Antonio Ferrera, una nueva y cl¨¢sica concepci¨®n de figura del toreo
Su paso por la Feria de Abril de Sevilla ha sido trascendental, hist¨®rico y revolucionario
Si el mundo del toro estuviera vivo y palpitante y le preocupara recuperar la emoci¨®n perdida, estar¨ªa hoy devan¨¢ndose los sesos sobre el paso trascendental, hist¨®rico y revolucionario de Antonio Ferrera por la Feria de Abril de Sevilla.
Lo de menos es que haya sido el triunfador absoluto del ciclo. Lo m¨¢s importante es que se que present¨® en la Maestranza con el tarro de la esencias del toreo en sus manos, conmovi¨® a la plaza, la llen¨® de pasi¨®n y se erigi¨® en la m¨¢s grata e inesperada sorpresa de la feria. Por una vez, no importaron las orejas -solo pase¨® una en sus dos comparecencias-, sino la torer¨ªa, ese concepto tan et¨¦reo y profundo a un tiempo, que se inocula en las entra?as cuando un se?or vestido de luces se siente un artista heroico.
Ferrera enamor¨® a Sevilla, y en su ruedo qued¨® ungido como gran figura del toreo. Como nueva figura, enti¨¦ndase, porque el torero ven¨ªa de una muy larga convalecencia y una meritoria evoluci¨®n de su trayectoria, aunque incardinada en la zona media del escalaf¨®n e incluido entre los diestros banderilleros, poseedores de una tauromaquia t¨¦cnica y festiva, tan espectacular como carente de hondura.
Pero ese Ferrera ya es historia. El nuevo es un torero transfigurado, que ha aprehendido el toreo cl¨¢sico y desempolvado la intensa variedad de la lidia desde que el toro se hace presente hasta que es arrastrado por las mulillas. Ferrera se emborrach¨® de toreo a la ver¨®nica, explic¨® que puede ser un arte acercar el toro al caballo y convertir en magia el instante de la salida. Ilusion¨® a la plaza con perdidas e ilusionantes ondulaciones de su capote; explic¨®, tambi¨¦n, -nadie es perfecto- que las banderillas pueden, y deben ser, un aditamento prescindible en su interpretaci¨®n torera, y se engall¨®, altivo, seguro, torer¨ªsimo, con la muleta ante un toro fiero y encastado como fue Platino, de Victorino Mart¨ªn, con el que luch¨® -eso es la lidia- a vida o muerte, y desparram¨® gracia y sentimiento ante los toros de El Pilar.
La Maestranza qued¨® arrebatada y conmocionada ante un torerazo
En fin, que la Maestranza qued¨® arrebatada y conmocionada ante un torerazo.
?Y ahora qu¨¦?
Pues, lo m¨¢s probable es que no suceda nada, porque el sistema, los que mandan, los taurinos -en una palabra, las llamadas figuras y sus entornos- no van a permitir que Ferrera se les suba a la parra porque haya estado bien en Sevilla. No pertenece a la ¨¦lite, y har¨¢n lo posible por que permanezca en la zona que, entienden, le corresponde.
Ferrera ha demostrado que otra lidia es posible y que el toreo tiene futuro
Pero lo que ha sucedido es que Antonio Ferrera ha dejado en rid¨ªculo a los de arriba, a quienes se pasan la vida exigiendo toros, dineros, fechas y compa?eros y esperan cada tarde a que suene la flauta del toro ennoblecidamente tonto.
Ferrera ha demostrado que hay toros y toreros para recuperar la emoci¨®n, que es posible otra lidia, que las variantes de capote y muleta son infinitas, y que el toreo tiene futuro.
Esa ha sido la gran aportaci¨®n de su paso por Sevilla. Bueno, y algo m¨¢s: que ha nacido una nueva y cl¨¢sica concepci¨®n de figura, basada en la lidia total, en el poder¨ªo, la inteligencia, la t¨¦cnica y el buen gusto.
?Y, ahora, qu¨¦? Probablemente, nada. Los taurinos no permitir¨¢n la renovaci¨®n
Si el mundo del toro estuviera vivo y palpitante, sometido a la dignidad y a la necesaria innovaci¨®n de todo espect¨¢culo moderno, las figuras actuales tomar¨ªan buena nota de la gesta de Ferrera, se replantear¨ªan sus toros y sus tauromaquias y aceptar¨ªan la competencia como ingrediente b¨¢sico para la emoci¨®n.
Lamentablemente, y casi con toda seguridad, eso no ocurrir¨¢. La fiesta continuar¨¢ por sus derroteros de siempre; a Ferrera le costar¨¢ un mundo desprenderse de su etiqueta de torero banderillero; nadie -se hacen apuestas- le ayudar¨¢ a situarse en el lugar preeminente que se ha ganado en el ruedo, y todo seguir¨¢ igual, a no ser que un fen¨®meno extraterrestre, y, como tal, inesperado y extra?o, lo modifique.
A pesar de todo, quede constancia p¨²blica de que este torero se ha convertido en la gran esperanza blanca de la tauromaquia actual; ha devuelto la ilusi¨®n a los pocos aficionados que va quedando y ha contribuido a la euforia desmedida del p¨²blico festivo y alborotador que inunda las plazas.
Le queda Madrid, que no es examen liviano; su primera cita, el 21 de mayo, con toros de Las Ramblas, y la segunda, el 9 de junio, con los de Adolfo Mart¨ªn.
Ojal¨¢ su paso por Las Ventas sea un reflejo de la torer¨ªa que ha desparramado en la Maestranza¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.