La ira adolescente: entre el infierno y la alegr¨ªa

Las palabras iniciales no pueden ser m¨¢s duras y agresivas. ¡°Hace tiempo que nos odiamos. Es mutuo. A mi padre nunca le he gustado¡±. Marcos es gay y tiene 15 a?os, la edad en la que le dieron, dice, una entrada gratis al infierno. El infierno de la adolescencia, pero tambi¨¦n de la felicidad y los amigos. La edad de la ira da la voz a toda una generaci¨®n de adolescentes en un retrato realista y po¨¦tico, en un canto por la diferencia y la b¨²squeda de la propia identidad.

Con este texto de nueva creaci¨®n, escrito por Fernando J. L¨®pez, basado en su novela hom¨®nina que fue finalista del Premio Nadal en 2010, La Joven Compa?¨ªa, cierra su cuarta temporada. La obra, dirigida por Jos¨¦ Luis Arellano, se podr¨¢ ver desde hoy y hasta el 6 de mayo en sesiones matinales (¨¦sta ya con las entradas agotadas) y vespertinas en el Teatro Conde Duque, de Madrid, y en dos representaciones especiales en los Teatros del Canal (Madrid) los d¨ªas 18 y 19 de mayo. La Joven Compa?¨ªa es un grupo teatral y educativo que naci¨® en 2012 y que cuenta con la participaci¨®n de una treintena de j¨®venes entre 18 y 26 a?os.

Lo que empieza siendo un thriller, con el asesinato de un padre a manos supuestamente de su hijo, La edad de la ira se abre camino de manera dram¨¢tica a los conflictos m¨¢s reales de la adolescencia, planta cara a la violencia machista, la homofobia, el acoso sexual y escolar o la asfixia familiar y social. En un momento vital de cambio y ebullici¨®n, los miedos y los sue?os de ocho compa?eros de instituto convergen dentro y fuera de un gran rect¨¢ngulo de cristal y luces con pantallas audiovisuales, que sirve de pasillo de instituto, pero tambi¨¦n de acogedor lugar de intimidades y confesiones desgarradoras.

Es la primera ocasi¨®n que el dramaturgo y novelista Fernando J. L¨®pez (Barcelona, 1977), que abord¨® el tema del suicidio adolescente en #malditos16, estrenada en febrero en el Centro Dram¨¢tico Nacional, convierte una de sus obras en una pieza teatral. ¡°El hecho de que fuera La Joven Compa?¨ªa, un proyecto que me apasiona desde su nacimiento, fue determinante para m¨ª a la hora de embarcarme en este proyecto que me encarga Jos¨¦ Luis Arellano, pues sent¨ªa que solo ellos pod¨ªan convertir en teatro esta novela¡±, asegura el autor, que confiesa haber sido infiel a s¨ª mismo al trasladar el protagonismo de los adultos de la novela, convertida en un fen¨®meno literario entre los j¨®venes, a los adolescentes en el montaje teatral. ¡°La esencia del libro est¨¢ ah¨ª pero en esta propuesta esc¨¦nica he ahondado en el mundo po¨¦tico y todo lo que tiene que ver con el deseo y la rebeld¨ªa adolescentes¡± a?ade L¨®pez, que ha ido a la b¨²squeda de un c¨®digo para aunar el realismo y la poes¨ªa.

El espect¨¢culo teatral no hubiera sido el mismo sin la participaci¨®n activa de los actores, ?lex Villaz¨¢n, Mar¨ªa Romero o Alejandro Chaparro, entre otros, a trav¨¦s de talleres colectivos con el autor y el director. ¡°Han aportado su propia visi¨®n del universo de cada uno de ellos, han tenido la generosidad de compartir historias personales y recuerdos que me han permitido enriquecer el mundo adolescente¡±, explica Fernando J. L¨®pez.

Las heridas est¨¢n ah¨ª abiertas para contarlas, pero tambi¨¦n para cerrarlas. El dolor y la rabia de los adolescentes convive con su luminosidad. ¡°Los temas de la obra son los mismos que la compa?¨ªa ha ido tratando desde su creaci¨®n de manera escalonada y, sobre todo, los que m¨¢s interesan en los debates y coloquios que hacemos despu¨¦s de las funciones, adem¨¢s del gran problema de las carencias del sistema educativo en nuestro pa¨ªs¡±, explica el director Jos¨¦ Luis Arellano, tras un ensayo, la semana pasada.

¡°Los chavales est¨¢n viviendo un momento de crisis, una ¨¦poca de repunte de la homofobia, de la violencia en las aulas o de presi¨®n social, y de todo eso se habla en la obra, pero tambi¨¦n quer¨ªamos destacar que los chavales son capaces de amar, de sentir y de vivir y que, en realidad, lo que lanzan es un grito de ayuda. La luz de los adolescentes est¨¢ ah¨ª para contarla¡±.