¡°Nos hemos rendido a la tecnolog¨ªa acr¨ªticamente¡±
Rodrigo Rey Rosa reedita 'El material humano', una aproximaci¨®n a la vigilancia policial que enlaza con su ¨²ltima novela, 'F¨¢bula asi¨¢tica'
En 2009 Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958) public¨® uno de los libros m¨¢s singulares de la literatura latinoamericana reciente: El material humano. Sus p¨¢ginas eran fruto de los ¡°curioseos¡± del autor en el archivo de la polic¨ªa guatemalteca, un lugar en el que convivi¨® con archiveros que escuchaban boleros y salsa mientras trabajaban y que terminaron por ponerle un mote: El Matrix. Lejos de molestarle, el escritor reconoce haberse sentido como ¡°una oca entre ¨¢guilas¡±. Publicado originalmente por Anagrama, Alfaguara acaba de reeditar aquel h¨ªbrido magistral en el que la vida del escritor ¡ªcon el secuestro de su madre en el centro¡ª se mezcla con la violenta historia de su pa¨ªs. Tambi¨¦n la narraci¨®n se mezcla con la clasificaci¨®n de cientos de sospechosos de cometer delitos pol¨ªticos ¡ª sedici¨®n, plagio, asesinato, robo de cable telef¨®nico¡ª o comunes ¡ªbrujer¨ªa, bailar tango, desobedecer a su padre¡ª. La recuperaci¨®n de El material humano coincide en las librer¨ªas con la ¨²ltima novela de Rey Rosa, F¨¢bula asi¨¢tica. Si en aquella la vigilancia quedaba registrada en fichas de cartulina, en esta es totalmente virtual. En la f¨¢bula, una red de j¨®venes cient¨ªficos planea sabotear los sat¨¦lites esp¨ªas. Adem¨¢s de una inmersi¨®n en el control policial por otros medios, la novela supone la vuelta del escritor guatemalteco a T¨¢nger, la ciudad en la que recal¨® hace d¨¦cadas invitado por su amigo Paul Bowles.
PREGUNTA.?De El material humano dice que es el ¨²nico libro que le dio miedo escribir; en F¨¢bula asi¨¢tica un personaje afirma: ¡°Pagamos a Google y a Facebook para que nos esp¨ªen¡±. ?Se ha sentido vigilado?
RESPUESTA.?Yo no uso las redes sociales, pero conozco activistas contra la sobreexplotaci¨®n minera que viven paranoicos porque los siguen. Los siguen de verdad.
P.??La paranoia produce buena literatura?
R.?Es un estado muy literario. Se asocia a la persecuci¨®n y la huida, al thriller. Me interesa.
P.?Aunque dice que en Guatemala es imposible la novela negra tradicional.
R.?Claro, cuando la justicia deja de juzgar m¨¢s del 90% de los asesinatos, ?c¨®mo vas a cerrar ning¨²n caso? El final abierto es lo natural.
P.?O sea, que no es una forma de distanciarse del g¨¦nero convencional.
R.?Eso no me preocupa. No s¨¦ de qu¨¦ g¨¦nero son los libros que escribo.
P.?El ¨²ltimo es una f¨¢bula, ?no? ?Cu¨¢l ser¨ªa la moraleja?
"La novela como g¨¦nero puede aprovecharlo todo. El periodismo es actualidad sin digerir; la literatura, actualidad digerida"
R.?Una pacifista: la decisi¨®n de los j¨®venes que deciden actuar. Y pensar que ser¨ªa sano distanciarse de la tecnolog¨ªa porque nos hemos rendido a ella acr¨ªticamente.
P.?En el libro habla del primer astrof¨ªsico guatemalteco, ?es real?
R.??Eduardo Rubio? S¨ª. Es amigo de unos poetas y lo conoc¨ª en una lectura. Le consult¨¦ las cuestiones t¨¦cnicas. Hizo un recorrido parecido al personaje: Guatemala, Holanda, Estados Unidos¡ Es de origen muy humilde, pero se hizo amigo de la hija de unos millonarios que tambi¨¦n estudi¨® astrof¨ªsica. Eso les permiti¨® trascender las barreras de clase, algo que en Guatemala es muy dif¨ªcil.
P.?Tambi¨¦n sale un estadounidense con los rasgos de Paul Bowles. ?Era como el de la novela?
R.?S¨ª, era muy generoso. Compart¨ªa con los musulmanes el respeto por la hospitalidad: nunca le neg¨® la entrada a su casa ni una taza de t¨¦ a nadie. Ayudaba a todo el que ve¨ªa con talento.
P.?En sus libros siempre est¨¢ presente la actualidad: ya sea la violencia en Guatemala o el ISIS y los refugiados. ?No teme que caduque?
R.?La novela como g¨¦nero puede aprovecharlo todo. El periodismo es actualidad sin digerir; la literatura, actualidad digerida. En el siglo XX se ha hecho con frecuencia. Norman Lewis, por ejemplo, al que admiro mucho.
