La edad del miedo

El violento desajuste entre los turbulentos compases del poema sinf¨®nico Finlandia, Opus 26 de Jean Sibelius y los movimientos de un grupo de ni?as y ni?os en una clase de educaci¨®n f¨ªsica transmite, al comienzo de Los demonios de Philippe Lesage, una visi¨®n de la infancia como territorio donde constantemente se manifiesta la latencia de la tragedia. Con tan solo 10 a?os de edad, F¨¦lix, el protagonista de esta pel¨ªcula inc¨®moda y fascinante, recorrida de principio a fin por la autoconciencia de su estilo, vive su supuesta edad de la inocencia como territorio minado por potenciales miedos. Cualquier cosa sirve de est¨ªmulo para activar las alarmas: una discusi¨®n dom¨¦stica, la simpat¨ªa que el padre delata por la madre de un amigo, la desaparici¨®n de ni?os en el vecindario, la amenazadora agresividad de unos vecinos, las primeras manifestaciones del apetito sexual, el amor por una profesora¡­

En su primer largometraje de ficci¨®n, el documentalista quebequ¨¦s Philippe Lesage captura, con frecuente recurso a ceremoniales planos secuencia hechizados por las incertidumbres del fuera de campo, los claroscuros de una etapa vital caracterizada por la detecci¨®n de esos potenciales peligros que uno todav¨ªa no sabe racionalizar o comprender por completo. A trav¨¦s de decisiones narrativas que jam¨¢s aconsejar¨ªa un manual de escritura de gui¨®n ¨Cesas gu¨ªas para el sometimiento de la creatividad al m¨ªnimo com¨²n denominador- y de un planteamiento formal que potencia incertidumbres, el director logra un resultado muy dif¨ªcil de olvidar y ofrece una lecci¨®n magistral sobre la necesidad de saltarse reglas para encontrar verdades.

La muy particular metodolog¨ªa de Lesange ha inspirado comparaciones con el trabajo de Michael Haneke: si bien pueden detectarse algunos puntos de proximidad ¨Cuna de las secuencias finales podr¨ªa compararse al brillante plano que cerraba Cach¨¦ (2005)-, aqu¨ª se manifiesta una sensibilidad propia arrolladora. La pel¨ªcula contiene un radical cambio de punto de vista avanzado su metraje y, lejos de satisfacer las m¨¢s inmediatas expectativas del p¨²blico, acaba construyendo un inesperado discurso sobre la capacidad de supervivencia de la infancia en una vida que seguir¨¢ fluyendo, pese a los horrores que se manifiesten a fondo de plano.