Jose Coronado se enfrenta en el escenario a las culpas del nazismo

Nadie puede huir de su pasado. La memoria, los recuerdos o la culpa nunca est¨¢n a salvo. Los fantasmas siguen ah¨ª. Y qu¨¦ mejor que afrontarlos y confesarlos desde Ushuaia, la ciudad m¨¢s austral del mundo, en Tierra del Fuego, un lugar inh¨®spito y bello que recibe a los visitantes con el siguiente lema: ¡°Fin del mundo, principio de todo¡±. Ah¨ª viaj¨® Alberto Conejero para escribir y situar a acci¨®n de la obra Ushuaia que, protagonizada por Jose Coronado y dirigida por Juli¨¢n Fuentes Reta, se estrena hoy en el Teatro Espa?ol de Madrid. Ah¨ª fue, escondidos en esta ciudad de la Patagonia argentina, donde algunos de los criminales m¨¢s buscados tras la Segunda Guerra Mundial buscaron refugio. Un lugar que puede ser guarida pero tambi¨¦n prisi¨®n y donde un oficial nazi vive escondido y aprisionado por sus fantasmas y recuerdos. Y donde solo la confesi¨®n radical frente a otro ser humano libera a ese hombre herido de las culpas que arrastra.

Jose Coronado (Madrid, 1957) acaba de terminar un ensayo de la obra y, con el casco en la moto en una mano y una mochila en la otra, su cara de felicidad lo dice todo. Le da vida el teatro. ¡°Necesito subirme a un escenario, es la fuente donde un actor debe de beber. Es el lugar donde aprendes de la vida y del oficio. Es la ceremonia en vivo m¨¢s impactante que un actor puede sentir. El viaje que te permite el teatro no lo encuentras en otro sitio. Es el lujo de indagar en un personaje a lo largo de mes y medio, de construirlo, de abrir puertas y luego a lo mejor cerrar esas y buscar en otras. Es el viaje m¨¢s completo y maravilloso que un int¨¦rprete puede realizar. T¨² eres el due?o y se?or de esa ceremonia que ofreces al espectador¡±, asegura arrebatado el actor, a quien los m¨¢s de 30 a?os de oficio no le han restado un ¨¢pice de entusiasmo. Ushuaia supone el regreso de Coronado a los escenarios tras Oleanna, el duelo dial¨¦ctico con Irene Escolar de David Mamet, en 2001, y La hora oscura, ese m¨¢gico encuentro entre Baudelaire y Cernuda que interpret¨® junto a Helio Pedregal el a?o pasado. La obra, un trhiller intimista y ¨¦pico, narra el encuentro entre Mateo, un oficial nazi escondido en la ciudad patag¨®nica que se est¨¢ quedando ciego, y Nina, una joven que busca trabajo. Todo en medio de una escenograf¨ªa radical que combina un espacio geom¨¦trico, s¨ªmbolo de la memoria, y un bosque espectral del presente y un relato po¨¦tico de deseos, realidades e imaginaci¨®n.

Le ten¨ªa muchas ganas Jose Coronado a Alberto Conejero desde que vio La piedra oscura (Max 2016 a mejor espect¨¢culo, direcci¨®n y autor¨ªa, y a Juli¨¢n Fuentes (director de Cuando deje de llover, Max 2015 a mejor direcci¨®n y espect¨¢culo). ¡°Creo que Ushuaia le supera en belleza y complejidad. Alberto es uno de los mejores dramaturgos que tenemos y que nos va a dar muchas alegr¨ªas en el futuro. Esta obra es como una monta?a rusa llena de colores y de lirismo. Cuando uno profundiza en el verbo de este texto te das cuenta de su belleza. Mi personaje, Mateo, es de una complejidad brutal al que me hubiera dado miedo enfrentarme si no es por la fe absoluta que tengo en las palabras de Conejero y en la confianza de Julian Fuentes, del que me interesa mucho su vanguardismo y su atrevimiento a la hora de hacer un teatro diferente. Es Mateo? un hombre con muchos secretos a su espalda que se est¨¢ quedando ciego y que arrastra no solo una culpa personal por lo que ¨¦l hizo, sino tambi¨¦n la culpa colectiva por lo que su pa¨ªs provoc¨® en el mundo. Solo la confesi¨®n ante esta mujer extra?a que llega a su casa le permite partir en paz¡± asegura el actor, que est¨¢ acompa?ado en el montaje por ?ngela Vilar, Olivia Delc¨¢n y Daniel Jumillas.

Coronado arrastra pocos fantasmas. Su mayor tesoro, asegura, es la tranquilidad y la serenidad. Su gran objetivo, irse a la cama a diario sin hacer da?o a nadie. Su obsesi¨®n, dar una salida a la estupidez de la fama con proyectos solidarios. Y ahora en el teatro, buscar y encontrar los silencios y la atenci¨®n de los espectadores. ¡°Mucho m¨¢s que los aplausos busco lograr que toda esa gente se quede atrapada con la palabra¡±.