?Es Menorca una isla de cine?
Convertida en escenario de incontables anuncios publicitarios el Festival de Cine de la isla sobrevive a pesar de las dificultades
Muchas historias son m¨¢s cre¨ªbles cuando las contamos desde la mentira. En Menorca, por ejemplo, existe una leyenda que asegura que el origen del cine se debe a uno de sus caballos. Fue en el a?o 1860 cuando el fot¨®grafo ingl¨¦s Eadweard Muybridge?pis¨® por primera vez la isla para comprar un alaz¨¢n al que llam¨® Tramuntana. Su amor por el corcel era tal que lo utiliz¨® para ilustrar su primer gran invento: una m¨¢quina circular con fotograf¨ªas que creaba la ilusi¨®n de movimiento y a la que bautiz¨® como?zo¨®tropo.
Con esta f¨¢bula sobre el cine comenzaba hace una semana el Festival de cine de Menorca, un evento modesto, hecho con m¨¢s voluntad que medios y que durante unos d¨ªas re¨²ne en la isla un alto porcentaje de talento. Este a?o, por ejemplo, ha contado para su jurado con la actriz Emma Su¨¢rez, la experta cinematogr¨¢fica Diana Malherbe y el periodista Jos¨¦ Mar¨ªa Riba.
En total se han exhibido 10 pel¨ªculas y m¨¢s de 20 cortometrajes, a cuyas proyecciones han atendido cerca de 3.500 personas. Hasta aqu¨ª los n¨²meros. Porque lo cierto es que el Festival pretende convertirse tambi¨¦n en un reclamo tur¨ªstico para una isla obstinada en dejar atr¨¢s su turismo de sol y playa.
Que Menorca es un escenario so?ado por cualquier productor dan cuenta numerosos anuncios publicitarios, pel¨ªculas como ¡°La Isla Bonita¡± de Fernando Colomo o, m¨¢s recientemente, trabajos como ¡°Su¡±, uno de los cortos ganadores de esta edici¨®n firmado por la directora menorquina Laia Foguet.
¡°El ¨¦xito del Festival es que, adem¨¢s de una programaci¨®n de calidad, las pel¨ªculas se exponen en espacios ¨²nicos como la Plaza de la Catedral de Menorca, la cantera de piedra de la Lh¨ªtica o el Patio del Convento de Santa Clara¡±, asegura In¨¦s Garell, directora del encuentro.
A¨²n as¨ª Garell reconoce que la ayuda institucional es insuficiente y que el proyecto se mantiene a flote gracias a la constancia de muchas manos. ¡°Cada d¨ªa entre ocho o diez voluntarios ayudan a montar la infraestructura, desde las pantallas a las sillas o el escenario. Adem¨¢s tenemos un n¨²cleo duro que trabaja durante seis meses casi de manera voluntaria¡±.
Espa?a a la cola de la subvenciones europeas
Que el cine espa?ol es pozo sin fondo de subvenciones es, como la historia de Tramuntana, una bonita mentira "
Que el cine espa?ol es pozo sin fondo de subvenciones es, como la historia de Tramuntana, una bonita mentira. A lo largo de los a?os pol¨ªticos, gobernantes y gestores han recurrido a este truco creativo para justificar el declive de la cultura en Espa?a. Por cada tijeretazo que amputaba la industria del cine espa?ol, nac¨ªa una nueva historia que ayudaba a remendar conciencias. ¡°Viven de las subvenciones¡±, ¡°hacen pel¨ªculas malas¡±, ¡°En Espa?a no hay p¨²blico para tantos festivales¡±. Son microrrelatos de pocas palabras pero una enorme carga ideol¨®gica.
En nada ha ayudado tampoco que una mala pol¨ªtica anterior, que otorgaba las subvenciones a posteriori basada en la venta de las entradas, haya dado lugar al llamado fraude de las salas de cine. Pero si miramos al resto de Europa nuestro pa¨ªs sigue estando a la cola de la ayuda a cinematogr¨¢fica.
En Italia, por ejemplo, un acuerdo parlamentario suscrito el pasado oto?o impide que la ayuda a las pantallas baje de los 400 millones de euros. Hace poco Alemania sub¨ªa su presupuesto cinematogr¨¢fico a 150 millones, mientras Francia sigue liderando el ranking con 600 millones anuales. Espa?a repartir¨¢ en el 2018 apenas 30 millones de euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.