Los b¨²nkeres que proteg¨ªan a la Rep¨²blica en Valencia

La construcci¨®n de refugios contra los bombardeos a¨¦reos en Valencia se aceler¨® antes de la llegada del presidente de la Segunda Rep¨²blica espa?ola, Manuel Aza?a, y de su Gobierno a la ciudad, convertida en capital del pa¨ªs durante la primera mitad de la Guerra Civil, entre noviembre de 1936 y octubre de 1937. El Ayuntamiento valenciano rescata ahora, coincidiendo con el 80 aniversario de aquella capitalidad, el recuerdo de los 300 b¨²nkeres subterr¨¢neos y en superficie construidos por el Ejecutivo republicano para proteger a la poblaci¨®n de los temidos aviones italianos Savoia S79 y S81, as¨ª como de los hidroaviones nazis Heinkel He59, que bombardearon la ciudad en 440 ocasiones.

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La doble exposici¨®n sobre la materia inaugurada este mi¨¦rcoles incluye una impactante inmersi¨®n f¨ªsica: la que produce adentrarse en el refugio que se abri¨® en el patio del Ayuntamiento, con capacidad para guarecer a los 700 escolares que estudiaban en el mismo edificio donde se alojaban las dependencias municipales.

El refugio sufri¨® modificaciones y fue transformado en las ¨²ltimas d¨¦cadas en almac¨¦n de papeles y viejas publicaciones municipales. Pero gracias a su dise?o, obra del arquitecto Jos¨¦ Luis Testor, conserva un sorprendente sistema de ventilaci¨®n. "Hemos intentado recuperar al m¨¢ximo su situaci¨®n original. Los primeros metros de la entrada, hasta el codo que forma el pasillo, est¨¢n pintados de rojo como se hizo originalmente para advertir de que la metralla pod¨ªa llegar hasta ellos y que no deb¨ªan pararse en ese tramo formando un tap¨®n", explica la concejal de Patrimonio Cultural, Gl¨°ria Tello.

El antiguo b¨²nker ha sido transformado en museo mediante la colocaci¨®n de paneles explicativos, im¨¢genes de gran formato de la ¨¦poca y una pantalla que muestra contenidos audiovisuales, pero mantiene la atm¨®sfera oscura propia de una cripta.

La segunda exposici¨®n, titulada Tempestad de hierro y abierta hasta julio en la sala de exposiciones municipal, abarca un exhaustivo an¨¢lisis de los refugios de la ciudad: desde su construcci¨®n en edificios p¨²blicos, f¨¢bricas y fincas de viviendas hasta su uso como morada tras la guerra por parte de vecinos que hab¨ªan perdido su hogar. Solo en los poblados mar¨ªtimos, el distrito de Valencia donde se integra el barrio de El Cabanyal, 218 personas viv¨ªan en estas construcciones defensivas, seg¨²n un censo de 1942.

Las fotograf¨ªas, recortes de prensa, documentos y carteles de la ¨¦poca reunidos por los comisarios Jos¨¦ Mar¨ªa Azk¨¢rraga, Alejandro Calpe, Miguel Mezquida y Jos¨¦ Pinado con la coordinaci¨®n de Pepa Pascual y Carmen Palacios, muestran el mort¨ªfero efecto que las bombas explosivas (de hasta 250 kilos) e incendiarias tuvieron para la poblaci¨®n, que hab¨ªa aumentado con la llegada de miles de personas, en buena parte ni?os, procedentes de zonas republicanas cercanas al frente.

Inicialmente, las v¨ªctimas de los bombardeos se publicaban en la prensa. "Pero a medida que avanzaba la guerra dej¨® de informarse con detalle para evitar la desmoralizaci¨®n", indica el cat¨¢logo de la muestra. Un recuento publicado en enero de 1939, a dos meses del final de la guerra, contabiliz¨® 825 muertos y 2.831 heridos causados por las bombas en Valencia.

La mayor parte de los ataques corrieron a cargo de la aviaci¨®n italiana con base en Palma de Mallorca, pero Valencia fue tambi¨¦n bombardeada desde el mar. El primer gran ca?oneo fue ejecutado por el crucero fascista Duca d'Aosta, el 14 de febrero de 1937.

La muestra re¨²ne fondos del Archivo Hist¨®rico Municipal, el Centro de Historia y Cultura Militar, el Archivo General y Fotogr¨¢fico de la Diputaci¨®n, la Hemeroteca Municipal, la Biblioteca Hist¨®rica de la Universitat de Val¨¨ncia, el Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica de Salamanca, la Biblioteca Nacional, el Archivo General Militar de ?vila, el Archivo de la Administraci¨®n General de Alcal¨¢ de Henares, la Biblioteca Valenciana, el archivo de la Cruz Roja y el del Partido Comunista de Espa?a, as¨ª como el Levante-EMV y la Fundaci¨® per Amor a l'Art.

Una parte de los mismos examina la defensa desplegada para intentar frenar los bombardeos, incluido un enorme ca?¨®n antia¨¦reo de la ¨¦poca, instalado ahora en medio de la sala de exposiciones municipal. Para advertir de la llegada de los aviones se colocaron 25 sirenas por toda la ciudad que se activaban desde el Micalet, la torre de la catedral de casi 59 metros de altura utilizada como punto de observaci¨®n.