Relato de amantes relativos
Pablo Rem¨®n trenza variaciones sobre el tema de la convivencia prolongada en pareja en ¡®Barbados, etc¨¦tera¡¯, comedia de c¨¢mara representada en el Pav¨®n Teatro Kamikaze
Una pareja exorciza su hast¨ªo mediante un juego literario y dram¨¢tico. La realidad de Emilio y Fernanda, narradores y recreadores de fantas¨ªas, entremezclada con la de los protagonistas de sus relatos. Barbados, etc¨¦tera recuerda, por el ir y venir de ambos de la invenci¨®n a la realidad y por el r¨ªgido empaque brit¨¢nico con el que se conducen, a El amante, de Harold Pinter, pero tambi¨¦n a Quarteto, de Heiner M¨¹ller, en versi¨®n menos acerada: estos burgueses de ahora semejan tataranietos espirituales de aquellos arist¨®cratas.
BARBADOS, ETC?TERA
Autor y director:
Pablo Rem¨®n.
Int¨¦rpretes:
Fernanda Orazi y Emilio Tom¨¦.
Luz y sonido:
David Benito y ?scar G. Villegas. Madrid. El Pav¨®n Teatro Kamikaze, hasta el 29 de junio.
La melod¨ªa que laboriosamente va desgranando Pablo Rem¨®n en comedia de tan exquisito buen gusto, va recordando a otras muchas, gratas al o¨ªdo, algunos di¨¢logos de Rodrigo Garc¨ªa incluidos. Todo en Barbados¡ est¨¢ bien llevado a cabo: la medida evoluci¨®n del texto, su circularidad, la discreta iron¨ªa con la que el autor contempla a sus personajes, la contenida interpretaci¨®n, la elegante puesta en escena, la gradaci¨®n humor¨ªstica, sin que nada de ello sacuda el ¨¢nimo ni trascienda.
Rem¨®n, tambi¨¦n director de la pieza, lleva a cabo un bonito y logrado ejercicio intimista para paladares saciados, que deja mil preguntas en el aire. ?Por qu¨¦, estando ambos int¨¦rpretes en un registro interpretativo parejo, sobrio y frontal, sin apenas desplazarse del sitio, la gestualidad de Emilio Tom¨¦ es poco m¨¢s que la m¨ªnima posible mientras que Fernanda Orazi despliega brazos y manos para comentar, precisar, ilustrar o acompa?ar lo que sus palabras indican? As¨ª, por ejemplo, cuando dice y repite: ¡°Colch¨®n viscoel¨¢stico¡±, espolvorea con los dedos de una mano, el brazo desplegado a todo viento, la palabra: ¡°Colch¨®n¡±, mientras acompa?a el adjetivo: ¡®Viscoel¨¢stico¡¯ extendiendo la palma de la otra mano. Y as¨ª sucesivamente.
Tal estilo, por su abundancia gestual y su voluntad ilustrativa, evoca sin pretenderlo la exuberante prolijidad de la gesticulaci¨®n rom¨¢ntica. El p¨²blico en general de una funci¨®n de a diario agradeci¨® el formato de c¨¢mara del espect¨¢culo, la proximidad de los int¨¦rpretes, su t¨¦cnica y el humor de la obra con un aplauso prolongado, que oblig¨® a salir a saludar en tres ocasiones a Orazi y Tom¨¦.
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