Marrones compartidos

Desde Babelia nos hab¨¦is animado a que hablemos de la influencia que The Way Things Go, y la obra de Fischli & Weiss en general, tuvo en nuestro trabajo conjunto. La verdad es que nos cuesta hablar de ello, aunque esa influencia es indudable. Y lo curioso es que a la hora de hacer el ejercicio nos hemos dado cuenta de que si buscas analog¨ªas, las encuentras. Para explicarlo, hemos preferido conversar entre nosotros.

DAVID BESTU?. Creo que vi The Way Things Go en M¨®n visible, la exposici¨®n que los artistas hicieron en el Macba en 2000. Tambi¨¦n se edit¨® en DVD; era un v¨ªdeo muy conocido en Barcelona al principio de los a?os dos mil.

MARC VIVES. S¨ª, yo lo vi proyectado, pero ahora no recuerdo muy bien d¨®nde. Y tambi¨¦n tengo el recuerdo de participar en una colectiva en la que hab¨ªa un monitor en el suelo con la pel¨ªcula. Me parece un documento brutal. The Way Things Go tiene adem¨¢s la gracia de coger un entretenimiento de domingo tarde y llevarlo a lo art¨ªstico. Ver a dos personas que se han pasado muchas horas de grabaci¨®n empe?adas en que el bacon?beicon? caiga o que la espuma llegue hasta el mil¨ªmetro justo para que se encienda la vela. En ese sentido lo veo como una validaci¨®n de lo precario.

D. B. Es una obra muy excesiva, de derroche de trabajo. Debieron de meterse en muchos marrones, aunque fueran marrones compartidos, como nos pasaba a nosotros. Al mismo tiempo, al trabajar con la idea de lo amateur o el antivirtuosismo formal, son muy dif¨ªciles de reproducir, marcan un estilo del no estilo. Nos fascinaba su versatilidad de formatos y c¨®mo agotaban un medio en cada trabajo, como si cerraran una cosmogon¨ªa en cada proyecto. Introducen el error, lo fr¨¢gil, y eso les distanciaba de otros artistas que marcaron ¨¦poca como Matthew Barney o Jeff Koons. Fischli & Weiss apostaban por el lowtech y el bricolaje para hablar de cuestiones trascendentales, cualidades que veo pr¨®ximas a un modo de hacer muy catal¨¢n.

M. V. S¨ª, esa obra con ejemplos que ten¨ªamos de la cultura popular, como los inventos del TBO o el anuncio de las pastillas del Dr. Andreu, los inventos de Oliana Molls o incluso, si nos vamos a lo anglosaj¨®n, con McGiver. Recuerdo que en esa ¨¦poca yo andaba muy loco con Fregoli y la idea de transformaciones sucesivas. En ese momento ¨¦ramos muchos los que trabaj¨¢bamos con cierta mitolog¨ªa de lo dom¨¦stico. Podemos hablar de esa ¨¦poca a partir del v¨ªdeo de Fischli & Weiss, pero si hici¨¦ramos un repaso de ese periodo en clave Astrud, por ejemplo, tambi¨¦n ver¨ªamos muchas semejanzas con nuestro trabajo.

D. B. Es verdad. Ellos nos interesaban por introducir cierto humor en el arte conceptual, y en ese sentido tambi¨¦n son producto de los ¡°felices¡± dos mil, la ¨¦poca del F¨®rum 2004 y Manu Chao. Despu¨¦s llegaron momentos m¨¢s ¨¢speros, de una precariedad muy fuerte, y quiz¨¢ nos dejaron de hacer tanta gracia. Son justamente los a?os en los que nos ha tocado producir. Sonar¨¢ un poco cruel, pero la idea de unos artistas suizos que pasan el tiempo haciendo cosas para no aburrirse porque no tienen problemas da un poco de rabia. Esto que digo es injusto y ellos mismos jugaban con esa ambig¨¹edad.

M. V. S¨ª. Ahora recuerdo un homenaje a ese v¨ªdeo que se hizo desde Black Tulip en el marco de un festival de performance que organizaba The Office en Berl¨ªn. No era otra cosa que utilizar el v¨ªdeo como base de un karaoke para 10-12 temas de pop rock (Madonna, Rick Astley, Pet Shop ?Boys¡­) del mismo a?o de la realizaci¨®n del v¨ªdeo, 1987, con sus subt¨ªtulos para poder cantarlos. Esas canciones pop hablan de arrebatos emocionales, estados de ¨¢nimo, calentones, que se relacionaban muy bien con los equilibrios y desequilibrios, o las reacciones qu¨ªmicas que aparec¨ªan en el v¨ªdeo.

Apostaban por el 'lowtech' y el bricolaje, para hablar de cosas trascendentales, pr¨®ximo al modo de hacer catal¨¢n

David Bestu¨¦

D. B. Estoy recordando otras piezas, como el mu?eco de nieve dentro de una nevera que realizaron a petici¨®n de una obra para un banco, o Raum unter der treppe, ese falso almac¨¦n situado en el hueco de las escaleras del Museum f¨¹r Moderne Kunst de Fr¨¢ncfort repleto de herramientas, cajas y muebles muy banales, pero que al mirarlos con atenci¨®n descubr¨ªas que eran reproducciones casi exactas realizadas con poliuretano de esos elementos. Esa instalaci¨®n era muy loca, y quiz¨¢ sea algo as¨ª como la versi¨®n est¨¢tica del v¨ªdeo.

M. V. Vi esa instalaci¨®n en 2003 o 2004, porque viv¨ª unos meses en Fr¨¢ncfort. La recuerdo como algo muy impactante. Era al mismo tiempo oculto y anodino como el producto de un virtuosismo espectacular. No es una sublimaci¨®n inmediata. En el v¨ªdeo sucede algo similar. Comienzas a verlo y te resulta gracioso, pero a medida que contin¨²a y que la sucesi¨®n de acontecimientos no se agota, enloqueces.

D. B. Los objetos en ese v¨ªdeo carecen de importancia, solo est¨¢n all¨ª para ser grabados y que despu¨¦s puedan tirarse a la basura, algo similar a lo que sucede en Acciones en casa. Una metamorfosis perpetua, transformaciones sucesivas¡­ Esa mutaci¨®n org¨¢nica tambi¨¦n aparece en pelis como proteo o estado de cambio.

M. V. S¨ª, eso es el v¨ªdeo, materia en movimiento. No son solo objetos, sino masas, qu¨ªmicos, restos de cosas¡­ Tiene que ver con cierta mortalidad de los objetos, y tambi¨¦n de los organismos. Una desmaterializaci¨®n que atraviesa las cosas y a los cuerpos¡­

D. B. ?Te refieres a que es una met¨¢fora de la muerte humana?

M. V. Bueno, tiene muchas capas. Literalmente es la muerte del objeto arte, la performance. Pero tambi¨¦n el consumo de tiempo-vida de los artistas y el ser artista a d¨ªa como forma de morir. O aleg¨®ricamente la qu¨ªmica del cuerpo, su degradaci¨®n¡­, aunque para hablar de muerte quiz¨¢ necesitemos un par de birras.

¡®The Way Things Go¡¯. Fundaci¨®n Mir¨®. Barcelona. Hasta el 1 de octubre.