Maravilla imperfecta
Varios ensayos se adentran en el complejo mecanismo del cerebro humano
La funci¨®n principal del cerebro es mantenernos vivos, y durante su etapa reptiliana lo consigui¨® bastante bien; luego las cosas se complicaron, dice el neurocient¨ªfico Dean Burnett en El cerebro idiota, y as¨ª la relaci¨®n de ese cerebro m¨¢s antiguo, el reptiliano, y el neoc¨®rtex no siempre es todo lo buena que deber¨ªa.
No es consuelo saber las razones biol¨®gicas y evolutivas de los desa?justes, pero olvidar el nombre de alguien, aunque uno recuerde detalles de su cara y su vida, es consustancial al funcionamiento de nuestro enc¨¦falo. Nos enga?a con olores inexistentes y visiones irreales porque ¡°el modo en el que el cerebro percibe el mundo que nos rodea y en que selecciona a qu¨¦ atribuir importancia para merecer nuestra atenci¨®n ilustra tanto su asombroso poder como sus muchas imperfecciones¡±, dice Burnett.
Damos por sentado que los datos que percibimos nos llegan a trav¨¦s de los cinco sentidos, aunque ¡°los neurocient¨ªficos creen que hay m¨¢s¡±. Por ejemplo ¡°la propiocepci¨®n (la disposici¨®n f¨ªsica del propio cuerpo y sus extremidades)¡±, el equilibrio e incluso el apetito, aunque ninguna funci¨®n est¨¦ en ning¨²n sitio concreto: ¡°Los descubrimientos en los que se da a entender que cada funci¨®n cerebral tiene una regi¨®n espec¨ªfica propia y exclusiva son enga?osos¡±.
En esa organizaci¨®n est¨¢, tambi¨¦n, el gusto por las creencias en las conspiraciones universales, esas que, supuestamente, involucran a unos cuantos cr¨¦dulos que sostienen, por ejemplo, que Armstrong no lleg¨® a la Luna. Y es que ¡°a muchos adultos les sirve de mucho m¨¢s consuelo creer que el mundo est¨¢ organizado con arreglo a los planes de unas poderosas figuras de autoridad, sean magnates adinerados, lagartos extraterrestres fascinados por la carne humana o simples cient¨ªficos¡±, todo ello porque ¡°el cerebro no sabe manejar muy bien la aleatoriedad. Parece tener problemas con la idea de que algo pueda suceder sin ning¨²n motivo discernible m¨¢s que el mero azar¡±. De ah¨ª lo del cerebro idiota porque ¡°confusa, desordenada, a menudo contradictoria y dif¨ªcil de entender: he ah¨ª una descripci¨®n bastante precisa de c¨®mo es nuestra inteligencia¡±.
Lecturas sobre el cerebro
El cerebro idiota.?Dean Burnett. Planeta, 2016.
La vida secreta de la mente.?Mariano Sigman. Debate, 2016.
El ladr¨®n de cerebros.?Pere Estupiny¨¤. Debate, 2016.
El cerebro.?Rob DeSalle e Ian Tattersall. Galaxia Gutenberg, 2017.
La conquista del cerebro. Un viaje a los confines y secretos de la mente. Daniel Tammet. Blackie Books, 2017.
El cerebro explicado a mi nieto. Jean-Didier Vincent. Paid¨®s, 2017.
Viaje al centro de la mente.?Daniel J. Siegel. Paid¨®s, 2017.
Cerebro, subjetividad y libre albedr¨ªo.?Jos¨¦ Luis D¨ªaz G¨®mez, Magda Giordano y Roberto E. Mercadillo. Herder Editorial, 2017.
Cerebro educado. Ensayos sobre la neuroeducaci¨®n.?Antonio M. Battro, Kurt W. Fischer y Pierre J. L¨¦na. Gedisa, 2016.
