Un escritor saud¨ª gana el principal premio de novela en ¨¢rabe
Alwan recrea los viajes del andalus¨ª Ibn Arabi, un m¨ªstico suf¨ª muy controvertido entre los musulmanes
Mohammed Hasan Alwan ha recibido esta semana el Premio Internacional de Ficci¨®n ?rabe (IPAF), considerado el Booker de las letras ¨¢rabes, por su novela Mut saguir (Una muerte peque?a). Es el tercer autor saud¨ª que gana ese galard¨®n desde que se instituy¨® en 2008. Riad est¨¢ a¨²n lejos de remplazar el declive de Bagdad, El Cairo y Beirut como centro de la cultura ¨¢rabe, pero en la ¨²ltima d¨¦cada una nueva generaci¨®n de escritores de Arabia Saud¨ª est¨¢ reclamando una voz propia y rompiendo tab¨²es en un pa¨ªs donde censura pol¨ªtica y rigorismo religioso se han aliado para restringir la literatura a la poes¨ªa beduina y a ensalzar el islam.
¡°Los premios siempre son una oportunidad para llegar hasta lectores que no te conoc¨ªan antes¡±, conf¨ªa Alwan a EL PA?S a¨²n embriagado por la decisi¨®n del jurado. ¡°Un error muy agradable¡±, dijo al recoger el galard¨®n el pasado martes por la noche. No es para menos, son 50.000 d¨®lares (unos 46.000 euros) y ayuda para la traducci¨®n de la obra ganadora al ingl¨¦s, ya que uno de los objetivos de los organizadores, el Departamento de Cultura y Turismo de Abu Dhabi, es la difusi¨®n internacional de la ficci¨®n en lengua ¨¢rabe.
La novela, publicada por la editorial libanesa Dar al Saqi, narra la vida de Ibn Arabi, el m¨ªstico andalus¨ª del siglo XII, desde su nacimiento en Murcia hasta su muerte en Damasco, a trav¨¦s de sus viajes por Marruecos, Egipto, el Hijaz (una regi¨®n de la actual Arabia Saud¨ª), Siria, Irak, Turqu¨ªa y Azerbaiy¨¢n. Se trata de una figura controvertida en el mundo isl¨¢mico, a quien los musulmanes suf¨ªes reverencian como a un santo y los ultraconservadores tachan de hereje.
¡°Es cierto que se trata de un s¨ªmbolo del sufismo, pero en mi elecci¨®n ha pesado m¨¢s como viajero. Ibn Arabi es un gran viajero y yo estoy interesado en viajar¡±, declara el autor atenuando las posibles connotaciones pol¨ªticas. Los suf¨ªes, como otras minor¨ªas religiosas que se apartan de la estricta interpretaci¨®n wahab¨ª del islam, est¨¢n marginados en Arabia Saud¨ª. Su objetivo, dice, ha sido reflejar el lado humano del pensador, ¡°que no es lo suficientemente popular y cuyo conocimiento se limita a la ¨¦lite¡±. El galard¨®n le ha convertido en la estrella de la Feria del Libro que estos d¨ªas se celebra en la capital de Emiratos ?rabes Unidos (EAU) y que justo este a?o conmemora a Ibn Arabi.
Alwan, de 38 a?os y que vive a caballo entre Toronto (Canad¨¢) y Riad, es aclamado como representante de una nueva generaci¨®n de escritores ¨¢rabes junto a la libanesa Jana Elhassan. Una peque?a muerte es su quinta novela, pero en 2013 ya estuvo entre los finalistas del IPAF con Al Qundos (El Castor), cuya traducci¨®n al franc¨¦s por St¨¦phanie Dujols gan¨® el premio de literatura del Institut du Monde Arabe dos a?os m¨¢s tarde.
El ¨¦xito de los novelistas saud¨ªes (a Alwan le precedieron como ganadores del IPAF Abdo Khal, en 2010, y al a?o siguiente, Raja Alem, autora de J¨¢tim la primera novela saud¨ª traducida al espa?ol) llama la atenci¨®n habida cuenta de la pobre escena cultural del Reino del Desierto. Aunque hay precedentes en Abdul Rahman Munif o Yousef al Mohaimeed, entre otros, la censura no s¨®lo obliga a publicar fuera, sino sobre todo limita los autores que se estudian durante los a?os formativos. Hasta la generalizaci¨®n de internet, s¨®lo aquellos con inquietudes y medios pod¨ªan acceder en el extranjero a los numerosos libros prohibidos. La ¨²nica librer¨ªa digna de ese nombre en Riad, The Heritage Bookstote, funcionaba de forma semiclandestina hasta su reciente reencarnaci¨®n como The Book Club.
Desde hace una d¨¦cada, las autoridades incluso organizan una Feria del Libro en la capital saud¨ª, en la que las editoriales egipcias y libanesas aseguran vender m¨¢s t¨ªtulos que en el resto del a?o en otros pa¨ªses ¨¢rabes, a pesar de las limitaciones que imponen los censores. Pero los saud¨ªes han demostrado que est¨¢n dispuestos a salt¨¢rselas, como hicieron cuando se public¨® Chicas de Riad en 2009, una atrevida novela para los puritanos est¨¢ndares locales que desat¨® una ola de j¨®venes autores dispuestos a afrontar temas hasta entonces tab¨² como la homosexualidad o la discriminaci¨®n de las minor¨ªas religiosas.
¡°Si no te censura el Estado, te censuran las sensibilidades locales o las expectativas del p¨²blico. As¨ª que he aprendido a no perder mi tiempo quej¨¢ndome de la censura y afrontarla como si fueran los l¨ªmites del campo de juego¡±, defiende Alwan.
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