Rapid¨ªsimo y noble cuarto encierro de San Ferm¨ªn 2017 de Fuente Ymbro
Un corredor con camiseta verdiblanca fue herido en el ruedo y hubo dos contusionados a lo largo de la carrera
Rapid¨ªsimo ¡ªla carrera solo ha durado dos minutos y dieciocho segundos¡ª?y muy noble?¡ªen el primer parte m¨¦dico no figura ning¨²n herido por asta de toros, aunque un corredor ataviado con una camiseta de rayas blancas y verdes ha sido arrollado en el ruedo y ha sido auxiliado en la enfermer¨ªa, y solo dos contusionados de diversa consideraci¨®n, en un brazo uno y en la cara el segundo¡ª ha sido el cuarto encierro de San Ferm¨ªn 2017, protagonizado por los toros gaditanos de Fuente Ymbro, que han hecho honor a su buena fama.
Como si hubieran llegado con la lecci¨®n aprendida de otros a?os, han corrido hermanados, a gran velocidad, ajenos al tumulto que los acosaban, como en otro mundo y, en alg¨²n momento, con un aire cansino, como si estuvieran cumpliendo un papel ya conocido.
Han salido juntos y as¨ª han llegado a la plaza tras sortear las molestias recibidas en el largo tramo de 850 metros, por una multitud de corredores que han aprovechado la confianza ofrecida para realizar espectaculares carreras muy cerca de los pitones, lo que ha provocado, l¨®gicamente, ca¨ªdas y atropellos, algunos muy aparatosos.
Ha llamado la atenci¨®n el casta?azo que ha sufrido un corredor vestido con pantal¨®n blanco y camisa negra, que se ha colocado en la misma cara de un toro za¨ªno y este no ha podido esquivarlo, aunque qui¨¦n sabe si esa ha sido su intenci¨®n al verlo de su mismo color. Lo cierto es que el atropello ha sido de ¨®rdago; la v¨ªctima ha arrollado en su ca¨ªda a un compa?ero con rasgos orientales que iba delante, y el feliz resultado final ¡ªaparente, al menos¡ª?es que la camisa negra no podr¨¢ volver a usarla porque ha quedado rasgada de arriba a abajo por la inercia del astifino pit¨®n izquierdo del vecino animal.
Un poco asustados han salido los toros del Corral de Santo Domingo; de hecho, dos cabestros han se?alado el camino de la empinada cuesta, y los nuevos visitantes, sorprendidos por la algarab¨ªa reinante metros m¨¢s arriba, se han pegado, piel con piel, con sus acompa?antes, para aguantar el sorprendente y desconocido chaparr¨®n del mejor modo posible.
As¨ª han llegado a la plaza del Ayuntamiento, a toda velocidad, huyendo de la marabunta m¨¢s que corriendo con presunci¨®n de toro poderoso y altivo.
Han evitado los resbalones en la curva de Mercaderes-Estafeta ¡ªla experiencia es un grado, pues esta es la decimotercera comparecencia de estos toros en Pamplona¡ª, y han enfilado la recta en solidaria compa?¨ªa, todos juntos, aunque dos toros de capa negra se han colocado delante y han abierto la carrera a toda marcha.
Es lunes y la previsi¨®n es que hubiera menos gente; la habr¨ªa, pero no ha sido esa la impresi¨®n que ofrec¨ªa la calle Estafeta, atestada de corredores que compet¨ªan por acercarse a los pitones, habida cuenta de la contrastada nobleza de los morlacos.
Sin m¨¢s incidencias que algunos atropellos, provocados por las imprudencias de los mozos m¨¢s que por la mala idea de los toros, la manada ha llegado al t¨²nel de entrada a la plaza, y todos, un d¨ªa m¨¢s, han respirado al encontrar el cielo abierto de la plaza. No era la verde dehesa de San Jos¨¦ del Valle, pero como si lo fuera.
All¨ª, un mozo vestido con una camiseta de rayas blancas y verdes ha aparecido delante de uno de los toros, que lo ha alcanzado en su carrera, lo empiton¨® por el costado izquierdo y lo ha volteado aparatosamente. El joven ha quedado tendido en la arena, a la espera de ser auxiliado, lo que hace pensar que ha recibido una cornada de la que ser¨ªa atendido en la enfermer¨ªa del coso.
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