Pero, en todo caso, se trata de una estructura compleja que realiza un trabajo que no podemos entender cabalmente porque si la mente, dice Burnett recogiendo un viejo adagio, fuera tan sencilla como para que la entendi¨¦ramos, entonces no podr¨ªamos ser tan listos como para entenderla. Incluida la de un ni?o, desde luego no una pizarra en blanco sino muy compleja ya de f¨¢brica, tal como dice Mariano Sigman en La vida secreta de la mente: ¡°La realidad no siempre es intuitiva: el cerebro de un reci¨¦n nacido no es una tabula rasa. Al contrario. Venimos al mundo como una m¨¢quina de conceptualizar¡±.
En su ensayo, este neurocient¨ªfico repasa el origen del pensamiento desde el nacimiento teniendo en cuenta que ¡°es virtualmente imposible entender el comportamiento humano ignorando los rasgos del ¨®rgano que lo constituye: el cerebro. La manera en que interact¨²an y se ponderan el conocimiento social y el biol¨®gico depende por supuesto de cada caso y sus circunstancias¡±. Tanto depende, que un ni?o que crece ¡°con afecto y educaci¨®n normal¡± tendr¨¢ un cerebro notablemente m¨¢s grande frente a otro que crezca ¡°sin contenci¨®n afectiva, educativa y social¡±. El no querido tendr¨¢ un cerebro ¡°no solo anormalmente peque?o, sino que adem¨¢s sus ventr¨ªculos, las cavidades por donde fluye el l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo, tienen un tama?o anormal¡±.
Repasa tambi¨¦n Sigman la neurociencia de la intuici¨®n y muestra, narrando algunos experimentos, que, m¨¢s que depender de la suerte, depende de observaciones del cerebro. ¡°No hay ning¨²n conflicto entre ciencia y corazonadas; por el contrario, las intuiciones funcionan de la mano junto con la raz¨®n y la deliberaci¨®n, en pleno territorio de la conciencia¡±. Por eso, dice, frente a problemas sencillos es mejor seguir el consejo del an¨¢lisis detallado, pero ¡°cuando el problema es complejo, en general decidimos mejor al seguir una corazonada que si meditamos largamente¡±.
Pero ?c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? Pere Estupiny¨¤ lo cuenta en El ladr¨®n de cerebros, un viaje desde las estrellas hasta las ¨²ltimas tecnolog¨ªas y posibilidades de la neurociencia. Y un viaje en sentido estricto, porque Estupiny¨¤ habla de los investigadores con los que se ha encontrado en los ¨²ltimos a?os y que le han contado sus trabajos, los m¨¢s punteros en la especialidad. A modo de gran reportaje, el libro es posible precisamente ahora porque ¡°estamos en una era en la que el desarrollo cient¨ªfico-tecnol¨®gico nos permite analizar sus interioridades en un grado de detalle nunca antes siquiera imaginado. La neurociencia es inabarcable¡±.
El cerebro, ese ¡°conjunto de piezas creadas en momentos evolutivos diferentes, cada una con su funci¨®n espec¨ªfica, que fue m¨¢s pr¨¢ctico dejar encerradas en la cabeza para ganar en protecci¨®n y conectividad¡±, a¨²n nos deparar¨¢ muchas sorpresas. De ellas nos habla Estupiny¨¤ en este viaje que nos lleva a ver c¨®mo dentro de no tanto ser¨¢ posible que los parapl¨¦jicos anden, borrar selectivamente recuerdos y otras mil posibilidades gracias a que ¡°ese largo camino evolutivo ha conducido al cerebro humano, un ¨®rgano capaz de estudiarse a s¨ª mismo¡±. Estudiarse tan a fondo que se podr¨¢n reparar da?os que hoy ni siquiera se entiende bien c¨®mo y por qu¨¦ se producen. Pero, eso s¨ª, llevar¨¢ tiempo y, quiz¨¢, nunca termine de comprenderse a s¨ª mismo.
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