La cruzada por dignificar la chicha peruana
El productor Jalo Nu?ez del Prado lucha desde hace a?o y medio por que se reconozca la importancia musical de este estilo tropical andino
Pas¨® con el flamenco en Espa?a. Con la m¨²sica de Buena Vista Social Club en Cuba. Sin ir m¨¢s lejos, con el jazz en Estados Unidos. G¨¦neros musicales de extracci¨®n popular y sangre caliente, denostados en un principio por las clases pudientes y a los que los dioses de la m¨²sica acabaron reconociendo su lugar en la historia. Si el flamenco tuvo a su cicerone en Mario Pacheco en los a?os 80, Jalo Nu?ez del Prado (Lima, 1986) pretende hacer lo propio con la chicha peruana: luchar por que este g¨¦nero salga a la luz. Por que se reconozca su importancia.
Nu?ez del Prado lleva a?o y medio enfrascado en la cruzada de difundir, pero, sobre todo, devolver la dignidad a este g¨¦nero. El productor y fundador de la feria de sellos independientes de Lima ha recorrido Per¨² recuperando e inventariando el sonido de la chicha, para que ¡°se reconozca la importancia de esta m¨²sica en la identidad nacional peruana¡±, explica. ¡°En Per¨², la chicha se asocia con la marginalidad, la delincuencia, la violencia¡ es algo que ha ido pasando con el tiempo. Un rechazo clasista que impide ver el valor potencial de la propia m¨²sica, que es alt¨ªsimo¡±, defiende.
La chicha alude al desorden y al desborde popular, a la ebriedad y al caos Alfredo Villar. Historiador del arte
La de la chicha era en los a?os 80 una industria musical capaz de vender 200.000 copias de un plumazo. Tambi¨¦n, de generar aut¨¦nticos ¨ªdolos como ?dolos como Los Shapis, Grupo Alegr¨ªa, Pintura Roja o Lorenzo Palacios Quispe, el m¨ªtico Chacal¨®n, ¡°que hoy tiene un parque a su nombre y cuya tumba se convierte, los d¨ªas de su nacimiento, en un lugar de peregrinaci¨®n masiva¡±, recuerda. Un lugar donde cientos de devotos piden sus deseos entre canciones, cervezas y bailes.
En los 80 se produjo una migraci¨®n masiva desde los Andes a Lima. Los migrantes, sin embargo, nunca llegaron a integrarse, y fue desde sus n¨²cleos en la periferia (ese cintur¨®n de fuego al que se refer¨ªa el escritor Jos¨¦ Mar¨ªa Arguedas) que comenz¨® a nacer esta m¨²sica. ¡°Una m¨²sica que hablaba de las costumbres, con un af¨¢n integrador, y con una gran pureza¡±, explica Nu?ez del Prado. Letras que hablan de inflaci¨®n y del terrorismo de los 80; de hu¨¦rfanos, de limpiabotas, de camioneros. De ah¨ª surgieron m¨²sicos como Chacal¨®n.
M¨¢s que m¨²sico de cumbia, Chacal¨®n preferir¨ªa llamarse chichero. Chicha es un peruanismo que nombra muchas cosas, desde la bebida de los Incas hecha de ma¨ªz fermentado, hasta una forma de estar en el mundo. ¡°Es toda una cultura. Alude al desorden y al desborde popular, a la ebriedad y al caos, pero tambi¨¦n a una forma de apropiarse y a la vez burlarse de lo occidental¡±, en palabras de Alfredo Villar, historiador del arte peruano que participa en el proyecto. ¡°A pesar de usar instrumentos occidentales y del rock and roll como la guitarra el¨¦ctrica o el bajo, tiene un elemento indomestizo en lo m¨¢s profundo de su sangre¡±, explica Villar. ¡°Esa mezcla de delicadeza y fuerza, de lo local y lo cosmopolita, es parte de su secreto de seducci¨®n sobre las masas¡±. Eso es la chicha.
El de Chacal¨®n ser¨¢ el primero de los 10 discos esenciales de la chicha peruana que Nu?ez del Prado pretende sacar en ediciones de lujo. Una lista de 10 que sali¨® tras completar su labor documental: entrevistas con periodistas y m¨²sicos y una profunda labor de localizaci¨®n de las grabaciones. Esto es, viajes a lo largo de Per¨² donde encontr¨® a los due?os de los antiguos sellos discogr¨¢ficos completamente desvinculados de los discos, y pudo rescatar los m¨¢steres originales, ¡°muchas veces sepultados por el polvo¡±, hasta inventariar un cat¨¢logo de los artistas de la chicha.
Ahora, en una segunda etapa de su trabajo, desde Madrid, Nu?ez del Prado iniciar¨¢ la campa?a de lanzamiento y difusi¨®n de los discos, para lo que tambi¨¦n ha creado una campa?a de crowdfunding. En un tercer paso, organizar¨¢ una muestra itinerante con todo el material, tambi¨¦n gr¨¢fico, que ha recopilado en sus viajes, y que podr¨¢ verse en Espa?a y Per¨². Una empresa quijotesca para que el g¨¦nero encuentre su lugar en la historia. Ya solo queda rezar por la indulgencia de los dioses de la m¨²sica, del mismo modo que tanta gente le reza hoy a Chacal¨®n.
?dolos como Los Shapis, Grupo Alegr¨ªa, Pintura Roja ¨® Lorenzo Palacios Quispe, el m¨ªtico Chacal¨®n.
Babelia
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