Monedas de sangre en Internet
El artista mexicano Antonio Vega presenta en Documenta Kassel una instalaci¨®n inspirada en el valor del dinero, la esclavitud y la tecnolog¨ªa
Los molinos de viento o de agua, se alimentan de viento o agua y los molinos de sangre, de sangre. Animal o humana. Los caballos y los burros que trajeron los conquistadores a Am¨¦rica no pod¨ªan subir por las escarpadas veredas del cerro de Potos¨ª, a 4.500 metros de altura en los Andes bolivianos. Sin fuerza animal para alimentar las minas de plata m¨¢s grandes del mundo, los que empujaban las ruedas del molino eran esclavos.
¡°Es casi una leyenda. Pero es verdad que en el suelo de madera del molino que serv¨ªa para acu?ar las monedas de plata hay huellas humanas. Yo quer¨ªa haber marcado mis monedas con esa hendidura pero no me llegaba el presupuesto¡±, dice Antonio Vega (Ciudad de M¨¦xico, 1980), un artista interesado por la econom¨ªa, la historia y el poder.
El ¨²nico mexicano que acudir¨¢ a la Documenta de Kassel (Alemania, del 10 de junio al 17 de septiembre) la mayor cita mundial del arte contempor¨¢neo, va a colocar un molino de sangre en los jardines renacentistas del palacio de Orangerie. Una r¨¦plica de tres por tres metros, en acero y madera, de la m¨¢quina de acu?ar moneda que utilizaron los colonos espa?oles.
En vez de esclavos, los que empujar¨¢n las ruedas del molino ser¨¢n los espectadores del festival, y en vez de monedas de plata con la cara del rey, ser¨¢n monedas de aluminio con los cuernos de una deidad prehisp¨¢nica protectora de los mineros.
Sentado en el jard¨ªn de la galer¨ªa Labor, en la capital mexicana, subraya que ¡°quer¨ªa esquivar a toda costa el exotismo y la pornomiseria impl¨ªcita en hablar de esclavitud y muerte desde el mundo del arte y en un palacete alem¨¢n¡±. Para resolverlo, Vega ha optado por encriptarlo todo.
Cada moneda que vaya generando el molino caer¨¢ autom¨¢ticamente por un tubo incorporado el molino y se almacenar¨¢ debajo del suelo. ¡°No quer¨ªa que las monedas sirvieran de suovenir a los turistas¡±. Cuando terminen los 100 d¨ªas de exposici¨®n recoger¨¢ el tesoro del subsuelo y lo depositar¨¢ en una caja fuerte del Deutche Bank. El molino ser¨¢ destruido a martillazos en el jard¨ªn renacentista y la emisi¨®n f¨ªsica de sus monedas respaldar¨¢ la emisi¨®n de una moneda digital: los teios.
Espera que con la energ¨ªa de los turistas logre sacar 30.000 onzas de aluminio con cuernos. Ha llegado a un acuerdo con una empresa tecnol¨®gica espa?ola para que por medio de una subasta ¨Ctambi¨¦n digital¨C su teios entren en el sistema de intercambio de bitcoins, la moneda digital que revolucion¨® el panorama hace unos a?os. ¡°A los t¨¦cnicos con los que he estado trabajando en el proyecto les fascin¨® la idea, porque va a ser la primera moneda h¨ªbrida, de metal y digital¡±.
El ¨²ltimo giro de tuerca para su investigaci¨®n sobre el valor del dinero es que una vez establecido el precio de su criptomoneda ¨Cactualmente, un bitcoin supera los 1.600 euros¨C el destino de ese dinero ser¨¢ decidido en una asamblea formada por todas las partes que han intervenido en el proceso: los trabajadores de la empresa relojera que montaron el molino, los empleados de la casa numism¨¢tica que perfilaron la moneda, los programadores, los hackers, amigos fil¨®sofos que participaron en la elaboraci¨®n te¨®rica y ¨¦l mismo.
¡°Es como una inversi¨®n de papeles. Ahora estamos extrayendo valor del norte para d¨¢rselo al sur¡±. Para Vega, el sistema de acumulaci¨®n y crecimiento capitalista est¨¢ basado en una l¨®gica sacrificial: vidas de esclavos, tiempo libre, el planeta tierra.
Desde su primer trabajo profesional, a Vega siempre le han interesado los mecanismos internos de la econom¨ªa. Durante a?os realiz¨® una intervenci¨®n con presos de una c¨¢rcel. ¡°Yo les hac¨ªa lo que ellos me pidieran a cambio de que ellos hicieran lo que yo les pidiera¡±. Por ejemplo, muchos le mandaban a bailar una canci¨®n con sus madres. ?l les ped¨ªa que contaran en un papel las veces que respiraban durante el tiempo que estaba bailando con sus madres.
Exhausto tras la experiencia con los presos, se fue a hacer una maestr¨ªa a la prestigiosa escuela Rijks de ?msterdam, donde contin¨²o su inmersi¨®n filoecon¨®mica. Uno de sus trabajos fue modificar una vieja impresora de cartuchos y reimprimir con sudor la obra cumbre de Max Weber: La religi¨®n protestante y el esp¨ªritu del capitalismo.
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