P.??Tambi¨¦n digiere la mezcla de lenguas? Hay muchas expresiones en ¨¢rabe en F¨¢bula asi¨¢tica.
R.??Te molest¨®?
P.?No, pero es un riesgo.
R.?Lo asum¨ª. Depurarla era falsearla, esa extra?eza es la que uno siente en Marruecos.
P.??El caos del mundo marca la forma de contar?
R.?S¨ª, se refleja en la ficci¨®n inmediatamente. Te hace buscar formas distintas de ordenar el pulso de fuerzas de la realidad. No siempre sirve el relato lineal.
P.?En la f¨¢bula cita la entrada de la Wikipedia sobre Jenofonte, que dice: ¡°Tiene defectos notables, no es exhaustivo en la recolecci¨®n de datos, es olvidadizo y margina hechos de primera importancia, cuenta las cosas desde su propia perspectiva¡±.
R.?Parece una definici¨®n de la literatura moderna, ?no? Aunque es una cr¨ªtica a un historiador, incluso el modo en que se escribe hoy la historia tambi¨¦n pide una perspectiva personal.
P.?En F¨¢bula asi¨¢tica hay tensi¨®n entre el mundo moderno y el islam tradicional. ?Cree que necesita su revoluci¨®n laica, su Ilustraci¨®n?
R.?Necesitar¨ªan un Voltaire, s¨ª, pero hay musulmanes completamente emancipados de ese pensamiento medieval, lo que sucede es que no se cuenta su historia. Adem¨¢s, Occidente elige como aliado a Arabia Saud¨ª, un Estado integrista. ?C¨®mo promover la apertura con esos aliados? Esa es otra de nuestras contradicciones.
P.??El mundo se est¨¢ cerrando?
R.?Es que tambi¨¦n hay un fundamentalismo cristiano y democr¨¢tico, como vemos en Estados Unidos.
P.??Democr¨¢tico?
R.?No como principio pero s¨ª como sistema. La democracia no es infalible, no es un sistema a prueba de errores y tragedias. A veces se cuestiona la idea del voto y de cu¨¢ndo debes recurrir a un refer¨¦ndum, porque puede dar resultados catastr¨®ficos. Queda camino por recorrer en la evoluci¨®n pol¨ªtica.
"El ejercicio de leer es una especie de meditaci¨®n conversada, es la meditaci¨®n de los occidentales"
P.??Los libros tienen un papel ah¨ª? En los suyos el yo est¨¢ muy presente, pero no parecen un desahogo, buscan intervenir.
R.??Pero s¨ª son un desahogo! Son una puesta en orden de las cosas para uno mismo. La literatura tiene un papel, pero no uno inmediato sino subterr¨¢neo. Desde la Ilustraci¨®n, precisamente, sabemos que son las ideas las que cambian el mundo, aunque a un ritmo distinto de la pol¨ªtica. Ese gran logro europeo fue una guerra de ideas.
P.??Qu¨¦ idea cambi¨® su vida?
R.?La literatura funciona por sedimentaci¨®n, pero para m¨ª fue decisivo leer a Borges y pensar que quer¨ªa dedicarme a esto. Nunca se me va a olvidar esa tarde en que dije: ¡°Me olvido de la medicina y voy a tratar de escribir¡±.
P.??Ha cambiado?
R.?No, ni mi idea de la escritura ni mi idea de la lectura. El ejercicio de leer es una especie de meditaci¨®n conversada, es la meditaci¨®n de los occidentales. De adolescente me interesaba la filosof¨ªa oriental y la meditaci¨®n, ese desa?pego del mundo. Un d¨ªa se lo cont¨¦ a unos chicos en una escuela y me preguntaron si segu¨ªa meditando. Dije que no. Luego pens¨¦: ¡°S¨ª, al leer¡±. Casi no importa qu¨¦, pero leer te desconecta del mundo, te obliga a estar quieto, a concentrarte, a apartarte del resto.
P.??La industria editorial ha cambiado desde que empez¨® a publicar?
R.?Todas las pruebas van en contra de esa idea del fin de la literatura, lo que pasa es que todo cambia y la gente se desconcierta. Lo que m¨¢s cambia es el mercado. A los que no vendemos mucho no nos afecta. Es un gran momento para las editoriales literarias.
P.?Roberto Bola?o dijo que usted era el mejor escritor de su generaci¨®n.
R.?Creo que me ve¨ªa como un pariente pobre y quer¨ªa ayudarme.
P.??Lo trat¨® mucho?
R.?No, pero habl¨¢bamos por tel¨¦fono ?horas! Recuerdo una visita a Barcelona, me dio una gripe y ¨¦l me mandaba todos los d¨ªas con un amigo suyo un saco de naranjas. Todos los d¨ªas.
?F¨¢bula asi¨¢tica y El material humano, de Rodrigo Rey Rosa, est¨¢n publicados en la editorial Alfaguara.
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