Movida madrile?a: poco hero¨ªsmo y mucho hedonismo
Frente al estigma conservador y la nueva sa?a de los fiscales de la cultura de la Transici¨®n, se publica el libro 'La mala fama'
Desde hace unos a?os, la llamada Movida ha vuelto a ser campo de batalla. Ya lo fue cuando el PP conquist¨® el poder y aplic¨® su lanzallamas; inolvidable aquel dictamen de ?lvarez del Manzano: ¡°nada, de la movida no ha quedado nada¡±. Ahora el tiroteo viene del otro extremo: los fiscales de la CT (Cultura de la Transici¨®n) se aplican al vituperio con id¨¦ntica sa?a.
En ambos casos, el nivel argumental es bajo. El entonces alcalde de Madrid aseguraba no recordar ¡°un solo libro, un solo cuadro, un solo disco¡± (al menos, no presum¨ªa de haber pisado el Rock-Ola). Hoy, todo vale: recuerdos nebulosos, leyendas urbanas, incluso los pudores. En un libro reciente, supuestamente de cr¨ªtica musical, las objeciones eran morales: resulta que aquellos movidos se dedicaban al sexo y a las drogas.
?Caramba! Pues va a ser verdad. Sale ahora La mala fama (Editorial Berenice), donde Germ¨¢n Pose reconstruye los asombrosos mon¨®logos de 16 protagonistas de los ochenta. Una memoria oral que ratifica que se fornicaba mucho y se tomaba de todo.
Se trata de una formidable panor¨¢mica generacional. Pose ha evitado a esas primeras figuras de cuyas andanzas tenemos cumplida noticia. Su selecci¨®n est¨¢ escorada hac¨ªa el clan del cuero negro; en general, son peatones de la movida que comparten antipat¨ªa por los ganadores (abundantes recriminaciones a Almod¨®var) y suspiran por los ca¨ªdos (Antonio Vega, Antonio Flores).
Algunos, es cierto, estuvieron en el machito. Tesa Arranz conoci¨® brevemente el estrellato, como animadora de los Zombies. Fernando Estrella, del grupo Peor Impossible, rein¨® en las barras de locales de moda y cuid¨® de famosos en pisos francos de camellos. May Paredes fue cortejada por un rock star estadounidense que consigui¨® que abrieran el Museo del Louvre para una visita privada; no se sinti¨® impresionada y, muy madrile?a, se quej¨® de que all¨ª no se permitiera fumar.
Los personajes que desfilan por este libro han vivido. Han vivido mucho, han vivido duro. Son gladiadores, gente brava que no esper¨® a que los padres de la patria detallaran las libertades: se las tomaron, sin pedir permiso. Irrumpieron cuando el pa¨ªs estaba noqueado por amenazas de golpe de estado y cotidianos actos de terror; aprovecharon el desconcierto social y la dedicaci¨®n de la Polic¨ªa a otros menesteres.
Si algo tienen en com¨²n es la habilidad para seguir una vocaci¨®n, para establecer un modus vivendi, para dejarse arrastrar por el frenes¨ª del momento: cuenta Manolo UVI que iba para futbolista cuando escuch¨® a los Sex Pistols por la radio. Las ¨²nicas referencias pol¨ªticas vienen de Carlos Garc¨ªa-Alix, activista que conoci¨® la c¨¢rcel.
Aparte del testimonio del cura Enrique de Castro, en La mala fama hay poco hero¨ªsmo y s¨ª mucho hedonismo. Abundan las cabras locas, una descripci¨®n que se repite en m¨¢s de un soliloquio. A la larga, demostraron extraordinaria capacidad de adaptaci¨®n: uno de los entrevistados, pinchadiscos, termina ingresando ¨Cesto va a encantar a los inquisidores de la CT- en la Guardia Civil. Lo avisaron los veteranos: ¡°en peores garitas haremos guardia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.