Mozart en Par¨ªs
El compositor visit¨® la capital francesa dos veces y enterr¨® aqu¨ª a su propia madre
Me sobresalt¨® ayer en Par¨ªs encontrarme en la rue du Sentier con la placa que evoca el lugar donde residi¨® y muri¨® la madre de Mozart. Estaba su hijo junto a ella, como lo estuvo en las exequias f¨²nebres de la iglesia de Saint Eustache. All¨ª puede verse la firma del prodigio en los archivos parroquiales. Certificando la muerte de Anna Maria Wallburga Pertl. Y avini¨¦ndose al desembolso de los gastos eclesi¨¢sticos. Prosa¨ªsmos que el tiempo ha convertido en an¨¦cdota.
Mozart se ha incorporado a la historia de esta imponente parroquia parisina. Que fue la misma donde bautizaron a Richelieu y a Moli¨¨re. El lugar donde Luis XIV hizo su primera comuni¨®n. Y el templo donde fueron inhumados Colbert, Scaramouche y el maestro Rameau.?
Ten¨ªa Saint Eustache, San Eustaquio, la dignidad necesaria para alojar los funerales de?La Fontaine, de Mirabeau. Y de mam¨¢ Mozart unos a?os antes. La desgracia de su muerte se produjo el 3 de julio de 1778 y explica o multiplica las razones por las que Mozart no fue dichoso en Francia. Hab¨ªa recalado como ni?o prodigio en la corte de Luis XV, incluso hab¨ªa adoptado ¨¦l mismo el nombre de Amad¨¨, afrancesando el Amadeus con que se le conoce universalmente, a pesar de que casi nunca lo utiliz¨® durante su vida.
Estuvo cerca de Mozart su madre. Le acompa?¨® a los viajes. Y cuid¨® de ¨¦l en la gran tourn¨¦e europea que la familia realiz¨® entre 1763 y 1766. Siete a?os ten¨ªa Mozart en el momento de emprenderla. Cinco m¨¢s su hermana Nannerl, protagonista tambi¨¦n ella de las exhibiciones infantiles. Que les entretuvieron en Par¨ªs. Y que les permitieron recalar a Versalles, donde alcanz¨® a escucharles la reina misma en una suerte de entretenimiento cortesano.
Hay una placa que rememora en el Hotel de Beauvais la estancia parisina de la familia Mozart. All¨ª permanecieron casi seis meses -noviembre de 1763, abril de 1764-, pero no fue una experiencia dichosa. Ni tampoco la del viaje de 1778. Mozart es un compositor desconocido. Y se encuentra desplazado en la querella parisina que enfrenta a los partidarios de Gl¨¹ck y de Piccinni.
No toma partido ni tampoco se le pide involucrarse, aunque los contratiempos de la vida musical parisina no llegan a coartar su fertilidad. Escribe la Sinfon¨ªa 31. Por eso la conocemos con el predicado de "Par¨ªs". Y la celebramos como un salto cualitativo que predispone la fabulosa d¨¦cada de los 80. Mozart ha empezado a los 22 a?os su periodo de madurez.?
El viaje de Par¨ªs ser¨¢ el segundo y el ¨²ltimo, pero reviste una extraordinaria importancia. No s¨®lo por el dolor de la muerte de su madre. Tambi¨¦n porque precipita su ruptura con el padre, Leopold, en el sentido en que decide entonces independizarse, despojarse de la tutela patriarcal.?
Impresiona encontrarse con la placa de la rue de Sentier sin esperarla. Y dan ganas de poner unas flores. Recordar a la madre que pari¨® a ni?o. Agradecerle su abnegaci¨®n y sus genes. Y mencionarle a t¨ªtulo p¨®stumo que el ni?o Wolfgang tiene ahora en Par¨ªs una calle con su nombre. Mejor a¨²n, tiene una avenida. La Avenida Mozart.
Babelia
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