Alicia Koplowitz: el feminismo es todo un arte
La empresaria exhibe por vez primera en Espa?a su fabulosa colecci¨®n privada, expuesta en el Bellas Artes de Bilbao
El desembarco de la colecci¨®n privada de Alicia Koplowitz en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, gracias a la habilidad de su director, Miguel Zugaza, sirve para disfrutar de un paseo asombroso por la historia del arte en 90 piezas (desde la cabeza de una reina griega del siglo III antes de Cristo hasta una enorme tela de Anselm Kiefer de 2014). Pero tambi¨¦n sirve como base de reflexi¨®n sobre dos asuntos bien interesantes. Uno es la relaci¨®n entre el arte y el dinero. El otro, los inusitados formatos en que puede llegar a manifestarse el pu?etazo feminista.
Para engarzar esas dos conversaciones sirve de perfecta bisagra esta empresaria y fil¨¢ntropa nacida en Madrid en 1952. S¨ª: la excopropietaria del gigante del ladrillo FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) y actual l¨ªder de Omega Capital, el exitoso fondo de inversi¨®n que fund¨® en 1998 tras dejar a su hermana Esther y abandonar FCC, re¨²ne una triple condici¨®n. Multimillonaria (2.328 millones de euros de patrimonio neto seg¨²n la Lista Forbes 2017), amante y compradora de arte (due?a de una de las colecciones privadas m¨¢s importantes del mundo). Y, a nada que uno contemple con un poco de atenci¨®n esta exposici¨®n de Bilbao, feminista en activo.
Alicia Koplowitz ha tra¨ªdo a Bilbao 90 obras, casi el doble de las que llev¨® al museo Jacquemart- Andr¨¦ de Par¨ªs en lo que supuso ¡ªhasta hace apenas tres semanas¡ª la primera exhibici¨®n p¨²blica de su colecci¨®n. Y una parte importante, por no decir la inmensa mayor¨ªa, de este conjunto tiene al universo femenino como principio y fin del discurso expositivo. No se trata aqu¨ª de una mera acumulaci¨®n de pinturas y esculturas con la mujer como tema. Se trata de que, en la selecci¨®n de obras que podr¨¢ verse en Bilbao desde el 28 de julio hasta el 23 de octubre, comisariada por Almudena Ros, lo femenino es lo poderoso y, m¨¢s all¨¢ de eso, lo dominante, y no solo en n¨²mero.
Igual dan las majas y las celestinas de Goya que las v¨ªrgenes vestidas de gitanas de Luis de Morales. Las afroditas de la ¨¦poca helen¨ªstica que las dafnes de Julio Gonz¨¢lez. Las pelirrojas de Modigliani que las f¨¦minas po¨¦ticas y terribles de Schiele. La manaza enorme y poderosa de Cabeza y mano de mujer, un picasso de echarse a temblar. La dignidad vertical de las mujeres desnudas de Giacometti. Y la impronta aristocr¨¢tica de esas duquesas y esas condesas deliciosamente anacr¨®nicas (como la de Haro, un goya que Koplowitz hizo volver del exilio). O la Mari de Antonio L¨®pez, un ¨®leo sobre tabla de 1961. O la atormentada lectora de Toulouse-Lautrec, o las ba?istas de Gauguin (Mujeres a la orilla del r¨ªo, adquirida en subasta por 10 millones de euros). O, definitivamente, ese H¨¦rcules enhebrando una aguja a los pies de ?nfala (otra vez Goya). Incluso el Hombre cl¨¢sico, de Willem de Kooning, o el triple autorretrato de Francis Bacon aparecen como deconstruidos y desmejorados en la sala donde se exponen...
A tenor de lo seleccionado por su propietaria para el Bellas Artes de Bilbao, la mujer es la que manda. Consecuencia l¨®gica, por otra parte, de la propia realidad empresarial protagonizada por la interesada, que preside fundaciones, compra arte desde hace 30 a?os y se sent¨® y se sienta en sucesivos consejos de administraci¨®n, desmintiendo as¨ª la triste realidad del flagrante ninguneo femenino en la c¨²pula de las empresas espa?olas a manos de tanto triunfante macho alfa con corbata.
¡°Esta exposici¨®n es el resultado de emociones, pasiones y recuerdos inolvidables que han formado parte y siguen formando parte de mi vida¡±, sostiene en un texto del cat¨¢logo Alicia Koplowitz, que no quiso comparecer ante los medios de comunicaci¨®n para defender a sus mujeres y a sus diosas, pero que s¨ª estar¨¢ el jueves en la inauguraci¨®n de la exposici¨®n.
El otro tema de reflexi¨®n a que da pie la exposici¨®n es la relaci¨®n entre el dinero y el arte, relaci¨®n en la que han tomado parte por igual papas, reyes, nobles y mecenas de toda ley. La cuesti¨®n podr¨ªa resumirse as¨ª: una multimillonaria (Koplowitz) y una corporaci¨®n (Omega Capital) deciden gastarse gran parte de su dinero en comprar arte y ahora deciden ense?arlo. Otra corporaci¨®n a la que tampoco le va tan mal a fin de mes, como es Petronor, decide hacer posible que la hasta hace poco invisible colecci¨®n Koplowitz se instale en Bilbao, patrocinando la muestra (con un presupuesto de en torno a 400.000 euros). A todo ello se suma la astucia y la rapidez innatas de Miguel Zugaza. Tras dejar en diciembre la direcci¨®n del Prado, Zugaza volvi¨® a coger las riendas del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que ya hab¨ªa dirigido entre 1996 y 2001. En las reuniones del Patronato del Prado sol¨ªa coincidir con Koplowitz. Cuando supo que su colecci¨®n iba a ser expuesta en Par¨ªs, le escribi¨® un mensaje: ¡°Qu¨¦ envidia, Alicia¡±. Ahora el tesoro de la empresaria aterriza en Bilbao. Para tres meses y en versi¨®n megamix.
A nuevo director, nuevo museo
La muestra Colecci¨®n Alicia Koplowitz. Grupo Omega Capital es el primer pu?etazo en la mesa de Miguel Zugaza como director del Bellas Artes de Bilbao. Pero no el ¨²nico. Zugaza quiere dar una vuelta completa al museo y para ello tiene en mente un proceso de modernizaci¨®n que incluye una ampliaci¨®n de 5.000 metros cuadrados, con un nuevo vest¨ªbulo soterrado, y la rehabilitaci¨®n de la antigua entrada principal, la que da a la plaza de Euskadi.
Adem¨¢s, el exdirector del Prado se ha asegurado el patrocinio fiel de una empresa como Petronor. La petrol¨ªfera ha costeado los gastos de la exposici¨®n Koplowitz y, seg¨²n lo anunciado por su presidente, Emiliano L¨®pez Atxurra, seguir¨¢ colaborando con el museo: ¡°Este es el inicio de un bonito noviazgo. No te vamos a perder de vista, Miguel¡±. Hasta hace poco, Petronor patrocinaba al Athletic Club. Adi¨®s al f¨²tbol, hola a la cultura.
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