En el coraz¨®n del bosque
Esta ¨®pera prima se permite el acceso al agitado mundo interior de una muchacha retra¨ªda que, en plena celebraci¨®n de su cumplea?os, se queda roque
LA CHICA DORMIDA
Direcci¨®n: Rosemary Myers.
Int¨¦rpretes: Bethany Whitmore, Matthew Whittet, Harrison Feldman, Amber MacMahon.
G¨¦nero: comedia. Australia, 2015
Duraci¨®n: 77 minutos.
En Psicoan¨¢lisis de los cuentos de hadas, Bruno Bettelheim descifraba las distintas versiones de la Bella Durmiente como lecturas simb¨®licas del estado de tr¨¢nsito de la adolescencia: ¡°Este ensimismamiento, que externamente puede confundirse con la pasividad (es decir, malgastar el tiempo durmiendo), se da cuando, dentro de la persona, se producen procesos internos de tal importancia que no restan energ¨ªas suficientes para llevar acciones dirigidas hacia el exterior¡±. En La chica dormida, ¨®pera prima de la australiana Rosemary Myers, se permite el acceso al agitado mundo interior de una cotidiana bella durmiente, una muchacha retra¨ªda que, en plena celebraci¨®n de su decimoquinto aniversario, se queda roque, agobiada por las presiones de una fiesta que sus padres convocaron a la fuerza: tras sus ojos cerrados se despliega otro apasionante cuento de hadas que requerir¨¢ adentrarse en el coraz¨®n del bosque para lidiar con una Reina Helada (su propia madre) y un Hombre Abyecto (su propio padre) y, finalmente, quiz¨¢ encontrarse a s¨ª misma.
Si hay algo que derroche con generosidad una pel¨ªcula en apariencia tan modesta como La chica dormida ¨Cescueto metraje, formato en 4:3- es encanto, estilo, energ¨ªa e invenci¨®n expresiva. Con sus composiciones frontales y esquem¨¢ticas y sus r¨®tulos integrados en la di¨¦gesis, uno puede pensar, al comienzo, que est¨¢ ante un ejercicio de estilo en torno a la est¨¦tica de Wes Anderson. M¨¢s tarde, habr¨¢ recursos que remitan a los universos low-fi de Michel Gondry e incluso una en¨¦rgica traducci¨®n na?f de lo lynchiano, pero, probablemente, todo sean intoxicaciones cin¨¦filas del ojo que mira, porque, al final, lo de Rosemary Myers se revela mucho m¨¢s personal que derivativo.
La chica dormida naci¨® como montaje de la compa?¨ªa Windmill Theatre de Adelaida (Australia), donde la ahora tambi¨¦n cineasta ejerce de directora art¨ªstica. El texto lo escribi¨® Matthew Whittet, que en la pel¨ªcula encarna al padre de la protagonista. Y ese origen esc¨¦nico es la clave: la magia de la pel¨ªcula emana directamente del manantial de soluciones de quien ha tenido que invocar universos imaginarios desde un escenario, seduciendo a sus espectadores en un pacto de gratificante ilusionismo visual.
Babelia
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