Los toros de Victoriano del R¨ªo vuelan en un limpio sexto encierro de San Ferm¨ªn 2017
No hay heridos por asta de toro y seis mozos resultan contusionados de diversa consideraci¨®n
Los toros madrile?os de Victoriano del R¨ªo han hecho honor a su fama de nobles y veloces. Es esta su octava comparecencia en San Ferm¨ªn y, por s¨¦ptima vez, han bajado de los dos minutos y 30 segundos; en concreto, dos minutos y 16 segundos, solo tres m¨¢s que en el encierro de ayer, protagonizado por los toros de Jandilla. Y nobleza a raudales pues, seg¨²n el primer parte m¨¦dico, no ha habido heridos por asta de toro y solo seis corredores han resultado contusionados.
Varias de las contusiones se han producido en un peque?o mont¨®n que se ha originado en la parte derecha del tramo de Telef¨®nica, muy cerca de la entrada a la plaza, cuando un grupo de mozos ha ca¨ªdo contra las tablas del recorrido por la inercia de la carrera y han sido arrollados por un toro que los segu¨ªa a muy corta distancia.
Afortunadamente, el animal ha continuado su camino y todo ha quedado en golpes de distinta consideraci¨®n, pero ninguna cornada. De los seis contusionados, dos sufren traumatismo craneal; otros dos, heridas en las piernas, y los dos restantes, golpes en el t¨®rax.
Parece, no obstante, que las nuevas tecnolog¨ªas tambi¨¦n funcionan en las dehesas taurinas. De un a?o para otro, los toros se pasan las consignas que determinan las caracter¨ªsticas de cada hierro ganadero, y la de Victoriano del R¨ªo es clara y determinante: corre como si te fuera la vida en ello, y arrolla a los mozos que te cierren el camino que, al final, nos espera la tranquilidad de los corrales.
Y los toros han llegado con la lecci¨®n bien aprendida, al igual que el d¨ªa anterior, como un grupo de veloces atletas dispuesto a batir el ¨²ltimo r¨¦cord de su vida. Pero, h¨¦te aqu¨ª que ha habido un chivato entre la manada, y un cabestro, herido en su orgullo, no ha querido ser menos, ha hecho de tripas coraz¨®n y el esfuerzo del a?o y ha corrido como un loco, dispuesto a no dejarse ganar la pelea.
Todo ha comenzado en la salida de los corrales de Santo Domingo. Como suele ser habitual, los cabestros han mostrado a sus invitados el itinerario de la carrera. Pero no hab¨ªan corrido ni 10 metros cuando uno de los bueyes ha estado a punto de volver a su guarida, sorprendido, quiz¨¢, por alg¨²n corredor agazapado entre las primeras tablas. La orden tajante, vara en mano, de un pastor le ha hecho volver al grupo.
Pero el compa?ero cabestro que conoc¨ªa las intenciones veloces de los de negro ha metido los ri?ones en la cuesta, se ha colocado en la cabeza y as¨ª ha llegado, todo ufano, hasta la plaza consistorial, donde ya ha sido adelantado ligeramente por un toro, seguido muy cerca por el resto de los corredores.
No ha habido resbalones en la curva de Mercaderes-Estafeta ¡ªse nota, otra vez, que estaban avisados por los del a?o pasado¡ª, y han enfilado la recta con tres toros de capa negra en cabeza, a toda velocidad ¡ªun r¨¦cord es un r¨¦cord¡ª, y no daban abasto a quitarse mozos de los pitones, cual moscas molestas que imped¨ªan el paso.
Han aumentado los atropellos y las ca¨ªdas a medida que la manada se acercaba a la zona del vallado de Tel¨¦fonica, tomada por una bulla de corredores, y all¨ª se ha producido ese peque?o mont¨®n que ha derivado en varios contusionados. Ha ganado la carrera un toro negro, pero el cabestro veloz ha entrado en la plaza a varias cent¨¦simas, sinti¨¦ndose ganador de la carrera, aunque no contara en las previsiones.
Carrera r¨¢pida, muy r¨¢pida, y limpia de cornada la de este sexto encierro de San Ferm¨ªn. Seguro que cuando los toros han recuperado el resuello en los corrales, han enviado mensajes de Whatsapp a sus compa?eros de camada para que est¨¦n atentos el a?o pr¨®ximo.
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