La guitarra peligrosa
Arto Lindsay, genuino puente entre Brasil y la vanguardia angloamericana, sigue fiel a su l¨ªnea creativa
"Adoro escribir a mano tu nombre en tu vientre¡±, canta Arto Lindsay en ¡®Grain By Grain¡¯. Mientras lo hace, bajo su voz se cruzan ritmos sincopados, ruidos discordantes y una melod¨ªa simple y hermosa. Cada canci¨®n de este ¨¢lbum es el desaf¨ªo de lo inesperado, una aventura distinta a la anterior. Es la m¨²sica de un estadounidense criado en Brasil durante los a?os sesenta, que tuvo la fortuna de vivir inmerso en una de las canteras musicales m¨¢s ricas y originales del planeta. Cuando Lindsay se instal¨® en Nueva York introdujo poco a poco esos elementos ¡ªlos ritmos primitivos, la suavidad brasileira¡ª en los c¨®digos musicales gringos, bastante antes de que David Byrne descubriera las m¨²sicas latinas, y las fue diluyendo entre ruido vanguardista.
Eso fue entre las d¨¦cadas de 1970 y 1980. Bastantes a?os despu¨¦s, podemos afirmar sin miedo que Lindsay es el genuino puente entre Brasil y la m¨²sica vanguardista angloamericana. Un creador ¨²nico que combina perfectamente el poder mel¨®dico de la bossa, la energ¨ªa r¨ªtmica de la samba, la audacia del jazz, las texturas de lo experimental y el colorido del pop. Alguien que inspira a artistas tan dispares como pueden serlo Marisa Monte o Blonde Redhead. Cuidado Madame, su primer ¨¢lbum de canciones en m¨¢s de una d¨¦cada, mantiene todas esas premisas tan frescas como si el anterior lo hubiese grabado hace un mes. Su l¨ªnea creativa sigue fiel a s¨ª misma y ninguna canci¨®n se parece a otra aunque haya elementos distintivos omnipresentes en todas ellas. Su guitarra, por ejemplo. Existen muy pocas guitarras infiltradas en el contexto del pop que suenen como la de Arto Lindsay, que hagan que emane tanto peligro de ellas (la que abre y protagoniza el acto de improvisaci¨®n que es 'Arto vs. Arto', o la que irrumpe en medio de Unpair, por ejemplo). Son el contrapunto a la sensualidad en canciones surcadas por brotes de distorsi¨®n, marcadas por juegos electr¨®nicos de percusi¨®n. Solamente Pele de perto ofrece, al final del disco, un sonido tradicional. El resto es m¨²sica que une ruido y quietud, violencia y belleza de manera inimitable.
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