La evoluci¨®n contenida de Christian Scott
El trompetista se muestra rotundo en la segunda jornada de Getxo Jazz con su genuina fusi¨®n de sonidos
El festival de jazz de Getxo vuelve a abrir la temporada estival de este g¨¦nero en el norte con un programa sin aristas. Aunque muchos aficionados echan en falta los tiempos en los que se distingu¨ªa por ser un certamen centrado en las escenas europeas, el "no hay entradas" del cubano Chucho Vald¨¦s d¨ªas antes de su actuaci¨®n, el pr¨®ximo domingo, y el de Dianne Reeves, a punto de confirmarse, dan la raz¨®n a sus organizadores y a sus feligreses, que no est¨¢n para sobresaltos ni experimentos. El cl¨¢sico concurso internacional de grupos y algunos de los conciertos de su secci¨®n Tercer Milenio, centrada esencialmente en m¨²sicos nacionales, aportan frescura al festival con ortodoxia jazz¨ªstica y nuevas voces.
Este a?o, la ¨²nica propuesta del siglo XXI presente en el escenario principal de Getxo lleg¨® mediante un doble rebote: cuando el artista programado originalmente, John Abercrombie, tuvo que cancelar sus compromisos de este verano por motivos de salud, le sustituy¨® el legendario saxofonista Pharoah Sanders, que tambi¨¦n se cay¨® del cartel semanas despu¨¦s. Y as¨ª lleg¨® Christian Scott al rescate, presentando dos de los tres discos que sacar¨¢ este a?o bajo el pomposo ep¨ªgrafe The Centennial Trilogy: Ruler Rebel, editado en marzo, y Diaspora, lanzado hace solo una semana.
Han pasado algo mas de diez a?os desde que el trompetista eclosion¨® en el panorama jazz¨ªstico con su Rewind That, y ese periodo parece perfecto para hacer balance: ?es Scott un ni?ato bien vestido sin talento o un profeta del nuevo jazz afroamericano? En realidad, ni una cosa ni la otra, aunque su m¨²sica ha evolucionado en cuesti¨®n de formas, su esencia se mantiene, apoyada en? una sofisticada fusi¨®n de influencias y en una voz muy caracter¨ªstica. El de Nueva Orleans puede insistir en la denominaci¨®n de un nuevo g¨¦nero de su invenci¨®n ¡ªla escurridiza Stretch Music que dice practicar¡ª, pero al final lo que hace es una mezcla de jazz, hip-hop, ritmos africanos, trap y algunas cosas m¨¢s. Nada nuevo, o nada muy nuevo, al menos. Sin embargo, hay algo que rezuma una gran personalidad en ello, y no es otra cosa que el propio Scott, con su forma de componer y su caracter¨ªstico fraseo, repleto de largas notas melanc¨®licas y afiladas siempre en busca del crescendo expresionista.
En Getxo dio buena muestra de ello, con un repertorio basado en sus dos nuevos discos y el fundacional Stretch Music, que abri¨® esta nueva etapa de su carrera en 2015, aderezados con una sola versi¨®n: Eye Of The Hurricane, de Herbie Hancock. Con una r¨ªtmica algo menos compacta que la que ha tenido en los ¨²ltimos a?os, el trompetista ofreci¨® un intenso recital lleno de momentos brillantes, acompa?ado por un quinteto formado por viejos y nuevos amigos. Entre los primeros, el contrabajista Luques Curtis ¡ªque acompa?¨® a Scott con asiduidad en sus primeros a?os¡ª y el extraordinario pianista Lawrence Fields, a quien muchos conocen por su papel en el cuarteto de Joe Lovano; entre los segundos, el volc¨¢nico baterista Mike Mitchell, que con solo 22 a?os muestra una apabullante capacidad, y que dej¨® al p¨²blico de Getxo boquiabierto con sus excesos sobre la base reminiscente del The Ghetto, de Donny Hathaway, que cierra el tema West Of The West.
Como cualquier l¨ªder inteligente, Scott se rodea de solistas m¨¢s elocuentes que ¨¦l mismo, como Fields y, especialmente, la flautista Elena Pinderhughes, aut¨¦ntica estrella del grupo desde hace tiempo. Con solo 22 a?os, Pinderhughes es ya una improvisadora f¨¦rtil, due?a de un gran sonido y un discurso robusto, tan capaz de tocar en el grupo de Kenny Barron como de grabar en el ¨²ltimo disco del rapero Common. Escuch¨¢ndola en directo no es dif¨ªcil afirmar que las cosas tendr¨ªan que torcerse mucho para que no se convierta en uno de los grandes nombres de la m¨²sica negra en los pr¨®ximos a?os.
Por el momento, el grupo de Scott se beneficia mucho de su presencia, sirviendo de contrapunto a la flam¨ªgera trompeta del l¨ªder y facturando los solos m¨¢s destacables que se escucharon anoche, jueves, en Getxo. El d¨ªa que Pinderhughes deje a Scott, este tendr¨¢ que ingeni¨¢rselas para sustituirla. Y no va a ser f¨¢cil.
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