Locarno resucita la visi¨®n de la transici¨®n chilena de Ra¨²l Ruiz

En Tres tristes tigres, Ra¨²l Ruiz (Chile, 1941) debutaba en el cine con la cr¨®nica de una interminable noche de fiesta que vive el tr¨ªo de personajes principales. La cinta, de 1968, le serv¨ªa para retratar lo que ¨¦l denominaba como ¡°la nada chilena¡±. Era una nada en la que no hab¨ªa espacio para la vacuidad. A lo largo de la velada, surg¨ªa la soterrada violencia existente entre unos protagonistas de estratos sociales diferentes, unidos tan solo en su condici¨®n de cr¨¢pulas.

Gan¨® le Leopardo de Oro del festival de Locarno (Suiza), certamen siempre preocupado por ensalzar el m¨¢s arriesgado cine de autor. Pocos a?os despu¨¦s, en la vida de Ruiz apareci¨® Augusto Pinochet, como en la del resto de sus compatriotas. El dictador surgi¨® por el lado derecho del plano mientras el director sal¨ªa por la parte izquierda y la v¨ªa del exilio, con Francia como destino final.

Tras casi veinte a?os sin apenas contacto con su pa¨ªs y con una carrera consolidada como uno de los narradores m¨¢s rupturistas del audiovisual latinoamericano, en noviembre de 1990 Ruiz regres¨® a Chile. ¡°Un d¨ªa llegamos a ver a unos campesinos hablando de d¨®lares. Desde entonces, no hubo marcha atr¨¢s. Chile se hab¨ªa convertido en un pa¨ªs capitalista¡±, recuerda ahora la directora Valeria Sarmiento, esposa del cineasta fallecido en 2011.

En las calles y plat¨®s de Santiago, rod¨® con urgencia, en apenas una semana, la nueva realidad de un pa¨ªs posmilitar que viv¨ªa sus primeros instantes de democracia. El caos pol¨ªtico y emocional que descubri¨® en su reencontrada patria qued¨® patente en el t¨ªtulo del proyecto, La telenovela errante, que en su d¨ªa qued¨® inconcluso y que ve la luz finalmente casi 30 a?os despu¨¦s.

El festival suizo cierra ahora el c¨ªrculo colocando esta cinta p¨®stuma en la lucha por el mismo premio con el que augur¨® la celebrada carrera del chileno. El empe?o de una de sus actrices habituales, Chamila Rodr¨ªguez, ha resucitado este trabajo con la ayuda de Sarmiento.

¡°Cuando Ra¨²l regres¨®, se sent¨ªa un extranjero en su propio lugar de nacimiento. Opinaba que era una sociedad que enfrentaba sus problemas de un modo infantil y banal¡±, cuenta Rodriguez. La extra?eza que le caus¨® lo que encontr¨® a su vuelta, le hizo plasmar su testimonio con un lenguaje propio de las laber¨ªnticas y absurdas tramas de las telenovelas.

Ese desencanto se dibuja a trav¨¦s de siete microrrelatos humor¨ªsticos, uno por cada d¨ªa de la semana que invirti¨® en el proyecto. Componen un mosaico en el que colisionan los retornados con los que nunca se fueron; los abandonados y los torturados; la intriga por el futuro y la carga del pasado inmediato. ¡°El pa¨ªs era un horror, aunque ya vivi¨¦ramos en libertad¡±, recuerda en Locarno una de las actrices de la pel¨ªcula, Liliana Garc¨ªa Sosa.

En un momento del metraje, aparece una de sus citas m¨¢s recurrentes de Ruiz. ¡°Aquel que se porta mal en este mundo, se reencarna en chileno¡±. Su viuda no lo interpreta como un rechazo absoluto: ¡°?l nunca dej¨® de ser chileno. Dec¨ªa que eso no se quita ni yendo a Lourdes a rezar por un milagro. Incluso en sus filmes europeos, siempre dejaba un gui?o chileno¡±.

A pesar de lo personal del proyecto, Ra¨²l Ruiz decidi¨® dejarlo a medias. ¡°En su d¨ªa, esperaba obtener m¨¢s financiaci¨®n para la pel¨ªcula y la aparc¨® hasta entonces, pero esas ayudas econ¨®micas nunca llegaron y lo rodado qued¨® en el olvido¡±, explica Sarmiento. Fue en 2015, cuando un admirador se acerc¨® a Chamila Rodr¨ªguez durante un ciclo dedicado al director y le cont¨® que ten¨ªa una grabaci¨®n en v¨ªdeo tomada durante el rodaje de La telenovela errante. La actriz comenz¨® a rebuscar para encontrar las piezas que completaran el puzzle inconcluso. Pronto se encontr¨® m¨¢s material en la Cineteca Nacional de Chile y Sarmiento rescat¨® de su piso de Paris parte del material original. El resto estaba distribuido entre Chile y varias universidades de Estados Unidos.

A pesar de las circunstancias especiales que rodeaban a La telenovela errante, en ella se encuentra la habitual metodolog¨ªa de Ruiz. Escrib¨ªa y reescrib¨ªa di¨¢logos el mismo d¨ªa del rodaje, poco antes de accionar las c¨¢maras. ¡°Era una forma de transmitirnos su sensaci¨®n de riesgo. Nos pasaba un papelito y nos dec¨ªa que ten¨ªamos que reproducirlo palabra por palabra, aun sin apenas tiempo para memorizarlo. Puede que sus di¨¢logos sean sarc¨¢sticos y absurdos, pero hay mucha poes¨ªa pol¨ªtica en ellos¡±, cuenta Chamila Rodr¨ªguez sobre esa nada chilena que Ruiz mostraba en sus trabajos.