Demoscopia
La contribuci¨®n de los videntes al mundo de la demoscopia no ha sido suficientemente aprovechada
Desvelado por el To Be or Not to Be catal¨¢n, recal¨¦ hacia la tres de la madrugada en La noche de¡y?llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que cualquier estudio serio sobre el oremus espa?ol y el voto reflexivo debiera ponderar el programa del vidente David Triv¨ªn, carnicero de profesi¨®n hasta su mudanza a la adivinaci¨®n y la tomadura de pelo.
Debe acometerse esa indagaci¨®n sociol¨®gica porque nunca imagin¨¦ que fueran tan numerosos los creyentes en sortilegios y conjuros y, por ende, en los imposibles de los cuentistas de la pol¨ªtica nacional. La pericia del adivinador asturiano est¨¢ fuera de toda duda porque sus aciertos son asombrosos a juzgar por la certificaci¨®n de sus clientes, pacientes cr¨®nicos muchos. Receta a tanto el minuto en el canal Ten y se jacta de poseer un don de la predicci¨®n tan extraordinario que a le permiti¨® anticipar la abdicaci¨®n del Rey Juan Carlos; otros descubrieron vida en Plut¨®n.
La contribuci¨®n de los videntes al mundo de la demoscopia no ha sido suficientemente aprovechada. ?C¨®mo interpretan el programa de Rajoy o Iglesias las v¨ªctimas del mal de ojo? ?Qu¨¦ opina sobre el refer¨¦ndum catal¨¢n la joven que matar¨ªa a la esposa de su amante?.?C¨®mo vota el elector que pregunta si le va a tocar la loter¨ªa?
Doctores tiene la industria de la encuesta que lo sabr¨¢n responder, pero antes de que la acumulaci¨®n de desvar¨ªos lograra dormirme, recuper¨¦ al argentino Borges y su escaso apego a la democracia, que defin¨ªa como un abuso de la estad¨ªstica: ¡°?por qu¨¦ suponer que la mayor¨ªa de la gente entiende de pol¨ªtica? La verdad es que no entienden y se dejan embaucar por una secta de sinverg¨¹enzas¡±.
Los echadores de cartas pueden decidir esca?os y concejal¨ªas. Por la democracia y para atajar el acceso de iluminados a la condici¨®n de servidores p¨²blicos, la parroquia de Triv¨ªn y C¨ªa debiera de abstenerse de votar. Lamentablemente, en algunos casos hemos llegado tarde.
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