Despedidas de solteras

Los observadores del estado de la cr¨ªtica de cine en Espa?a quiz¨¢ recuerden el regocijante momento vivido en el Festival de San Sebasti¨¢n del a?o 1998. Mientras un amplio sector de especialistas, no necesariamente de una cierta edad pero s¨ª de una cierta sensibilidad, arqueaba la ceja y pateaba con sa?a la presencia de dos pel¨ªculas en cartel ¨Duna, a competici¨®n por la Concha de Oro; la segunda, en proyecci¨®n especial en el Vel¨®dromo¨D, otra buena parte de la platea de periodistas celebraba a rabiar algunas de sus secuencias, con aplausos incluso a mitad de proyecci¨®n. Esas dos pel¨ªculas eran Very Bad Things, de Peter Berg, y Algo pasa con Mary, de los hermanos Farrelly, dos aparentes gamberradas que, sin embargo, escond¨ªan mucho m¨¢s que una celebraci¨®n del cine como desafuero generacional. La de Berg, una bomba sobre la diferencia entre la gente a la que le gustar¨ªa casarse y la gente que matar¨ªa por casarse, retrataba la cateta cultura del cortinaje matrimonial. La de los Farrelly, con su semen perdido y hallado en el templo, y sus test¨ªculos a la cremallera, destrozaba con alborozo unos cuantos tab¨²es de representaci¨®n. Y eso sin dejar de ser comedias rom¨¢nticas de Hollywood.

Viene este recuerdo a cuento porque, casi 20 a?os despu¨¦s de aquel maravilloso desencuentro cr¨ªtico, llega otra comedia de aspecto sinverg¨¹enza que, sin embargo, lo ¨²nico que hace es retomar el lenguaje, la actitud y el tono donde lo dejaron Berg y los Farrelly, para plantarlo en una comedia protagonizada por mujeres. Y adem¨¢s sin las salvajadas visuales y morales con las que aquellas se atrev¨ªan. Chicas comport¨¢ndose en una despedida de soltera como siempre se exhibi¨® que lo hac¨ªan los chicos. El que espere de Una noche fuera de control una nueva La boda de mi mejor amiga, ¨¦sta s¨ª, novedosa, descacharrante y brillante en su comicidad y en su asalto social, est¨¢ muy equivocado.

De hecho, Lucia Aniello, coguionista y directora de Una noche fuera de control, bien har¨ªa en pagar a Berg una cantidad de dinero en concepto de derechos de autor, pues roba a Very Bad Things tanto su esencia argumental ¨Dun mortal accidente relacionado con una de las actividades sexuales de la celebraci¨®n¨D, como incluso la forma en el que este se desarrolla. Poca imaginaci¨®n.

Con independencia de los paralelismos con la pel¨ªcula de Berg, Una noche fuera de control est¨¢, en todo momento, mejor escrita que dirigida, sin apenas ritmo de montaje ni cadencia, salvo en alg¨²n momento espor¨¢dico, como el formidable gag con el que el novio aterriza en casa de las mujeres. Sin embargo, si el gran invento es que las chicas en las despedidas de solteras tambi¨¦n se meten coca, llaman a chaperos y hablan de "meterla en el pil¨®n", quiz¨¢ no seamos tan distintos unos de otras. Al menos, seg¨²n las generalizaciones: las del cine, y las de la vida.