Inda y la verdad de las mentiras
Las insinuaciones del periodista en 'laSexta Noche' tienen de base lo que ahora se llama posverdad
Periodistas adultos, e importantes, escucharon el s¨¢bado en laSexta Noche a un periodista que dice serlo por las averiguaciones que dice que hace. ?ste es Eduardo Inda, e iba a ese plat¨® como si le hubieran dado el premio Planeta: lo que llevaba era, por decirlo as¨ª, una novela hist¨®rica, concretamente de 1990: grabaciones obtenidas por desaprensivos del Cesid (ahora CNI) mientras el Rey don Juan Carlos hablaba por el tel¨¦fono de su coche acerca de "my girl", que es como se refer¨ªa seguramente a su amante, a la que Inda puso nombre.
El periodista, conocido tambi¨¦n porque arregl¨® con Jaume Matas algunos problemas de amigos comunes en las costas de Mallorca, asegur¨® en sus numerosas intervenciones (estuvo all¨ª, con el monotema, casi dos horas) que ¨¦l no tiene inter¨¦s alguno en la vida privada del Monarca em¨¦rito. Pues para no tener inter¨¦s... Dijo el periodista al que laSexta Noche le regal¨® el privilegio del prime time que lo que estaba tratando era de demostrar que el CNI (antes Cesid) utiliza el erario p¨²blico para intervenir en la vida ¨ªntima de las personas, en este caso de las personas reales, de la realeza. ?A eso no hay derecho!, dijo este campe¨®n del periodismo.
Para adobar ese pescado que le serv¨ªa a la audiencia (y a los periodistas que le segu¨ªan, en un atento semic¨ªrculo) Inda dej¨® caer la insinuaci¨®n: el Gobierno de entonces (de Felipe Gonz¨¢lez) utiliz¨® ese material arteramente grabado para chantajear al Rey. Como quiera que tanto el hermano de Alfonso Guerra como otros importantes miembros del socialismo imperante estaban en apuros con la justicia, el felipismo le hab¨ªa dicho al Rey, m¨¢s o menos: si dices cualquier cosa que no nos venga bien te vas a enterar. Mira lo que guardamos en nuestras gavetas.
Por supuesto, ni el periodista antedicho ni nadie puede corroborar esa insinuaci¨®n que tiene de base verdadera lo que ahora se llama posverdad. Puede ser verdad o mentira, ?pero qu¨¦ trascendencia tiene la verdad si en cuanto le pones patas a una mentira esta camina que se las pela y alcanza grandes cotas de audiencia de la ma?ana a la noche, desembocando, por ejemplo, en laSexta Noche?
Para que el envoltorio fuera perfecto, la emisora le envi¨® un periodista a Alfonso Guerra, hallado in fraganti en alguna actividad p¨²blica. Y le hizo la pregunta. La palabra chantaje no son¨®, pero es lo que hubo: ?el Gobierno le hizo a Su Majestad lo que parece que le hizo? A lo que Guerra respondi¨® lo m¨¢s solemne de la noche, con esos ojos que tiene el exvicepresidente de Felipe: ¡°Pero, ?qu¨¦ tonter¨ªa me pregunta usted?¡±
No s¨®lo tonter¨ªa, puede decirse con los datos en la mano: en sus discursos de aquella ¨¦poca, y menuda se arm¨®, el Rey Juan Carlos habl¨® (y no por tel¨¦fono: en p¨²blico) sobre la corrupci¨®n existente entonces. Esos documentos existen, pero a Inda se le debieron traspapelar, pues es mejor que una verdad no te destruya una bonita insinuaci¨®n. Ya ha lanzado Inda su exclusiva, ya la cadena la repic¨®, y ya el periodismo de chantaje conoce una nueva muesca en su cartuchera. ?Para qu¨¦ sirve? Inda sabe para qu¨¦ sirve, por eso estaba tan contento.
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