Dibujos en femenino plural
Cada vez hay m¨¢s mujeres que se dedican al c¨®mic. Empatizan con los lectores tratando con mucho humor temas cotidianos
Mujer. En torno a 30 a?os. Observa lo que le rodea, lo analiza y le saca punta. Sin humor no es nada. Vive en una gran ciudad. Las redes sociales son una de sus herramientas de trabajo. El dibujo es su altavoz al mundo, su mejor manera de expresarse. Con todas estas caracter¨ªsticas bien se podr¨ªa hacer un retrato robot de un amplio grupo de ilustradoras, vi?etistas, dibujantes, creativas, humoristas gr¨¢ficas, artistas o, incluso, antiartistas que en los ¨²ltimos meses han publicado un libro en el que lo gr¨¢fico predomina o que lo har¨¢n en los pr¨®ximos. Pero ese retrato, teniendo un poquito de todas, no ser¨ªa fiel a ninguna. "Es como decir que todas las canciones de amor son iguales o que lo son todos los c¨®mic de superh¨¦roes", explica Flavia ?lvarez, autora de Las cosas del querer (Lumen).
Si solo con poner nombre a su profesi¨®n ya difieren, c¨®mo no van a hacerlo en lo dem¨¢s. Las hay que no saben dibujar con l¨¢piz, como Raquel C¨®rcoles, creadora de Moderna de Pueblo, que prepara libro para oto?o. Otras que no se recuerdan sin ¨¦l en la mano, es el caso de Raquel Riba Rossy, que va armada con ¨¦l como su personaje Lola Vendetta con su catana. Public¨® su primera historia, M¨¢s vale Lola que mal acompa?ada (Lumen), en marzo.
La mayor¨ªa nacieron en las redes sociales casi de manera casual; para ?lvarez -conocida como Flavita Banana- son su curr¨ªculum. La estadounidense Gina Wynbrandt, autora de Que alguien se acueste conmigo, por favor, utiliza su presencia en Internet como la extensi¨®n de su marca personal: "Muestran lo pat¨¦tica que es mi vida cotidiana e ilustran c¨®mo mi trabajo es una v¨ªa de escape". Un escaparate fueron para Anastasia Bengoechea (Monstruo Espagueti): "La editorial me contact¨® por el ¨¦xito que ten¨ªa en redes". Y de ah¨ª, a publicar ?est¨¢s FATAL! con Lunwerg el pasado febrero. Son una ventana que les ha llevado al libro de papel y, de hecho, ninguna reniega de ¨¦l, lo buscan, parece lejos de estar muerto. "Me gusta la tinta", dice Flavita Banana. Sobre la buena convivencia de ambos formatos, Manuel Bartual, editor de ?Caramba!, explica que el papel no solo no ha muerto, "el c¨®mic vive un momento dulce". En septiembre ver¨¢ la luz un recopilatorio de vi?etas de Flavita Banana que ya ha publicado online. "Se ha comprobado que si va bien en Internet, tambi¨¦n en papel. La funci¨®n que hace 20 a?os cumpl¨ªan las revistas que ya no quedan, las cumplen las redes", sostiene Bartual, que a trav¨¦s de ellas conoci¨® a la autora a la que describe como "buena observadora, traslada muy bien el mundo a vi?etas y tiene un estilo reconocible, conciso y rotundo".
Una mezcla entre material in¨¦dito y ya publicado van a hacer tambi¨¦n Marga Casta?o y Esther de la Rosa, que prev¨¦n que para octubre tendr¨¢n la versi¨®n tangible de las tiras que llevan colgando un a?o en su web Hardcore maternity. En ella plasman un tema muy en boga como es hacer patente lo menos agradable de la maternidad. "Intentamos compatibilizar el trabajo, los hijos y nuestra vida de solteras, por tanto vamos acumulando... Hablar de nuestro espacio de libertad no es incompatible con querer a nuestros hijos", explica Casta?o. El c¨®mic estar¨¢ formado por 10 historias que ya tienen versi¨®n online y otras 15 creadas ex profeso.
