¡°La vida me ha convertido en un administrador de la desgracia¡±
Luis Mateo D¨ªez presenta ¡®Vicisitudes¡¯, novela de humor y fracasos
¡°Lo intentaste. Fracasaste. Da igual. Prueba otra vez, Fracasa otra vez. Fracasa mejor¡±. Esa frase es de Samuel Beckett. Luis Mateo D¨ªez la suscribe ¡°al cien por cien¡±. Y eso se nota, desde la cruz a la fecha, en su novela Vicisitudes (Alfaguara). Anoche la present¨® en uno de sus mundos favoritos, la Librer¨ªa M¨¦ndez de Madrid. Ofici¨® ?ngeles Encinar, profesora que, como muchos amigos de Mateo (tiene mil, m¨¢s o menos), parece haber hecho doctorados en cada uno de los libros de este escritor de Le¨®n (Villablino, 1942) que ha convertido a los perdedores en habitantes de sus ¡°ciudades de sombra¡±.
En esta novela (¡°tiene 85 cap¨ªtulos, no tiene trama impl¨ªcita, pero, como todas mis novelas, ocupa un solo territorio¡±), esos perdedores se encarnan en palabras ¡°todas las cuales pesan¡±. Dice Encinar que ah¨ª hay ¡°sombra y dolor¡±, pero tambi¨¦n mucho humor, surrealismo. ¡°Miren este cap¨ªtulo en el que dos hombres se persiguen mutuamente por un ba¨²l que luego deja de existir, est¨¢ vac¨ªo¡±. A Mateo ese absurdo le atrae, cada vez m¨¢s, como le atrajo al Samuel Beckett de los fracasos.
Esto dice el novelista: ¡°Me gusta combinar. Mis personajes responden a la idea del ser humano como bicho tragic¨®mico. Y en todos hay una lucidez ir¨®nica que acompa?a a su destino tr¨¢gico, a los aspectos duros de la vida¡±. Es una comedia humana ¡°donde est¨¢n la alegr¨ªa, las ilusiones, las frustraciones¡±. La novela, conceden Encinar y el propio Mateo. Hay un tono melanc¨®lico, ¡°una cierta pesadumbre¡±, dice el autor, ¡°muy unida a una visi¨®n a veces explosivamente humor¨ªstica¡±.
Es, seg¨²n Encinar, ¡°una enciclopedia del fracaso¡±, en el que Mateo est¨¢ presente, con el estilo que lo marca al menos desde Camino de perdici¨®n (Alfaguara, 1995). La ruina, la muerte, las enfermedades del alma, las de los seres queridos... ¡°la vida misma inspira a Mateo y este es, quiz¨¢, su libro m¨¢s logrado en este sentido¡±, se?al¨® Encinar.
Uno de los mil amigos de Mateo, Manuel Longares, novelista, dec¨ªa antes de la presentaci¨®n. ¡°A La soledad de los perdidos, de 2014, le sigue esta; y aqu¨ª avanza Mateo en el experimento, en una prosa, condensada, firme. No es corriente nada de lo que cuenta. Ni c¨®mo lo cuenta. Mateo es lo que escribe¡±.
Perder, fracasar y la literatura
Y tanto. Esto dice Luis Mateo D¨ªez de lo que conduce la novela, la p¨¦rdida, el fracaso. ¡°El fracaso lo he vivido en la cercan¨ªa de la desgracia. No he sido una persona con excesivos alicientes de ¨¦xito en la vida; no he tenido ni tengo grandes ambiciones, tampoco en la literatura. Pero el fracaso m¨¢s cercano que me ha regalado la vida est¨¢ en la desgracia que tengo que vivir y administrar. La vida me ha convertido en un administrador de la desgracia¡±.
?Y no le sirve la literatura como ant¨ªdoto? Longares dice que no, que la literatura no salva, ¡°alivia, da caminos paralelos pero lo que has perdido no te lo devuelve nadie¡±. ?Y qu¨¦ piensa Mateo? ¡°La vida es un gran ant¨ªdoto. Antes de que se ti?era de cosas no muy gratas, ese espacio de vivir lo imaginario se represent¨® como una fuente de vitalidad y de contraposici¨®n a las cosas menos gratas que pod¨ªan venir... S¨ª, es el gran motor de la existencia y de la vitalidad... Imaginar, qu¨¦ riqueza tan grande, que belleza es contar¡±.
Para ¨¦l ¡°el arte est¨¢ hondamente atado a la vida y es una suerte tener conciencia de que tambi¨¦n contamina tu propia vida¡±. El libro no va de ¨¦l, dice Encinar, pero hay tantos personajes distintos que seguro que Mateo, este leon¨¦s que nunca se ha acostumbrado a vivir lejos de aquellas sombras, est¨¢ ah¨ª tambi¨¦n con sus propias vicisitudes, con fracasos distintos, y tambi¨¦n con el humor que el absurdo de la vida le permite.
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