido que seremos. Ven¨ªa aqu¨ª, cuando m¨¢s chico, como un imberbe que buscara cobijo, y aqu¨ª, en aquellos a?os 90 del despiste, le negaban la sal, el pan ya lo tra¨ªa puesto. Luego escribi¨® ese libro bendito y ya su escritura fue de todas partes, de Espa?a tambi¨¦n.
Pero, caramba, si ya era espa?ol. Es que ser espa?ol no es ser de Espa?a, hay una parte de espa?ol que pertenece a todas partes, todos los ciudadanos del mundo tienen derecho a ser espa?oles. Los refugiados que tocan a la puerta, las personas que sufren persecuci¨®n, todos, y son espa?oles de pleno derecho los latinoamericanos. Los espa?oles tambi¨¦n se fueron, y fueron espa?oles y mexicanos, y rusos, y franceses, y argentinos. No hay nada m¨¢s cosmopolita que la di¨¢spora, y en eso Espa?a es una alumna que sufri¨® el examen doloroso de partir.
Por eso que le den a este Abad de Medell¨ªn la nacionalidad a la que tiene derecho es noticia solo porque lo dice el Gobierno. Tendr¨ªa que haber sido una noticia desde que Col¨®n nos hizo a todos latinoamericanos, lo que pasa es que los pa¨ªses se olvidan y sus gobernantes tambi¨¦n.
Babelia
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