Par¨ªs rinde homenaje a Francisco Boix, el fot¨®grafo de Mauthausen
Los restos del catal¨¢n han sido trasladados al P¨¨re Lachaise, el cementerio de las celebridades de Francia
Francisco Boix ya descansa en paz. Entre los suyos y cerca de los grandes de la historia y la cultura. Los restos del fot¨®grafo catal¨¢n que retrat¨® la Guerra Civil espa?ola y fue testigo clave de los horrores de los campos de exterminio nazis fueron trasladados este viernes al principal cementerio de Par¨ªs, el P¨¨re Lachaise, en una ceremonia presidida por la alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo, y el alcalde interino de Barcelona, Gerardo Pisarello.
¡°Hoy honramos a un hombre, Francisco Boix, que marc¨® la historia con su valor, con su lucha contra el franquismo y contra el fascismo¡±, dijo Hidalgo. ¡°Vivimos en un momento distinto del que conoci¨® Boix. Pero tambi¨¦n observamos con preocupaci¨®n la forma en que la intolerancia y la desigualdad se produce en toda Europa¡±, continu¨® Pisarello. ¡°Estamos aqu¨ª para mantener la promesa siempre inacabada de la libertad, la igualdad y la fraternidad, una promesa por la que Boix luch¨® toda su vida¡±.
Seguro que, de haber conocido su destino final, Boix (Poble Sec, Barcelona, 1920- Par¨ªs, 1951) habr¨ªa dado su visto bueno. El joven fot¨®grafo republicano, que sobrevivi¨® a Mauthausen, descansa ahora cerca de brigadistas internacionales franceses, l¨ªderes del Partido Comunista galo, de los monumentos en recuerdo de los luchadores de la resistencia y, tambi¨¦n, los dedicados a las v¨ªctimas de todos los campos de exterminio nazis. Boix, que muri¨® a los 31 a?os, reposa tambi¨¦n muy cerca del memorial erigido en honor de los 10.000 republicanos espa?oles que, como ¨¦l, murieron en campos de deportaci¨®n y de los 25.000 que perdieron la vida luchando ¡°al lado de las fuerzas aliadas, en los maquis, o fusilados¡± durante la II Guerra Mundial. Paul ?luard, poeta, comunista y miembro de la resistencia, tambi¨¦n es vecino suyo, al igual que la tambi¨¦n fot¨®grafa Gerda Taro, que muri¨® en la Guerra Civil espa?ola.
El traslado de los restos de Boix, cuya tumba en el cementerio de Thiais, en las afueras de Par¨ªs, corr¨ªa peligro de desaparecer, no fue f¨¢cil. Han sido 12 a?os de esfuerzos, record¨® a EL PA?S Daniel Simon, presidente de la Amical de Mauthausen de Par¨ªs, el motor de la operaci¨®n, para la que ha contado con el apoyo de la filial espa?ola de la organizaci¨®n, as¨ª como del Ayuntamiento de Barcelona. Pero fue un esfuerzo necesario para reconocer ¡°una acci¨®n excepcional de resistencia¡±, como subray¨® durante el homenaje.
La bandera republicana con la que alguien hab¨ªa envuelto el retrato m¨¢s emblem¨¢tico de Boix, una imagen en la que aparece con una c¨¢mara al cuello justo despu¨¦s de la liberaci¨®n de Mauthausen, fue retirada antes de que comenzara la ceremonia. Pero la tricolor espa?ola no desapareci¨®: muchos de los 200 asistentes al acto hab¨ªan tra¨ªdo las suyas y otra cubr¨ªa el ata¨²d de Boix, que testific¨® en los juicios de N¨²remberg contra dirigentes nazis. Los negativos que logr¨® sacar del campo de concentraci¨®n ¡ªestaba destinado al laboratorio fotogr¨¢fico¡ª con ayuda de otros presos espa?oles y la complicidad de Anna Pointner, una vecina austriaca, sirvieron como prueba durante los procesos de N¨²remberg y Dachau. ¡°Sus fotos son un testimonio preciso del horror (¡) que permitieron enjuiciar a los culpables y mostrarle al mundo lo que hab¨ªa sido aquello¡±, record¨® Hidalgo.
En primera fila, entre la alcaldesa de Par¨ªs y el n¨²mero dos barcelon¨¦s, escuchaba emocionada Ana Mar¨ªa Salomo Boix, sobrina por parte materna del fot¨®grafo, al que nunca conoci¨® personalmente y del que solo ha sabido su singular historia en los ¨²ltimos a?os. ¡°En la familia nadie se esperaba que hubiera hecho tanto bien, yo lo conoc¨ªa a trav¨¦s de las cartas que mandaba a mi madre, que era su hermana, pero ¨¦l no dec¨ªa he hecho esto o lo otro, no dec¨ªa nada, lo he sabido los ¨²ltimos a?os, cuando estuve en Mauthausen y muchas personas me contaron el bien que hizo¡±, explic¨®. Como Ramiro Santisteban, superviviente de Mauthausen y que ha contado c¨®mo Boix salv¨® a su padre en el campo de concentraci¨®n en el que pasaron cinco a?os. Pese a sus casi 96 a?os, Santisteban tampoco quiso perderse el homenaje, al igual que Llibert Tarrag¨®, hijo de otro deportado espa?ol de Mauthausen.
Todos se levantaron al paso del f¨¦retro hasta su ¨²ltimo lugar de descanso ¡°de pie, libres y pensando¡±, como dijo Hidalgo. ¡°Porque es con la libertad, con el pensamiento, con la educaci¨®n, con la cultura como se combate en democracia, as¨ª es como se sigue viviendo¡±.
Babelia
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