Pero no todo ocurre primero en el mundo virtual. A Meritxell Bosch, candidata al premio Eisner en 2015 (uno de los m¨¢s reconocidos en las industria del c¨®mic) por BirdCatDog, y con su novela gr¨¢fica Yo, gorda (La c¨²pula) reci¨¦n publicada, no le gustan las redes, solo mantiene Facebook pero sin especial inter¨¦s. Tanto ella como C¨®rcoles son m¨¢s veteranas que el resto y reconocen que el mundo del c¨®mic ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. La autora de Moderna de Pueblo, que dej¨® su trabajo hace cuatro a?os para dedicarse plenamente a su personaje y todo lo que conlleva (publicaciones, merchandising...), comenta que cuando empez¨® estaba sola. No se considera pionera pero s¨ª sabe que ha abierto alguna puerta. "Ahora somos toda una comunidad, lo que tiene sus inconvenientes: todas somos muy activas y hay que ir con cuidado para no tratar temas que otras ya hayan tratado. Pero a la vez este auge nos hace ser m¨¢s visibles y que haya m¨¢s gente interesada". Bosch cuenta que hace 15 a?os, cuando ella empez¨® a estudiar, eran solo tres mujeres frente a veintitantos chicos: "Un profesor lleg¨® a decir que las mujeres no dibuj¨¢bamos porque ya cre¨¢bamos vida, ?pero qu¨¦ tendr¨¢ que ver!", le reprocha. "Machismos que te encuentras en cualquier otro oficio", a?ade.
La todav¨ªa menor presencia femenina en el mundo del c¨®mic no es caracter¨ªstica solo del ¨¢mbito espa?ol. La estadounidense Wybrandt reconoce que en todos los campos deber¨ªa haber m¨¢s mujeres: "En el arte, en los medios de comunicaci¨®n...". Prueba de ello es el pasado Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona, celebrado del 30 de marzo al 2 de abril, donde solo el primer d¨ªa el n¨²mero de autores que participaron en las firmas de libros, m¨¢s de 40, era muy superior al de autoras, no llegaban a 10.
No cabe duda de que el punto de vista femenino une a todas estas autoras. Sus protagonistas son mujeres, pero tambi¨¦n la mayor¨ªa de los que crean los dibujantes son hombres. Mireia Magall¨®n, editora adjunta de Lumen y Reservoir Books, reconoce que exist¨ªa la necesidad de que las lectoras encontraran voces femeninas en este mundo, pero le parece reduccionista pensar que el p¨²blico que las lee es solo femenino. "No importa el g¨¦nero ni de quien ilustra ni de quien lee. Tratan cuestiones universales."
Y si no...?a qui¨¦n no le ha parecido una eternidad la espera de una respuesta a un whatsapp? ?Qui¨¦n no ha querido ahogarse en una macrotarrina de helado o, en su defecto, en un cuenco de palomitas? ?Qui¨¦n no ha querido fusionarse con el edred¨®n y transformase en una cris¨¢lida?, bien por estar demasiado solo o por estar fenomenalmente acompa?ado. ?Qui¨¦n no ha metamorfoseado alguna vez un contratiempo que realmente tiene la talla de una pulga, en otro del tama?o de un elefante? Problemas del primer mundo.
Mujeres normales
Las protagonistas de autoras como Gina Wybrandt, Flavita Banana, Raquel Riba, Monstruo Espagueti, Meritxell Bosch, Hardcore maternity... no son las mujeres hipersexualizadas de algunos c¨®mics. Tienen vello, sus curvas son imperfectas, andan semidesnudas por su casa, tienen la regla y la sangre mancha (que parece que es un tab¨²), practican sexo o no lo practican y se quejan por ello... "Reflejo la normalidad", dice Flavita Banana, que, como las dem¨¢s, se inspira mirando alrededor.
Todas tienen un toque desenfadado, ir¨®nico. Cada una en su l¨ªnea pero con el humor muy presente y, a veces, con un punto de mala leche, de hacer que lo que cuentan sea una sacudida, que levante algunas ampollas. A pesar de que hay algunos temas como el de la bulimia que se trata en Yo, gorda, o el c¨¢ncer de mama, del que habla Jennifer Hayden en La historia de mis tetas (Reservoir Books), que son m¨¢s femeninos porque por suerte para los hombres ellos sufren en un porcentaje m¨ªnimo estas enfermedades, cualquiera se puede sentir identificado con, por ejemplo, Lola Vendetta y la idea de hacer rodar cabezas (metaf¨®ricamente) cuando algo resulta desesperante. Y de esta empat¨ªa, al ¨¦xito.
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