En la m¨¢quina del tiempo
![Un momento de 'El Cascanueces'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/PADODEVMBSWYXS722P4TN4Y4RE.jpg?auth=f894e213fb0f1a064a03783e6d50a5715921a37eeff41f0c2988c1971ba5a990&width=414)
CASCANUECES
Ha sido un error monumental y en varios sentidos inexplicable que el Ballet Nacional de Cuba [BNC] empiece su temporada espa?ola en los Teatros del Canal de Madrid con una deficiente, pobre y anticuada producci¨®n del cl¨¢sico Cascanueces. Esto no ser¨ªa tan grave si se tratara de otro conjunto menos prestigioso, otrora potente y exitoso, pero evidentemente hoy d¨ªa en una etapa bastante gris. La fuga de artistas hacia Norteam¨¦rica y otros puntos del globo sigue produci¨¦ndose, un goteo que no cesa desde hace medio siglo, exactamente 1966. Todas las zarandajas de mejoras no han valido de nada.
Cascanueces ha sido el ¨²ltimo t¨ªtulo del gran repertorio acad¨¦mico coreografiado por Alicia Alonso (La Habana, 1920) y se estren¨® en 1998 en coproducci¨®n algunos teatros italianos. Los dise?os del genov¨¦s Guido Fiorato fueron en su d¨ªa tan correctos como convencionales y menores, hoy son unos trapos viejos y pobres. Fiorato es un hombre b¨¢sicamente del teatro y de la ¨®pera y pocas veces se ha acercado al ballet (hizo una versi¨®n del Excelsior en los mismos tiempos que el Cascanueces). Antes de esa fecha, en el repertorio cubano solamente estaba una cuidada y can¨®nica versi¨®n del pas de deux principal de la obra, del segundo acto, heredado de la mejor tradici¨®n ruso-norteamericana, y una suite que conten¨ªa el Vals de las Flores y algunos fragmentos m¨¢s. Debe apuntarse que durante unos a?os ya en la f¨¦rrea dictadura castrista, la navidad estuvo prohibida. Los ni?os recib¨ªan los juguetes repartidos por la cartilla de racionamiento el 26 de julio (fecha conmemorativa del alzamiento) y entre otros dislates, la cena de Nochebuena era en pleno verano. Obviamente, nada de ¨¢rboles de navidad (motivo escenogr¨¢fico principal de Cascanueces) ni de nacimientos (belenes). Puertas adentro, casi clandestinamente, los cubanos segu¨ªan (cuando pod¨ªan) matando el cochino (o puerco, que as¨ª cari?osamente se llama al cerdo). Este fallido intento de lavado de cerebro a las tradiciones impidi¨® que ¡°Cascanueces¡± figurara en la programaci¨®n criolla hasta 1998. La versi¨®n de Alonso, en s¨ª misma, tiene valores cor¨¦uticos innegables y que podr¨ªan ser una fuente de inspiraci¨®n para renovar el montaje, pero lo que se ha tra¨ªdo a Madrid es desilusionante en lo material y hasta en el concepto. ¡°Cascanueces¡± necesita de tres primeras figuras femeninas (Clara, Reina de las Nieves, Hada Garapi?ada) y tres partenaires solventes (El Cascanueces, Pr¨ªncipe de las Nieves y El caballero). Sadaise Arencibia mostr¨® su buen gusto al bailar en la Reina y Viengsay Vald¨¦s como el Hada exhibi¨® su inveterada seguridad t¨¦cnica. Poco m¨¢s se puede decir. Ya John Neumeier introdujo en su Cascanueces estrenado en Frankfurt en 1971 y despu¨¦s en Hamburgo en 1977 (tambi¨¦n en los a?os ochenta pas¨® al repertorio de la ?pera de Par¨ªs) el teatrito dentro del teatro; Alonso lo hace en el primer acto, del que surgen personajes ficticios y caracter¨ªsticos. La plantilla del BNC est¨¢ muy renovada, es muy joven y hay talento, pero a la vez, se nota mucha inexperiencia, afinaci¨®n de los personajes y poca caracterizaci¨®n pl¨¢stica.
El experimentado director de orquesta de la compa?¨ªa, Giovanni Duarte, pastore¨® como pudo a la modest¨ªsima orquesta. Menos mal que estaba su batuta intentando regular acentos y finales, pues las deficiencias del conjunto orquestal abarcan desde las cuerdas y los metales, hasta las percusiones especiales que marca la partitura.
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