Ciencia sin mujeres
Garc¨ªa Dauder y P¨¦rez Sede?o ponen de relieve en un ensayo la invisibilidad de las cient¨ªficas y la mala praxis en la formulaci¨®n de las preguntas de investigaci¨®n
Lo mejor, a la hora de tomar una pastilla, es ser var¨®n, blanco, de entre 25 y 40 a?os y de clase media. Sobre este grupo se hacen las pruebas cl¨ªnicas y se determina la cantidad y la frecuencia de las dosis. De hecho, ¡°hasta 1993 la mayor parte de los programas de investigaci¨®n en relaci¨®n con enfermedades cardiovasculares, cancerosas o laborales se hab¨ªa realizado teniendo en cuenta solo a varones, sin incluir a las mujeres¡±. Es uno de los sesgos cient¨ªficos que las autoras ponen de manifiesto; uno entre mil. Otro m¨¢s: ¡°Los efectos secundarios de los m¨¦todos anticonceptivos tolerables en mujeres, son intolerables para los hombres.¡±
A lo largo de su ensayo Garc¨ªa Dauder y P¨¦rez Sede?o ponen de relieve la manera en la que, a lo largo de la historia, las mujeres han sido invisibles, tanto como investigadoras como para sus colegas, varones, que han descrito sus cuerpos y sus enfermedades desde sus prejuicios masculinos, sin estudios precisos y variando su an¨¢lisis entre dos extremos igual de absurdos, negar cualquier diferencia o exagerarla. Desde las supuestas -y falsas- diferentes aptitudes matem¨¢ticas hasta las -tambi¨¦n falsas- diferencias frente al lenguaje. Para las autoras, cuando se llega a estas conclusiones mediante un test siempre es porque ¡°las puntuaciones que se alcanzan en las pruebas se ven influidas por lo que se predice de ellas¡±.
As¨ª, las autoras han ¡°identificado y descrito la ciencia mal practicada, la ciencia distorsionada por sesgos sociales, (sexistas y androc¨¦ntricos) en la formulaci¨®n de preguntas de investigaci¨®n, en las teor¨ªas, en la definici¨®n de variables, en la selecci¨®n de muestras, en los dise?os, en la interpretaci¨®n de resultados.¡± Y, se preguntan si es ¡°mala ciencia o ciencia al uso.¡±
Por ejemplo, la relaci¨®n entre el orgasmo femenino y el punto G, llamado as¨ª por la primera letra del apellido del se?or Gr?fenberg, el ginec¨®logo alem¨¢n que describi¨® esa zona er¨®gena, ha sido puesta en cuesti¨®n tras estudios que no padecen sesgos de g¨¦nero y que han demostrado que el ¨®rgano que tiene un papel determinante en la eyaculaci¨®n de las mujeres es la pr¨®stata femenina. El androcentrismo ha hecho ver esta cuesti¨®n, un ejemplo entre tantos, siempre con una ¨®ptica muy sesgada. Para las autoras la pregunta que queda en el aire es ¡°si mejorar la ciencia consistir¨¢ en eliminar los sesgos de g¨¦nero. Si eso es posible, o si nos tendremos que replantear otras formas de hacer ciencia¡±. A¨²n no hay respuesta.
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Autor: Silvia Garc¨ªa Dauder y Eulalia P¨¦rez Sede?o.
Editorial: Catarata (2017).
Formato: tapa blanda (256 p¨¢ginas).
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