¡°La UE no ha hecho bastante para apoyar a la cultura¡±

En el curr¨ªculo de Tibor Navracsics, la palabra cultura no aparec¨ªa. Sin embargo, acab¨® entre sus principales responsabilidades: desde 2014 es el Comisario de la UE para Cultura, Educaci¨®n, Juventud y Deporte. Fue profesor de Ciencias Pol¨ªticas, y dos veces ministro en Hungr¨ªa: Administraci¨®n P¨²blica y Justicia, y Exteriores y Comercio. Procede del Fidesz, el partido de ultraderecha de Viktor Orb¨¢n. Y ahora defiende (tambi¨¦n) las artes al frente de los 28. ?Se considera la persona m¨¢s apropiada? ¡°Los pol¨ªticos tenemos que ser humildes. No creo que lo sea, y seguro que hay gente mucho m¨¢s apropiada en Europa. Aunque cuando era ministro las labores exteriores del Instituto Cultural H¨²ngaro depend¨ªan de m¨ª y abrimos tres nuevas sedes, la mayor expansi¨®n desde los noventa. Por eso luch¨¦ porque la diplomacia cultural fuera clave en la revisi¨®n de la estrategia de relaciones internacionales de la UE¡±.

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El camino de Navracsics empez¨® accidentado: el Parlamento Europeo rechaz¨® que llevara la cartera de Ciudadan¨ªa, de la que tambi¨¦n iba a ser comisario. Finalmente, el h¨²ngaro (Veszpr¨¦m, 1966) obtuvo el puesto, pero con otras responsabilidades. Y en 25 minutos de entrevista ¡ªtras la inauguraci¨®n de la oficina espa?ola del Instituto Europeo de Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªa, en Pozuelo de Alarc¨®n¡ª defiende sus ideas para las artes. ¡°La cultura no es algo lujoso, sino uno de los meollos de la estrategia europea. Y la integraci¨®n es fundamentalmente no solo un proyecto econ¨®mico sino una iniciativa cultural¡±, asevera.

La cultura tambi¨¦n factura 536.000 millones al a?o, m¨¢s del 4% del PIB de los Veintiocho, seg¨²n un estudio de 2014 de la consultora Ernst & Young, que destacaba que el sector emplea a m¨¢s de siete millones de europeos (el 3,3% del mercado laboral). En EE UU las artes aportan al PIB el 4,2% (seg¨²n datos oficiales de 2013) y sin embargo su apuesta por la cultura, empezando por la defensa de Hollywood, siempre pareci¨® m¨¢s convencida. Navracsics lo comparte a medias: ¡°No hay una definici¨®n consensuada de qu¨¦ es cultura. A veces m¨¢s inversi¨®n significa productos de menor calidad. En Europa somos sensibles a la alta calidad, mientras que en otras regiones no es necesariamente as¨ª. La UE es soft power por definici¨®n. No tenemos un ej¨¦rcito com¨²n pero s¨ª posiciones s¨®lidas en cultura¡±.

Aun as¨ª el comisario se pone los deberes: ¡°La Uni¨®n hasta ahora no ha hecho bastante para apoyar a la cultura. Estamos identificando las soluciones de negocios m¨¢s exitosas¡±.

¡ª?Podr¨ªa nombrar una?

¡ªEstamos trabajando en ello.

Momentos como este se repiten durante la entrevista. Preguntas concretas chocan con el bruselense, aquel lenguaje alambicado y abstracto t¨ªpico de la UE. Por ejemplo, ?qu¨¦ opina del IVA cultural espa?ol al 21%, uno de los m¨¢s altos de la UE? ¡°No puedo comentar pol¨ªticas de impuestos de los pa¨ªses. Desafortunadamente no hay una pol¨ªtica com¨²n de tasas. En todo caso animar¨ªa a los l¨ªderes, a nivel europeo, de Estados o regional, a invertir m¨¢s en cultura¡±. ?La bajada del IVA ayudar¨ªa? ¡°Con suerte¡±.

Otra tasa que preocupa en Espa?a es la de lectura: el 39,4% de la poblaci¨®n no ha abierto un libro en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas. ¡°Es una pena. Soy un lector obsesivo, animar¨ªa a cualquiera a hacerlo¡±, sostiene Navracsics. ?Bruselas podr¨ªa ayudar? ¡°En nuestras manos est¨¢ apoyar a los Estados en las traducciones, por ejemplo. El premio de Literatura de la UE aporta oportunidades de financiaci¨®n a las editoriales para publicar en otros idiomas. Pero leer al final es una elecci¨®n individual, no una estrategia de la UE¡±.

Otras son las prioridades, seg¨²n el h¨²ngaro. Ante todo, que ¡°el A?o Europeo del Patrimonio Cultural¡±, previsto para 2018, sea ¡°un ¨¦xito¡±. ¡°Puede abrir oportunidades para comunidades locales y regionales de ense?ar sus tesoros al resto del mundo. Y coincide con el a?o de turismo UE-China, una gran posibilidad de atraer visitantes asi¨¢ticos y generar m¨¢s ingresos¡±, defiende. Aunque a menudo estos ¡°A?os Europeos¡± tienen m¨¢s valor simb¨®lico que disponibilidad econ¨®mica. ?En este caso? ¡°Vamos a tener fondos de la UE. Pero querr¨ªa animar sobre todo a Estados y comunidades locales a organizar sus propios eventos¡±.

Navracsics tira de diplomacia tambi¨¦n para analizar los dos proyectos m¨¢s pol¨¦micos que la UE prepara para el ¨¢mbito cultural. La reforma del copyright ha logrado cabrear tanto a Google y Facebook como a los editores de prensa. ¡°Partimos de dos puntos antag¨®nicos: tenemos que abrir el mercado cultural y su accesibilidad, pero proteger a los creadores y su remuneraci¨®n. Solo podemos lograrlo a trav¨¦s del debate¡±, responde el comisario. Y contra el mercado ¨²nico digital se ha creado una in¨¦dita alianza de Hollywood y la industria del cine europeo. ¡°Hay m¨¢s preocupaciones a priori que hechos. Hay culturas peque?as, como las de Estonia, Eslovenia o Letonia, que se preocupan por su idioma y temen la competencia europea. Pero vamos a garantizarles una salvaguardia¡±, agrega Navracsics.

Puesto a conciliar extremos, hay uno a¨²n m¨¢s desafiante. ?C¨®mo lleva el comisario visitar una ciudad cuyo Ayuntamiento luce una pancarta de apoyo a los refugiados mientras que su Gobierno los rechaza? ¡°Es Europa. Es decisi¨®n de los madrile?os darles la bienvenida, y de los h¨²ngaros no hacerlo. Es uno de los asuntos m¨¢s complejos, tenemos que encontrar una soluci¨®n buena para todos¡±.

-?Pero usted comparte m¨¢s el s¨ª de Madrid o el no de Hungr¨ªa?

-Yo soy un miembro de la Comisi¨®n Europea.